Gran Casino (1946-47)
Me interesaba ... el oficio cinematográfico, el trabajo
en el estudio, la organización... Como ya había sido productor en Filmófono y
conocía los aspectos de la industria en diferentes niveles, eso había de
permitirme trabajar rápido, como se acostumbraba en el cine mexicano... Filmar
canciones me parecía aburrido y procuré meter detalles que me divirtieran, para
no hacer la película realista, acentuar la falta de lógica y romper la
monotonía... Los figurantes o "extras" no daban el tipo de
extranjeros. Tuve también problemas con el fotógrafo Jack Drapper... No tuve
problemas con los actores, y tampoco con los técnicos, a pesar de que a veces
no respeté el ángulo de 180º en la disposición de la cámara... Lo hice a
propósito muchas veces. Que se fastidiaran. Me daba igual. Yo experimentaba
cambiando los ángulos... Yo me decía "¡Abajo los 180º!" Ahora, debo
confesar que, después de haber hecho treinta películas, aún dudo respecto a la
relación de miradas en el campo–contracampo... Yo no había filmado desde hacía
mucho tiempo y me interesaba encontrar los secretos de la técnica
cinematográfica...
Fue mal, sin ser una catástrofe. Me quedé
tres años sin filmar[1]...
Yo no había estado
detrás de una cámara desde Madrid... No obstante, si bien el argumento de la
película no tiene ningún interés, creo que la técnica es bastante buena[2].
Con
esta película Buñuel inaugura su etapa mexicana y la del cine comercial, ya que
sus películas anteriores habían sido financiadas por amigos o por la familia.
La
acción de Gran Casino se
ubica a principios del siglo XX en la zona petrolífera de Tampico antes de la
nacionalización del petróleo y reproduce la eterna historia de la explotación
de los poderosos sobre los oprimidos, que en México, con este recurso
energético en manos de los trusts estadounidenses y europeos, ejemplificaba
como en toda América Latina el neocolonialismo que sangraba a los países del
sur.[3]
El
tema del film prometía hacer de él una película de aventuras, salpicado con
diferentes números musicales y arropado con la habitual historia de amor, pero
se vio afectada por la escasez de presupuesto, algo habitual en el cine
mexicano de la época y en casi todas las películas que Buñuel realizó en México.
La
adaptación de la novela de Michel Veber al ambiente mexicano se le encargó a
Mauricio Magdaleno, uno de los guionistas de mayor prestigio que había en
México[4], junto a Edmundo Báez y
con la colaboración de Luis Buñuel. El peso en la adaptación lo llevó
Magdaleno, y prueba de ello es que el argumento de Gran Casino se parece mucho al de una de sus obras
teatrales más conocidas titulada Pánuco 137, que trata sobre la
corrupción en torno a los intereses petroleros en México a principios del siglo
pasado.[5]
Tener un
guionista y director de prestigio indican las intenciones de hacer una película
de calidad, que sea al mismo tiempo comercial y comprometido, y no un churro cinematográfico. Otra cosa
diferente es que los resultados se consiguiesen, pero en el guión sí estaban
las intenciones.
Estoy contento con
el argumento. Conseguí vender uno de mi amigo Nino Veber,...va a resultar un
film social–policíaco–erótico. Digno, e incluso con alguna cosa buena.[6]
La falta
de presupuesto obligó a cambiar el título de la película varias veces. Primero
se iba a llamar ¡Viva Tampico!, después En el viejo Tampico y por
último Tampico. Como el presupuesto fue escaso, resultó imposible
recrear el Tampico del oro negro y cambió de título para hacer alusión al
escenario en el que se desarrolla la mayor parte de la acción.[7] Y así lo reconoció Buñuel “la falta de medios financieros impidió toda
evocación de lugar y tiempo”[8].
