Él, 1952-53
... Es una de mis películas preferidas... A decir
verdad, no tiene nada de mexicana. La acción podría desarrollarse en cualquier
parte, pues se trataba del retrato de un paranoico[1].
Me satisface sobre
todo por lo que tiene de documento verídico sobre un caso patológico... Pero
toda la exposición minuciosa, detallada, documentada del proceso psicopático
del personaje resultó inverosímil para el gran público que se reía
frecuentemente durante las proyecciones del film. Ello me confirma el hecho de
que el cine tradicional común y corriente ha cultivado en el público un gran
apego a lo convencional, al sentido común superficial y falso.
Suprimiría gustoso
la parte melodramática, que es la que precede al matrimonio del personaje
central y que no es más que una intriga amorosa entre la que habrá de ser su
esposa, el novio de ésta y el propio paranoico.
La intención final
del film es, más que anticlerical humorística. Sin embargo, el personaje es
patético. A mí me conmovía ese hombre con tales celos, con tanta soledad y
angustia dentro y tanta violencia interior. Lo estudié como un insecto...[2]
Quizá es la
película donde más he puesto yo. Hay algo de mí[3]
en el protagonista... Francisco Galván es un paranoico. Predomina, sin embargo,
la necesidad de que los demás lo tengan por perfecto...Es un burgués
auténticamente caballero, auténticamente católico... pero tiene delirio de
persecución: cree que le ponen los cuernos, que le arman una trampa legal para
quitarle lo suyo[4]...
Para Él actué como se acostumbra en México:
me proponen una película y en vez de aceptar de golpe, intento hacer una
contrapropuesta que, aunque sigue siendo comercial, me parece más apta para
expresar algunas de las cosas que me interesan. Fue el caso de Él. No había pensado en La edad de oro. Conscientemente quise
hacer la película del Amor y de los Celos. Pero reconozco que siempre se siente
uno atraído por las mismas inspiraciones, por los mismos sueños y que pude
hacer en Él cosas que se parecen a La edad de oro...Respecto a la
escena en que el marido quiere coser a su mujer... Es natural que tenga más tendencia a ver y pensar una situación según
un punto de vista sádico o sadista que neorrealista o místico por así decir. Me
decía: ¿qué debe de coger el personaje?: ¿un revólver? ¿un cuchillo? ¿una
silla? ¿Acabé por elegir unos objetos más inquietantes. Eso es todo...
Respecto al final de la película, cuando el héroe convertido en monje se marcha
zigzagueando... Me da mucha risa verlo
así zigzagueando. No significa nada pero me gusta[5].
La
película está inspirada en la novela del mismo título que Mercedes Pinto
publicó en 1926 en Montevideo. En 1943 se establece en México y en 1945 y 1948
su novela Él fue reeditada en ese
país. Buñuel también se basó en el marido de su hermana Conchita, Pedro García
de Orcasitas[6],
que era un hombre un tanto paranoico[7]
y si uno lee las memorias que escribió la esposa de Buñuel, Memorias de una mujer sin piano, nos
daremos cuenta de que también hay mucho del realizador, de hecho durante una
visita de Helena Poniatowska le dijo: “¿Viste la película Él con
Arturo de Córdova? Bueno, pues ése es Luis”[8]
Escena incial de la película en la que Francisco conoce a Gloria. Buñuel mezcla religión y fetichismo
El
guión técnico que elaboró Buñuel, como todos los que realizó hasta El
ángel exterminador, era muy detallado: se especifican los decorados,
localizaciones, movimientos de cámara, escala de planos, sonidos, etc.[9],
todo ello con la intención de que el rodaje fuera rápido, económico y sin
problemas.
Este comenzó el 24 de noviembre de 1952 y terminó el 27 de enero de 1953 en
los estudios Tepeyac. Se estrenó el 9 de julio en los cines Chapultepec, Lido y
Mariscala, permaneciendo en cartel dos semanas.
Como
ya hemos dicho en el análisis de otras películas del realizador, las
modificaciones más frecuentes durante el rodaje, son para aligerar el mismo.
La
película está dividida en tres partes:
·
La primera trata de la seducción amorosa
de Gloria por parte de Francisco. Está narrada de forma objetiva, aunque hay
algún plano subjetivo de Francisco. Tiene la estructura del melodrama.
·
La
segunda parte o central está narrada de forma subjetiva por Gloria a
través de flash back. Pasamos del melodrama de la parte anterior a una versión
buñueliana de las desventuras sadistas de la Justine sadiana, en donde Francisco se entrega al frenesí de su
pasión sadomasoquista.
