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Mostrando entradas de 2021

Buñuel visto por (12) ... José Moreno Villa

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Con ocasión de la exposición itinerante que sobre el poeta, dibujante, pintor y ensayista malagueño está organizando la Residencia de Estudiantes, he pensado que sería de interés mostrar algunos textos que dedicó a Buñuel.  Por esta razón, en el recorrido por lo que podríamos llamar “retratos buñuelianos”, dedico esta entrada, y acaso otras, a este importante y a menudo minusvalorado protagonista de la generación del 27. El maño sentía mucho respeto por José Moreno Villa, probablemente por el apoyo que recibió de él en su exilio mexicano, aunque existen otras hipótesis. Una de ellas es la de Santiago Ontañón, según quien la idea del corte del ojo de Un perro andaluz surgió de un sueño que Moreno Villa explicó un día en la Residencia: « […]  pues a mí me han contado, y no puedo decirte ahora quién, pero ha sido un residente —no sé si fue el mismo Federico o quién—, que un día Moreno Villa bajó a desayunar a la Residencia muy impresionado porque había soñado que, afeitándose con una nav

"Una nota sobre el padre Julián Pablo", seguido de "El tornillo y los misterios" (por Claudio Isaac)

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                                                                       Una nota sobre el padre Julián Pablo La figura más cercana a Luis Buñuel durante los últimos diez años fue sin duda el padre Julián Pablo Fernández. Luis lo buscaba por teléfono como no lo hacía con nadie más, y se veían un par de horas casi a diario. Además del afecto que se desarrollaron ambos, Julián era un hombre de gran cultura artística, filosófica y teológica, lo cual le ofrecía a Luis la posibilidad de conversaciones prolongadas en torno a temas primordiales para él. Desde siempre, la trayectoria de Julián daba para el cotilleo: paralelo a su sacerdocio dentro de la orden de los Dominicos, se había graduado en un Instituto de Erotología en París con una tesis sobre el marqués de Sade; parrandero y bebedor, había sido amigo de personajes notorios de las artes y la bohemia, él mismo era dibujante, grabador y pintor, también había dirigido cine experimental en Francia y un largometraje industrial en México.

¿Deudor? (por Claudio Isaac)

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  Circula entre gente de cine la versión de que durante la filmación de Los olvidados el fotógrafo Gabriel Figueroa criticó el encuadre que Buñuel había elegido para una toma con varios sujetos en movimiento, pues “cortaba a los actores debajo de las rodillas, sin mostrar los pies”. De ahí sigue que Figueroa le machacó su desaprobación: “La composición es fallida, no encontrará usted ninguna buena pintura donde estén los personajes cortados así”. A continuación, se dice, le apostó mil pesos a que no hallaría un cuadro clásico con esa composición. La historia concluye exponiendo que Buñuel perdió la apuesta y no la pagó. Habría que subrayar que con todo y su desprecio antiburgués o las explosiones de iconoclasia mostradas en casi todas sus películas, él era -contradictoriamente o no- un hombre que se conducía con singular decencia. Si bien durante sus juventudes parisinas se había disfrazado de monja para escandalizar a los paseantes de los boulevares, el Buñuel de una década despu

Libertad (por Claudio Isaac)

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  En los próximos post tendremos el placer de contar con Claudio Isaac, pintor, cineasta, escritor y poeta mexicano, así como amigo personal de Luis Buñuel. Claudio es, además, el autor de uno de los más entrañables libros que se han publicado sobre el calandino, Luis Buñuel: a mediodía (publicado también en inglés), que se compone de lo que hoy llamaríamos microrrelatos y que, efectivamente, son piezas maestras de microhistoria buñueliana. En esta línea, hoy publicamos uno de ellos, inédito, como lo serán también los próximos.   Libertad   Libertad Lamarque era una actriz lloricona pero no por ello se le sonrojaban las mejillas: era gélida. Su rostro poseía tersura y facciones de estatua clásica, una belleza distante, también gélida. Figura idónea para el melodrama, sabía explotar hábilmente las posibilidades del género. Fue convocada a participar en Gran Casino , el primer proyecto de Buñuel en México, en cuyo rodaje relucieron diversas flaquezas preocupantes: el argumento e