-Pero dónde de ha visto que echarle una flor a una mujer sea un delito. -Echarle una flor no, pero ponerle un ojo de cotorra al marido no es para que te nombren hijo adoptivo del pueblo |
Amparo
Martínez Herranz, que es la persona que ha estudiado más en profundidad la
película dice que “En general, Gran Casino es la película de Luis
Buñuel en la que se hicieron a lo largo del rodaje más cambios en relación con
lo previsto en el guión técnico y, al mismo tiempo, es la obra en la que estos
cambios fueron menos relevantes para su contenido. Debido al cúmulo de
circunstancias que condicionaron la filmación, entre las que también debemos
contar su deseo de hacer una obra populista y comercial, apenas tuvo
oportunidad de introducir esas improvisaciones creativas que con el paso de los
años fueron una constante de su cine.”[9]
Está
claro que Buñuel se jugaba mucho con esta película. Él quería triunfar en el
cine comercial, entrar por la puerta grande en la industria del cine mexicano,
pero también está claro que llevaba mucho tiempo sin ponerse detrás de una
cámara, aunque hay que recordar que durante su etapa como productor (¿y
director?) de Filmófono, hizo películas musicales con Angelillo y estaba
acostumbrado a los rodajes rápidos y de bajo presupuesto.
-Pero ustedes tienen que venir también. Les acusarán de complicidad y les echarán más días de cárcel -Mejor ¿dónde le dan a uno de comer sin hacer nada? |
Y
el hombre se veía sufrir. Receloso de sí mismo, inseguro, su aire, cansón el
suyo, parecía más agobiado. Era la arena movediza del set la que lo tenía
así.[…]El
apresuramiento, la improvisación sobre la marcha. Todo lo que es la negación
para un espíritu formado en las disciplinas clásicas.
Con
miradas impertinentes hemos echado un vistazo sobre el shooting script de Buñuel. Nos hemos percatado de su sistema de
trabajo. Y las anotaciones hechas al vuelo no nos han dejado duda: el rodaje,
la hechura definitiva de En el viejo
Tampico, se hace sobre las rodillas, de una hora para otra, dejando apenas
tiempo escaso para las rectificaciones de último momento.
¿Cómo
puede resultar así un film de calidades apreciables?
El
plan para explotar los ángulos favorables al relato, o sea la sucesión de
emplazamientos de la cámara, se advierte que fue hecho precipitadamente. El diálogo
lo modifican los actores a cada instante; y las "tomas" que ordena
imprimir el director llevan –cada una- una versión en términos diferentes.
Y
el propio Buñuel, que se percibe avezado en la lid, no tiene tiempo ni
oportunidad para evitar errores en la composición plástica de sus escenas. Y de
este modo, le vemos acumular masas de gente, sin funcionalismo, sin una
motivación estricta.”[10]
Este
comentario contrasta claramente con las palabras que Jorge Negrete, actor y
productor encubierto, le dijo a Gloria
Marín en carta fechada el 22 de enero de 1947 (una semana después de que el
artículo de Mendoza fuera publicado): el film “parece que va muy bien, este
señor indudablemente sabe lo que está haciendo y aunque el asunto no es nada
extraordinario creo que está haciendo una buena película”. [11]
Gerarado (Jorge Negrete) en la cárcel cantando |
De la película poco
le diré porque ya conoce Ud. Su mediocre argumento. Hice bastantes
correcciones, entre otras una sugerencia suya, consistente en que no se
escaparan en masa de la cárcel, etc. El film no me colocará entre los genios
mexicanos blancos o indios, pero me ha puesto en primera línea como director
comercial. Lo he terminado, aunque con gran esfuerzo y derroche de energías, en
los treinta y cuatro días que me dieron para realizarlo y quedado por debajo
del presupuesto en cuanto al coste.[12]
El
montaje de las películas de Buñuel suele ser rápido, ya que cuando planifica y
rueda una película lo tiene en mente, y suele llevarle pocos días. En esta
película, debido seguramente a todas las modificaciones que tuvo que hacer,
realizó más modificaciones de las que son habituales en él durante el montaje:
cambios de ubicación en diversos planos, supresión de frases, la elaboración de
los números musicales, etc.