·
La
tercera parte y el epílogo está narrada de forma objetiva, excepto la secuencia
del final de la película en que Francisco busca a Gloria y entra en la iglesia.
Primera parte de la película: narración objetiva |
Tomás Pérez Turrent le dijo: Él
es técnicamente la mejor película que se ha hecho en México. Y en este
sentido es la más perfecta de las de usted...Tal vez la sensación de que en Él
hay muchos movimientos de cámara se deba al dinamismo, a la movilidad de las
situaciones... Lo curioso es que esta movilidad... se da en espacios muy
cerrados.[11]
Buñuel
se sirvió de espacios muy cerrados, muy ahogados para crear ese universo
claustrofóbico que es el reflejo de la prisión en la que se encuentra encerrado
su protagonista…De igual manera, todos los escenarios que acogen en el film los
momentos de crisis de Francisco presentan ese carácter sofocante, cerrado: su
tortuosa mansión, el exiguo compartimento del tren, la habitación del hotel y
el monasterio en el que aparece enclaustrado al final de la cinta. [12]
El
enclaustramiento es uno de los aspectos predominantes en su cine, él mismo
reconoció en más de una ocasión que no sabía qué hacer con los espacios
abiertos y que por ese motivo encerraba a sus personajes. Sin embargo, la
reclusión es también la mejor fórmula para ilustrar ese eterno conflicto entre
deseo y realidad en el que se debaten sus personajes. [13]
Va a empezar la 2ª parte: narración subjetiva de Gloria |
Cuando
Francisco parte por última vez en persecución de Gloria, los ángulos de cámara
adquieren poco a poco un carácter insólito que nos hace compartir su
alucinación. Las escaleras están desequilibradas dentro de la imagen, las
habitaciones se vuelven gigantescas y los techos aplastantes, las esquinas
esconden a los personajes perseguidos.[15]
La
puesta en escena de la película es meticulosa, con una clara preocupación por las
simetrías, repeticiones y alternativas, un montaje equilibrado de planos y
contraplanos, planos cercanos y planos de conjunto. La precisión en el manejo
del espacio vuelve aún más enigmático el hiato en el manejo del tiempo... [16]
A
menudo utiliza en Él, planos generales y americanos, con los que nos sitúa como
espectadores externos a lo que se desarrolla en una escena determinada, donde
los casi imperceptibles movimientos de cámara hacen que la captemos de una sola
mirada; luego introduce repentinamente un travelling a gran velocidad y nos
acerca a un primer plano. Estatismo y subversión se asocian como si el
realizador quisiera con ello ilustrar el conflicto entre la placidez de un
orden establecido y la violencia del desorden individual y subjetivo del
protagonista, el antagonismo entre la rigidez de los personajes que rodean al
paranoico y la violencia anterior del propio Francisco.[17]
Aquí comienza la narración objetiva de la 3ª partede la película |
En
el resto del film el realizador se aparta de la búsqueda de plasticidad sin por
ello dejar de prestar atención a la configuración de escrupulosas composiciones
que se alejan de cualquier tipo de efectismo visual…[18]
Ya
en 1939 y con la intención de buscar trabajo, Buñuel escribió su Autobiografía y la envió al MOMA. Al
final de la misma escribió: Me gustaría
realizar películas documentales de naturaleza psicológica. Y uno de los
proyectos que proponía era Psicopatología,
donde trataría de exponer el origen y
desarrollo de diferentes enfermedades psicopáticas. La vida del enfermo, su
tratamiento, sus delirios. Podría desarrollar un nuevo tipo de terror o su
sinónimo humor y a ratos una extraña poesía, ausente hasta la fecha y producto
de esos dos sentimientos.
Él va en esa línea, es
un estudio meticuloso y exacto del tránsito de la neurosis obsesiva a la
paranoia y demuestra la sólida preparación científica de Buñuel, en una
interpretación rigurosamente freudiana del caso.[19]
Fernando
Cesarman, psicoanalista dijo del protagonista: “Enloquece científicamente: se
trata de una persona con todas las características potenciales para sufrir,
bajo situaciones de presión adecuadas, el cuadro de locura denominado paranoia.