Fotopost: Diseño de producción de “Así es la aurora”

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No es fácil encontrar entre la documentación sobre la producción cinematográfica de Buñuel imágenes relativas a diseños o maquetas de la producción artística o del vestuario de sus películas. Esto no quiere decir que no se realizasen. En este fotoblog aporto dos ejemplos relativos a Así es la aurora (1956) una de esas obras poco mentadas de su director, a pesar de que la consideraba una de sus favoritas. El director de producción de esta cinta fue Max Douy (1914-2007), cuya foto encabeza esta entrada, el director artístico de la mayoría de las películas de Claude Autant-Lara y de nada menos que La regla del juego (Jean Renoir, 1936), Les Dames du bois de Boulogne (Robert Bresson, 1945), Quai des Orfèvres (Henri-Georges Clouzot, 1947) e incluso el film de James Bond Moonraker (Lewis Gilbert, 1979), además de encargarse de diversas escenografías teatrales. Las maquetas de la escenografía de Así es la aurora realizadas por Douy y que incluyo aquí representan el rellano del primer

Buñuel visto por (11) ... José Ángel Valente

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De todas las entradas sobre como veían a Buñuel otros artistas o colaboradores, quiero proponer quizás la más bella de todas, y no solo por ser la más lírica. Es el poema que el versista gallego José Ángel Valente le dedicó, pues Buñuel fue una de las fuentes en las que desarrolló su magnífica obra poética. Forma parte del poemario El inocente , compuesto entre 1967 y 1970.                       El escorpión amigo de la sombra…   Homenaje a Luis Buñuel El escorpión amigo de la sombra suele horadar las entrañas de la tierra, mientras tú provisto de una lupa feroz y sobria analizas los tristes fundamentos, piedra capitular y mierda melancólica, de la ciudad de Roma y de su imperio. Están los mallorquines impolutos, implacables, arteros, deponiendo sonoridad intestinal que el viento solemne de la Historia consolida. Ay cuánta muerte baja de un solo golpe de cadena por todos los retretes del mundo. Ay cuánta muerte, ya muerta, putrefacta y reseca o semisólida, h

Adiós a Jean-Claude Carrière

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  Con motivo de la triste desaparición de Jean-Claude Carrière, me gustaría hacer algunas breves reflexiones sobre la aportación del francés al trabajo del calandino. Carrière fue un personaje importante, quizás el más importante después de Serge Silberman, productor sin el que ni uno ni otro hubieran sido lo que llegaron a ser, en una época muy concreta e importante para ambos: etapa final para Buñuel, iniciática (más que inicial) para Carrière. Precisemos antes que nada que Buñuel estuvo casi siempre rodeado de importantes guionistas para ayudarle a elaborar los diálogos de sus películas. El caso de Julio Alejandro y, en menor medida, Luis Alcoriza son buenos ejemplos. Pero Carrière apareció en el momento oportuno para iniciar un viaje cinematográfico — interruptus , por cierto— y narrativo —se encargó de poner negro sobre blanco las memorias del director—. Esto no quiere decir que Buñuel no participase en los diálogos; al contrario, participaba y mucho, hasta el punto de que en los

La descomunal batalla de las catedrales y las vagonetas (La obra literaria de Luis Buñuel: avatares II)

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  Las dos ediciones oficiales (por decirlo de algún modo) de la obra literaria de Buñuel, la de Joaquín Aranda para El Heraldo de Aragón y la de Manuel López Villegas, omitieron el cuento que incluyo hoy en este post y que Agustín Sánchez Vidal rescató en su ensayo sobre Buñuel, Lorca y Dalí [1] . Se trata, pues, de la menos conocida de las producciones literarias de Luis Buñuel. Continuación coherente de «La agradable consigna de Santa Huesca» , es un cuento compuesto en octubre de 1933 con la más que probable colaboración de Pepín Bello (quien se lo mostró a Sánchez Vidal), pero, como en el cuento anterior, la huella de este es más inspirativa que otra cosa. Además de condensar los motivos característicos de su producción escrita, así como sus motivos , su bestiario y sus actos escatológicos, es una clara manifestación del espíritu provocador que en aquel momento no podía canalizar a través de su cine. Desde este punto de vista, es seguramente su obra más radical y subversiva, la