Martínez
Herranz concreta: “Otra alteración significativa llevada a cabo en el proceso
de montaje de Gran Casino fue
la supresión de numerosos planos, una práctica poco frecuente en la filmografía
posterior de Luis Buñuel. Como consecuencia de ello se produjo la casi completa
desaparición de los personajes de Nanette y Camelia y la pérdida de la
comicidad prevista para la película en el guión técnico. El protagonismo
demandado por Jorge Negrete y Libertad Lamarque en esta producción pudieron ser
una de las causas de estos recortes. Pero sobre todo, parece que en este caso
pesó el deseo de ajustar la película al metraje comercial más común (tiene
2.611 metros y dura 96 minutos), que de haberse incluido las tomas rodadas de
Nanette y Camelia hubiese sido ampliamente superado.”[13]
Mercedes (Libertad Lamarque) actuando en el Casino |
Nanette y Heriberto, protagonizan el humor de la película |
Es
bastante habitual entre la crítica, cuando se ve una película del realizador,
buscar los detalles “buñuelianos” de la misma que salven la obra y este rasgo
se acentúa en sus películas menos valoradas. Como es normal, esto también ha
ocurrido con Gran Casino y así se suele destacar:
El trío Calaveras aparece de la forma más inesperada |
·
La
pelea en el reservado de Mercedes, con los golpes que le da Gerardo a El Rayado
con una estatua de la libertad de bronce.
Hay que aclarar que Buñuel tenía especificado en el guión que fuera con
una estatua de la Libertad. Añadir el rasgo subliminal, de intercalar el plano
de la rotura de un cristal tras uno de los golpes para acentuar la violencia de
la escena.
·
La
más conocida es la escena del lodo, en
la que Buñuel sustituye el beso entre los protagonista por, el palo con el que
Negrete mueve el chapapote del suelo y que fue impróvida durante el rodaje. Es
bien sabido el odio que siente Buñuel a representar los besos en la pantalla.
En el guión había previsto dos besos que fueron eliminados, uno en el rodaje y
el otro en el montaje.
·
La
actuación del Trío Calaveras no estaba prevista en el guión de la película. El
trío acompañaba frecuentemente al actor en sus conciertos y películas. Buñuel
les hace aparecer en los momentos más insospechados e inverosímiles, buscando
claramente la parodia.
·
La
presencia del grupo escocés también resulta un tanto inverosímil en el local.
·
La escena del casino en la que Camelia baila la rumba, con ese plano
secuencia que se inicia con un plano corto ascendente sobre su pierna desnuda y
la cámara la sigue entre el público masculino en una panorámica de 360º
Pero
estos cuantos detalles no salvan evidentemente a la película.
El comienzo del plano secuencia de la rumba de Camelia |
·
J.
Francisco Aranda, su biógrafo, dice: “La película tenía el aire más normal del
mundo. Es inexplicable que sufriese un fracaso tan rotundo, ya que era igual a
cualquier otra película mexicana pero con técnica fluida y ritmo más ágil.”[17]
·
Agustín
Sánchez Vidal, el mejor conocedor de su obra, apunta: “A priori la historia,
situada en las explotaciones petrolíferas de Tampico, no carecía de interés, al centrarse en la funesta y violentísima
época del "general" Peláez. […] Intentó ser muy profesional, y la
película tiene una impecable factura técnica, con movimientos de cámara muy
precisos y exactos.”[18]
Si
la película es correcta desde un punto de vista técnico, entonces, ¿por qué fue
un fracaso comercial?