Además de otros elementos persecutorios, sufre crisis de celos patológicos que
lo conducen a deformar la realidad entre delirios y alucinaciones. Desde el
enfoque surrealista, pudiera considerarse la enfermedad de Francisco como la
búsqueda de su realidad interior”.[20]
Lacan
proyectó la película en la Escuela de Psicopatología de París, bajo el título:
“El estudio científico de un psicópata”. “Lacan dijo que si queríamos saber, y
aprender mucho, acerca de la neurosis obsesiva… debíamos leer el historial
clínico del hombre de las ratas. Uno de los psicoanálisis freudianos más
importantes. Pero… si queríamos saber, y aprender mucho, acerca de la paranoia
dijo que debíamos ver la conocida película de Buñuel Él.[21]
La escena del campanario inspiró la de Vértigo de Hitchcock |
El
psicótico ha dado un paso más allá de la neurosis común y corriente que nos
impide controlar más o menos nuestros demonios interiores...guiado por una sed
de absoluto que quiere llevar a la perfección las instancias sociales y morales
que para los demás, para la gente “normal”, son relativas: el derecho de propiedad,
la devoción religiosa y, sobre todo el amor...[23]
Para
contarnos la historia de Francisco, Buñuel recurre al melodrama, lo que
contribuye a la aceptación de los ingredientes más insólitos del filme...El
melodrama sirve así perfectamente a las intenciones del cineasta, que le da la
vuelta como si fuera un guante.[24]
Buñuel
da la espalda a los mecanismos de identificación sentimental que hacen que un
melodrama lo sea en plenitud. Se las arregla para que, quedando el corazón del
conflicto melodramático ante nuestros ojos, se nos imponga una cierta distancia
sin merma de nuestro interés. El dispositivo narrativo, ayudado por una
planificación que rehúye casi sistemáticamente el primer plano, y por una
puesta en escena que trunca sin exhibicionismo los hábitos cinematográficos
establecidos, nos enfrenta al drama negándonos la posibilidad de ejercer la
(auto) compasión, haciéndonos reír con una risa cuyo eco nos retorna una vez
que la habíamos cesado, impeliéndonos a confrontarnos no tanto con la película
como con nuestra realidad. [25]
Con
Él,
Buñuel profundiza en el tema que se había tratado en La edad de oro y al que
volvería en diferentes ocasiones: la crítica a la represiva moral burguesa que llevará
a Francisco a la paranoia.
El
héroe encarnado por Modot se convierte con Arturo de Córdova en un anti-héroe,
en una víctima aquiescente y cómplice del orden político, económico y religioso…en
un mallorquín. [26]
...No quise, de
manera consciente, imitar o conseguir La
edad de oro. El héroe de Él es
un tipo que me interesa como un escarabajo o un anofeles...Siempre me
interesaron mucho los insectos... Soy un poco entomólogo. El examen de la
realidad me interesa. [27]
Él también puede ser visto como un film antirreligioso. La
iglesia es el escenario en el que se despliegan tres pasiones: la fascinación
que se desencadena durante la primera secuencia, el reencuentro entre Gloria y
Francisco que sella su mutuo aunque desigual prendimiento, apenas unas
secuencias más tarde, y, por último, el estallido de la alucinación auditiva y
visual, casi al final del film, que sella el destino del protagonista.[28]
La
secuencia inicial asocia, una vez más en Buñuel, sexo y religión. Buñuel
presenta el fetichismo religiosos como una sublimación de un deseo fetichista
erótico. La película empieza con la celebración del lavatorio de pies de Jueves
Santo. Sin embargo, lo que vemos...es la sustitución de la pasión cristiana por
la sadiana: la fe minada por la perversión. Gloria es el personaje sadiano por
excelencia…mucha pasividad ante los tormentos que se le imponen. La película,
como un homenaje a Sade, podría haberse titulado “Los infortunios de Gloria” o
“Los infortunios de la virtud”.
En la parte final de la película el delirio de Francisco introducirá de nuevo planos subjetivos |
Las
pulsiones y perversiones tienen, en el cine de Buñuel, una vertiente espiritual
(Deleuze).
Críticos
como Robert Benayou y Freddy Buache han visto la fulminante carga sadiana de
impugnación contra la idea de Dios y la religión como factores asfixiantes del
deseo, que encontramos en esta película. Sin embargo, también hay que tener
presente que en Buñuel la represión religiosa y la idea del pecado sirven de
acicate del deseo erótico…
Francisco,
se entrega al frenesí de su pasión sadomasoquista: atraviesa el ojo de una
cerradura con una aguja de punto, esperando encontrar el ojo de Ricardo y,
después, provoca una pelea con éste que le deja a él con el labio
ensangrentado.
