Don Luis y sus contradicciones
A lo largo de bastantes artículos de este blog hemos observado algunas contradicciones entre la persona de Luis Buñuel y su obra. De eso vamos a tratar aquí.
Buñuel
era capaz de moverse con familiaridad y soltura entre contradicciones que
hubieran agobiado y lesionado el temple de cualquier otro. Es más, no podría
haber funcionado sin ellas; necesitaba a los jesuitas y a los surrealistas, la
medievalizante Calanda rural y la cosmopolita Residencia de Estudiantes. Y, de
hecho, trenzó sus películas con Cristo y Sade, con crucifijos y navajas, con santos
y criminales.1
Buñuel hace de la
contradicción el principio ordenador de su obra y aquí podríamos encontrar que la
divinidad organizadora que rechaza se le mete en su obra por la ventana,
encarnada en la coincidentia oppositorum.2
Diríase que toda su vida está
movida por una incesante dialéctica, donde las contradicciones y paradojas se enfrentan
en rápida oscilación hacia una síntesis superior jamás en reposo. En esto parece
continuar, salvando las distancias, el estilo de dos grandes aragoneses
artistas como él: Baltasar Gracián y Francisco de Goya.3
Buñuel no ha vivido casi
nunca las posturas que proclama con su cine. Si se exceptúan, tal vez, la
primera época surrealista y determinadas actitudes de su anterior estancia
madrileña, el cineurgo ha actuado casi
siempre en contra o al margen de sus convicciones.
Foto de Antonio Gálvez |
Todo ello contribuye al
fracaso de tantos críticos de derecha e izquierda que han pretendido
clasificarle con definiciones precisas y adjetivos equívocos. Buñuel es un
empedernido hombre de contradicciones, encastillado en sus primeras actitudes
juveniles y sin la menor preocupación por cambiar de postura. Tal vez radique
en este talante contradictorio un aspecto interesante de su cine.4
Buñuel
fue pues un hombre de contradicción en quien se afirmaban, negaban y
contraponían, simultánea o sucesivamente, múltiples escalas de valores. De
semejante actitud hizo su divisa personal y ahí radicaba gran parte de su
genial dinamismo.5
Buñuel extrae vorazmente su
fuerza de sus propias contradicciones insuperables.6 No
existe otro director como Buñuel, cuya obra esté determinada por la esencia de
la contradicción y que no obstante se presenta al mismo tiempo como una unidad
de consecuencia inequívoca.
Buñuel
era capaz de moverse entre grandes contradicciones y salir indemne o
relativamente indemne como artista o incluso le ayudaron a avanzar en la
dirección que él deseaba.7
A lo largo de toda su vida ha
habido una contradicción entre la persona de Buñuel y su obra en múltiples aspectos:
·
Escribe cuentos
en una revista para ciegos con la intención de colaborar a su rehabilitación psicológica
y al mismo tiempo muestra a los ciegos de forma “cruel” a lo largo de su
filmografía: La edad de oro, Los olvidados.
·
Es partidario de
la revolución social violenta, pero durante la revuelta de mayo del 68 se va
huyendo a Bélgica. Cuando se muestran en la vida, la sangre, la opresión… Buñuel
abomina de la revolución. En este sentido, es tan solo consecuente a medias. Él
lo sabe perfectamente. En realidad, actúa como un moralista sin moral. La
revolución del cine de Buñuel sólo se da, pues, en la pantalla.
·
Sus películas
antiburguesas y anticapitalistas están realizadas con la ayuda del capitalismo burgués,
primero el de su familia o el propio; luego, el de los productores de
diferentes nacionalidades.
·
Las violencias
visuales de su cine, tanto en la línea del erotismo como en la de la crueldad,
provienen de una personalidad delicada, incruenta y hasta tímida. Le molesta la
crueldad de los primeros planos.
Foto de Antonio Gálvez |
·
Era un hombre
ateo total, pero se sentía muy bien en un ambiente religioso, desde su
infancia. Ateo, gracias a Dios, como se definió más de una vez, la religión católica,
en la que fue educado,...ocupa una buena parte de su obra.8 Ateo
alimentado de cristianismo.
·
Buñuel fue
siempre profundamente antimonárquico, tal vez republicano a medias, pero se
dejó condecorar, nada menos que con la “Gran Cruz de la Orden de Isabel la
Católica” por el entonces ministro de Cultura, J. Solana.
·
Despreciaba
olímpicamente a la intelectualidad pero era amigo de los intelectuales de su
generación y, posteriormente, de los de la “gauche divine” aceptando complacido
el doctorado “honoris causa” de la Universidad Complutense de Madrid, en donde
había cursado con nota mediocre la carrera de Filosofía y Letras.
·
Decía que no le
interesaban los premios, pero llevaba una lista detallada de todos los que le
concedían.
·
No podía ver a
los periodistas, pero guardaba varios álbumes con las críticas de sus
películas.
·
Combatió
sistemáticamente a la institución familiar en todas sus películas y llevó una
vida de familia ejemplar. Censuraba, por ejemplo, el divorcio de algunos de sus
amigos y colaboradores.
·
Criticó al clero
y a las religiosas. Sin embargo, uno de sus hijos se educó en colegio de
religiosas y, personalmente, tuvo varios amigos religiosos, alguno de los
cuales (el padre Julián) le acompañó fielmente en su última enfermedad,
visitándole a diario.
