Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2013

Don Luis y sus contradicciones

Imagen
     A lo largo de bastantes artículos de este blog hemos observado algunas contradicciones entre la persona de Luis Buñuel y su obra. De eso vamos a tratar aquí.      Buñuel era capaz de moverse con familiaridad y soltura entre contradicciones que hubieran agobiado y lesionado el temple de cualquier otro. Es más, no podría haber funcionado sin ellas; necesitaba a los jesuitas y a los surrealistas, la medievalizante Calanda rural y la cosmopolita Residencia de Estudiantes. Y, de hecho, trenzó sus películas con Cristo y Sade, con crucifijos y navajas, con santos y criminales. 1      Buñuel hace de la contradicción el principio ordenador de su obra y aquí podríamos encontrar que la divinidad organizadora que rechaza se le mete en su obra por la ventana, encarnada en la coincidentia oppositorum. 2      Diríase que toda su vida está movida por una incesante dialéctica, donde las contradicciones y paradojas se enfrentan en rápida oscilación hacia una síntesis superior jamás en reposo

Buñuel en la Residencia de Estudiantes

Imagen
                      Cuenta Buñuel: En la Residencia de Estudiantes... permanecería siete años. Mis recuerdos de aquella época son tan vívidos, que puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que de no haber pasado por la Residencia mi vida hubiera sido muy diferente.      En la R.E. me encontré ante una elección inevitable. En aquella elección influyeron el ambiente en que vivía, el movimiento literario que existía en Madrid en aquellos momentos y el encuentro con unos excelentes amigos [1] . Residencia de Estudiantes      Estos siete años (hasta 1925 en que se fue a París) fueron muy importantes para mi formación. Pasé de agronomía a ciencias naturales y finalmente a filosofía y letras. Aunque estudiaba muy poco, esta carrera, que era de cuatro años, la hice en dos. Todo era ir a los cafés y charlar con los amigos [2] ...     No puedo explicar día a día lo que fueron aquellos años de formación y encuentros; nuestras charlas, nuestro trabajo, nuestros paseos, nuestras borr

Buñuel visto por (8) . . . Carlos Saura

Imagen
Carlos Saura es aragonés y director de cine como Buñuel. El maestro le tenía mucho aprecio.   Quiero mucho y creo en Carlos Saura, aunque es un poco alemán. A veces le digo que no tiene sentido del humor sino de la broma [1] . Cuando dejó Simón del desierto inconclusa, propuso a Carlos Saura para que la continuase; y en el contrato de La vía láctea , dado que Buñuel tenía 68 años y siempre temía que alguna enfermedad interrumpiese el rodaje, puso una cláusula que preveía que si eso llegaba a suceder, el continuador de la película sería Carlos Saura. [2] Añadamos a todo esto que las observaciones que sobre Buñuel hace Saura, son las propias de una persona muy observadora y que le ha conocido muy bien: Buñuel, Saura y Berlanga. Hoz de Huécar. Cuenca. 1960 Fue en el festival de Cannes de 1960 cuando nos encontramos por primera vez…Me dio la impresión de que era alguien a quien conocía bien, un amigo, quizá un familiar que volvía de América, un indiano curtido por la intemper

El bestiario de Luis Buñuel (2)

Imagen
     Tal y como dijimos en este segundo y último post sobre el BESTIARIO de Buñuel vamos a hablar de las arañas e insectos.      Buñuel sentía una mezcla de repulsión y fascinación hacia las arañas: “ Todos los hermanos hemos amado y respetado todo aquello que vive, aunque sólo sea vegetal...Hay una excepción. Las arañas. Horrendos y pavorosos monstruos que en cualquier momento pueden privarnos de la alegría de vivir. Una extraña morbosidad “buñuelesca” hace que sean el tema principal de nuestras conversaciones familiares. Nuestros relatos sobre las arañas son fabulosos [1] ...” ...A las arañas las admiro, pero me repugnan... Sólo de noche. De día, no [2] ... Tengo miedo a las arañas. Toda mi familia lo tiene. Esos bichos me horrorizan, pero también me atraen mucho. Conozco bastante sus costumbres [3] . La migala de Susana En su casa de México no tenía cortinas ni nada donde pudieran ocultarse. Pepín Bello dice que “el miedo infantil a las arañas, le llevaba a ir de noche