Este
perfecto caballero, admirado por la sociedad y respetado por la iglesia, pero
que se transforma en sádico, tiene mucho de émulo del sadiano Ambrosio, el
protagonista de El monje.[29]
"El
santo, el criminal y el loco se nos presentan como manifestaciones paralelas de
una pulsión equivalente, como modalidad de la perversión del deseo. De los tres
tiene algo el protagonista de Él, Francisco, cuya religiosidad
exacerbada coexiste con la paranoia y la violencia.[30]
Plano final de la película, interpretado por el propio Buñuel.
Al realizador le bastaba mostrar como andaba para verificar su enfermedad
La
película no fue bien recibida por la crítica cuando se presentó en el Festival
de Cannes, pero con el tiempo ha ido creciendo y hoy día está considerada como
una da las indiscutibles obras maestras del realizador aragonés.
Para leer La adaptación cinematográfica de Él.
Para leer La adaptación cinematográfica de Él.
[1] Luis Buñuel: Mi último suspiro, Plaza & Janés, 1982, Pág. 198
[2] Declaraciones de Buñuel a la
revista Nuevo Cine, nº 4-5, nov 1961.
[3] Aparte del hecho de que Buñuel era
celoso, hay otras cosas en la película que proceden del mundo de Buñuel. La
casa donde vive el protagonista guarda relación con la de sus padres. La aguja
que atraviesa la cerradura en la habitación del hotel tiene relación con sus
estancias veraniegas en San Sebastián. José Luis Chacón afirma que Buñuel llegó
a pedirle a Arturo de Córdova, el protagonista, que imitase gestos suyos,
especialmente su modo de andar. (De qué al quién. Ciclotimia, celotipia y
psicosis paranoide en Él de Luis Buñuel. En: El Genio Maligno, Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, nº 1,
sep. 2007, pág. 126.)
[4] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 80
[5] André Bazin y Jaques
Doniol–Valcroze: Conversación con Luis
Buñuel. El cine de la crueldad, Mensajero, 1977, Pág. 108
Foto rodaje de la película |
[7] Leonardo Buñuel en: Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar,1985,
Pág.194
[8] Helena Poniatowska: Una obra maestra, El país, 25 agosto
2003
[9] Ver a este respecto el artículo de
Amparo Martínez Herranz: El método de
trabajo de Luis Buñuel en México en torno a Él (1954), Artigrama, nº 22, 2007
[10] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 84
[11] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 84
[12] Teresa
Rodríguez Hage: BuñuÉl. Ayuntamiento de San Cristóbal de la
Laguna, 2001, Pág. 135
[13] Teresa
Rodríguez Hage: BuñuÉl. Ayuntamiento de San Cristóbal de la
Laguna, 2001, Pág. 135
[14] Xavier Bermúdez : Buñuel: espejo y sueño. Ediciones de la
Mirada, 2000, Pág. 136
[15] En: Emilio García Riera : Historia documental del cine mexicano,
V. Pág. 106
[16] Paula Antonio Paranaguá : Luis Buñuel. Él. Pág. 36
[17] Teresa
Rodríguez Hage: BuñuÉl. Ayuntamiento de San Cristóbal de la
Laguna, 2001, Pág. 135
[18] Teresa
Rodríguez Hage: BuñuÉl. Ayuntamiento de San Cristóbal de la
Laguna, 2001, Pág. 146
[19] Roman Gubern: Cine Español en el exilio. Lumen, 1976, Pág. 124
[20] Fernando Cesarman: El ojo de Buñuel. Psicoanálisis desde una
butaca, Anagrama, 1976, págs. 131-2
[21] Sebastián Llaneza: Lacan y el arte aplicado al psicoanálisis.
Cinecuanon, 19 mayo 2012.
[22] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, Pág. 172
[23] Emilio García Riera : Historia documental del cine mexicano,
V. Pág. 101
[24] Paula Antonio Paranaguá : Luis Buñuel. Él. Paidós, 2000, Pág. 112
[25] Xavier Bermúdez : Buñuel: espejo y sueño. Ediciones de la
Mirada, 2000, Pág. 136
[26] Freddy Buache: Luis Buñuel. Guadarrama, 1976, Pág. 72
[27] André Bazin y Jaques
Doniol–Valcroze: Conversación con Luis
Buñuel. El cine de la crueldad, Mensajero, 1977, Pág.108
[28] Vicente Sánchez-Biosca: ¡Arrodíllate, por favor! Ambivalencias
litúrgicas en la obra de Buñuel.
[29] Víctor Fuentes: Buñuel en México. Instituto de Estudios
Turolenses, 1993, Pág. 116
[30] Víctor Fuentes: Buñuel: Cine y Literatura. Salvat, 1989,
Pág. 104
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