·
Ataca las normas
solamente desde los márgenes, ya que disfruta, cuando puede, de los privilegios
de su clase...Buñuel desata la imaginación en sus obras, mientras mantiene una
vida privada estable y burguesa.9
·
Era un cineasta
de instinto, de un método, o de un sin-método, surrealista, pero al mismo
tiempo –como lo notó una vez François Truffaut- sus guiones estaban muy bien
construidos…10
·
Era un hombre muy
cariñoso y al mismo tiempo uno de los hombres más violentos que he conocido.
Pasaba de un extremo a otro.11
·
Amor por las
armas y al mismo tiempo ese miedo hacia ellas.
Foto de Antonio Gálvez |
·
Le molestaban
nuestras blasfemias, pero a él le gustaba mucho decir, de vez en cuando, ¡ Me cago en Dios!.. Pero lo tenía que
decir él, si lo decías tú, le molestaba.12
·
Entre su manera
de pensar y su forma de vivir. El antiburgués por excelencia llevaba la vida de
un perfecto burgués. Su mujer decía que era el “burgués más grande del mundo”.
·
El feroz fustigador
de una sociedad injusta e inhumana se encontraba muy a gusto en el mundo en el
que le había tocado vivir, y parecía aceptablemente cómodo en su doble papel de
permanente predicador de la revolución, y de defensor permanente de la rutina
burguesa cotidiana.
·
El partidario de
acabar con todo tipo de convencionalismo, se sentía incómodo si no se le
trataba de usted, etc, etc. (Antonio Castro)
·
Era marxista y al mismo tiempo anarquista.
·
Era rico (de
joven) y revolucionario,
·
Moral y amoral,
según la -clasificación católica
·
Era
–teóricamente- partidario de una organización del mundo que rechaza totalmente
lo irracional y basar el arte que le da fama precisamente en lo contrario.13
·
Como creador
(revolucionario)y como persona (muy conservador)
·
Antiartista
haciendo grandes obras de arte,
·
Español,
encarnación misma de España, pero español desterrado, que hizo lo esencial de
su obra en México y en París.14
El
espíritu de contradicción de Buñuel, de su dialéctica, se refleja en sus personajes. Al afirmar que
la acción es un compromiso y que los vicios pueden convivir con las virtudes –o
viceversa- que la injusticia justifica frecuentemente la violencia
revolucionaria o simplemente de represalia, Buñuel parece suscribir las
categorías maniqueas. Pero estas categorías, una vez establecidas, se ven inmediatamente
socavadas por contradicciones que quedan bien patentes a causa de la
complacencia burlesca del estilo de Buñuel.15
La
dualidad es la condición de reunir dos caracteres distintos en una misma
persona...La dualidad en manos de Luis Buñuel conduce a la ambigüedad, a algo
que puede entenderse de varios modos o a admitir distintas interpretaciones y
dar, por consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre y confusión.16
Foto de Antonio Gálvez |
Buñuel
es siempre ambiguo. Lo es, por ejemplo, en las películas de temática política
como Así
es la aurora, La muerte en este jardín y Los
ambiciosos.
Se ha criticado la falta de
coherencia entre su obra y su vida, pero precisamente porque en sus películas
desplegó, sin cortapisas, los fantasmas del deseo imaginario, porque sublimó y
nos permitió sublimar la pulsión en el ámbito de lo estético, probablemente por
todo eso, y pese a su antihumanismo teórico y estético, pudo llegar a ser un
buen padre, un buen marido..., un buen hombre en definitiva...17
NOTAS:
1 Agustín Sánchez Vidal: Vida y opiniones de Luis Buñuel. Pág.: 6
2 Víctor Fuentes: Buñuel: Cine y Literatura. Pág.: 182
3 Manuel Alcalá: Buñuel (Cine e ideología). Pág.: 15
4 Manuel Alcalá: Buñuel (Cine e ideología). Pág.: 119
5 Manuel Alcalá: ¿Teísmo anónimo de un ateísmo explícito?. En, AA. VV.: Camino y encuentro con Luis Buñuel.
Pág.: 33
6 Jorge Ayala Blanco, en: Emilio García
Riera : Historia documental del cine
mexicano, VIII. Pág.: 239
7 Agustín Sánchez Vidal, en: AA. VV.: Camino y encuentro con Luis Buñuel.
Pág.: 77
8 César Carlos Fontenla: Luis Buñuel: Es peligroso asomarse al
interior. Pág.: 16
9 Elena Gascón-Vera: La imaginación sin límites: Sade en Buñuel. En: Turia, nº 26. Pág.: 158
10 Jean-Claude Carrière, en: AA. VV.: Testimonios sobre Luis Buñuel En: Turia, nº 28-29. Pág.: 198
11 AA. VV.: Testimonios sobre Luis Buñuel En: Turia, nº 28-29. Pág.: 216
12 AA. VV.: Testimonios sobre Luis Buñuel En: Turia, nº 28-29. Pág.: 217
13 Max Aub: Luis Buñuel, novela, Cuadernos
del vigía, 2013, pág. 284.
14 Jean-Claude Carrière, En: Marcel Oms: Don Luis Buñuel. Pág.: 10
15
Raymond Durgnat: Luis Buñuel. Pág.: 145
16 Luis García-Abrines: La dualidad en Luis Buñuel En: Turia,
nº 20. Pág.: 155
17 Luis Martín Arias : El escándalo imposible: del surrealismo a la posmodernidad. En: Obsesión es Buñuel. Pág.: 238
Comentarios
Publicar un comentario