Buñuel y el milagro de Calanda
“La cuestión religiosa, obsesión más bien, nace en su infancia, creo. Las misas infantiles, los milagros, la liturgia, los santos... Todo eso le atrae de una manera muy fuerte y lo ha estu diado enormemente. Un ejemplo clásico: el milagro de la pierna, el hombre de Calanda que pierde la pierna y se la entierran, y, ya enterrada, va el hombre todos los días ante el altar y se unta aceite en los dedos para pasarlo por el muñón, hasta que los án geles le traen de nuevo la pierna. En fin, este milagro él lo cuen ta con un orgullo muy curioso y muy especial, como diciendo que es el milagro más impresionante que hay en la historia ca tólica. Me ha hablado de este milagro yo creo que como cinc uenta o sesenta veces. Le atrae enormemente esa historia de mi lagrería, y cuando, no hace mucho tiempo, hubo un centenario o, en fin, una de estas fechas religiosas, su hermana le mandó una serie de artículos de El Heraldo de Aragón que hablaban del milagro y de las ceremonias que se habían cel