Amparo
Martínez Herranz, encuentra las causas del fracaso en:
“La
presencia de Jorge Negrete y Libertad Lamarque constituyó un lastre en lugar de
una ventaja ya que la relación amorosa entre los personajes que interpretaban
resultaba completamente inverosímil. A esto se añadió que el filme nació
aquejado de un mal muy frecuente entre las películas mejicanas de aquella
época, la falta de presupuesto. Con estas estrellas y con dinero la película
podía haber alcanzado la categoría de gran espectáculo, pero la carencia de
medios determinó que un proyecto ambicioso como este terminase siendo un filme
escasamente destacable.
Gerardo moviendo el chapapote en vez de besar a Mercedes |
Y añade:
“El proyecto inicial, tenía un tono mucho más vodevilesco, lo que implicaba que
la acción se repartía entre varios personajes que sostenían un juego de
equívocos y en ocasiones, como sucede con el dúo formado por Heriberto y
Nanette, daban el contrapunto cómico a la pareja principal. Sin embargo,
durante la preparación del rodaje y sobre todo en la fase de montaje, se
prescindió de numerosos planos e incluso de algunas secuencias completas
protagonizadas en casi todos los casos por Camelia y por Nanette, quienes
prácticamente desaparecen de la historia en la segunda mitad de la película.[…]
El humor como elemento de la narrativa cinematográfica fue siempre muy valorado
por Buñuel.[…] Por este motivo las supresiones relacionadas con Nanette son mucho
más significativas ya que implican la práctica desaparición de los valores
cómicos previstos originalmente en el guión, llevando a la película hacia el
formato del melodrama musical.[20]
Sin embargo,
Fráncico Javier Millán, en su reciente biografía sobre Jorge Negrete, le da un
enfoque totalmente distinto a la causa del fracaso de la película al decir:
El grupo escocés |
Gerardo coge la estatua de la libertad para golpear |
Las causas a las
que se refiere F. J. Millán en la citada biografía[23],
expuestas de forma resumida serían: en aquellos años Jorge Negrete estaba
siendo muy cuestionado por los medios de comunicación y sus películas
boicoteadas en las salas de proyección, haciendo que desde las cabinas de
proyección sus películas se vieran mal o se escuchasen peor. Hasta tal punto
que dijo que iba a dejar al cine, al menos por el momento. Las causas eran de
origen sindical ya que en aquellos años era líder de la ANDA y estaba enfrentada con el STIC,
organización que controlaba a los trabajadores de las salas de exhibición. El
artista se había enfrentado a la corrupción de los dirigentes del STIC y éstos
empezaban a pasarle factura saboteando sus películas en los cines. Jorge
Negrete se sentía muy incómodo con los continuos ataques de la prensa y de
algunos compañeros de profesión. Y aquí es donde retomo aquella frase de Buñuel
que subrayé: la “vox populi” y
la prensa ídem, se han metido bastante conmigo, porque desconozco si esas críticas a las que
alude estarán relacionadas con las de Jorge Negrete.
El 16 de enero de 1947, en pleno rodaje
de la película, Jorge Negrete le escribe a Gloria Marín: “estoy como alelado,
parezco un autómata que voy y vengo sin objeto determinado. Me dan la espalda
los ‘amigos’, todos me atacan cada vez más duramente. Los periódicos y los
compañeros me critican más que nunca.”
El ataque violento de Gerardo |
Los
productores estaban molestos con el Negrete sindicalista y algunos no dejarían
pasar de largo que el artista aprovechase su fama para ir en contra de sus
intereses por defender los de los demás.
Muchos
productores estaban resentidos con el artista por “su agresividad en las
disputas laborales y en represalia lo excluían de sus repartos” (Serna, 1993).
El hijo pródigo del cine mexicano se revolvía contra los amos de la
industria para defender a quienes no tenían la proyección pública que él, y
esto no debió de sentar nada bien a quienes manejaban el capital. Detrás de la
campaña de descrédito contra el actor se adivinan intereses oscuros y sobre
todo los mezquinos sentimientos humanos de la envidia y la venganza.[25] Hay que anotar que el
actor sólo estrenó en 1947 la película de Buñuel, cosa bastante insólita si se mira su filmografía
de aquellos años.
El plano fugaz de la rotura del cristal por el golpe de Gerardo |
Millán concluye que “Gran Casino ha pasado a la historia como el film
mediocre y que fracasó en taquilla, sin tener en consideración las
circunstancias y dificultades que rodearon su exhibición y que la convirtieron
en una película maldita desde antes de su estreno.” [27] Por lo que deduce que los
ataques iban dirigidos contra Negrete y Buñuel fue la víctima colateral del
constante acoso que sufría el astro mexicano en la prensa.
Jorge Negree como presidenTe de la ANDA (Asociación Nacional de Actores) |
Si a
esto le añadimos que la película tampoco se pudo estrenar en Argentina porque Perón la había prohibido debido a la
actitud antiperonista de Libertad Lamarque, y siendo como era Argentina mercado grande, el fracaso comercial de la
película se acentuó.
Para ver la ficha técnica o el argumento de la película consulta la página de Filmografía
Para ver la película:
[1] Tomás Pérez Turrent y José de la Colina: Buñuel por Buñuel, Plot, 1993, Pág. 45
[2] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Plaza & Janés, 1982, Pág. 193
[3] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 216
[4] Autor del guión de obras maestras
del cine mexicano como María Candelaria, Flor Silvestre,
etc.
[5] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 214
El diálogo de Mercedes y el jefe del trust del petróleo. No se le sacó toda la carga política que tenía |
[7] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 216
[8] Carta de Buñuel (15/5/47) a José
Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en
Hollywood y después, Edicios do Castro, 1992, Pág. 32
[9] Amparo Martínez Herranz: Gran Casino de Luis Buñuel, Artigrama,
nº 17, 2002, pág. 531
[10] Miguel Ángel Mendoza: Buñuel fracasa en México, Cartel,
14/1/1947. Tomado de Emilio García Riera: Historia
documental del cine mexicano, Vol. IV. Págs. 90-91
[11] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 212
[12] Carta de Buñuel (6/2/47) a José
Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en
Hollywood y después, Edicios do Castro, 1992, Pág. 29
[13] Amparo Martínez Herranz: Gran Casino de Luis Buñuel, Artigrama,
nº 17, 2002, pág. 532
[14] Carta de Buñuel (15/5/47) a José
Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en
Hollywood y después, Edicios do Castro, 1992, Pág. 32
[15] Amparo Martínez Herranz: Gran Casino de Luis Buñuel, Artigrama,
nº 17, 2002, pág. 533
[16] Luis Buñuel: Mi último suspiro, Plaza & Janés, 1982, Pág.193
[17] J. Francisco Aranda: Luis Buñuel, Lumen, 1975, Pág.203
[18] Agustín Sánchez Vidal: Vida y opiniones de Luis Buñuel, Instituto
de Estudios Turolenses, 1985, Pág. 28
[19] Amparo Martínez Herranz: Gran Casino de Luis Buñuel, Artigrama,
nº 17, 2002, pág. 519-20
[20] Amparo Martínez Herranz: Gran Casino de Luis Buñuel, Artigrama,
nº 17, 2002, pág. 545-6
[21] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 232
[22] Carta de Buñuel (11/10/46) a José
Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en
Hollywood y después, Edicios do Castro, 1992, Pág. 27
[23] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 209-33
[24] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 226-7
[25] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 231
[26] Miguel Ángel Mendoza: Buñuel fracasa en México, Cartel,
14/1/1947. Tomado de Emilio García Riera: Historia
documental del cine mexicano, Vol. IV. Pág. 91
[27] Francisco Javier Millán: Jorge Negrete. Ser charro no basta, Fundación
Expresión en Corto A.C., pág. 233
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