Una mujer sin amor (1951)
Esta es una de las películas que Buñuel llamaba alimenticias, es decir, las hacía
para poder comer. Buñuel no
encontraba nada salvable a esta película. Si la mayor parte de la crítica suele
menospreciar casi toda su producción mexicana, esta película es de las que se
llevan la palma. Se suele meter en un capítulo conjunto con La
hija del engaño y Susana o Subida al cielo, dedicándole
unas pocas líneas.
Buñuel comienza el rodaje el 16 de abril de
1951 en los estudios Churubusco con un costo aproximado de 450.000.000 pesos. Se
estrena el 31 de julio de 1952 en el cine Mariscala.
Buñuel
al hablar de esta película se contradijo:
En
la entrevista con Tomás Pérez Turrent y José de la Colina dijo:
Es el peor de las que he hecho. Se basaba en Pierre
et Jean, de Maupassant, que Cayatte ya había
filmado muy bien. Yo tuve que filmarla en veinte días y con menos medios; ¡y
me hubiera gustado que William Wyler me
hiciera una película en esas condiciones! En realidad seguimos casi plano por plano la película de Cayatte,
que era una guía mínima para trabajar en estudio. Había que filmar rápido, así que evité los cortes lo más que pude y esto me facilitó luego
el montaje.[1]
Mientras que en sus memorias
dijo:
Sin duda mi peor película. Se me
pidió que hiciera un remake de una buena película que André Cayatte había
realizado en Francia sobre Pierre et Jean, de Maupassant. Se trataba de
instalarme una moviola en el plató para que yo copiase a Cayatte plano por
plano. Naturalmente, me negué y decidí rodar a mi manera. Resultado
mediocre.[2]
¿Cuál
de las dos declaraciones se acerca más a la verdad? ¿De qué forma influyó la
versión que André Cayatte realizó en 1943 con el título de Pierre et Jean, en la
película de Buñuel?
Es
lógico que si las dos parten de la misma novela tengan cierto parecido, pero este
aumenta bastante en el primer tercio de la película, precisamente la parte que
se dedica a describir cómo se llega a producir la relación extramatrimonial de
la Sra. Roland (versión Cayatte) y de la Sra. Montero (versión Buñuel) y de la
que no se dice nada en la novela.
Veamos
dónde se encuentran las semejanzas (versión Cayatte/versión Buñuel):
Pierre et Jean: El niño con un barquito de madera |
·
El
padre se queja a su esposa de que le da la razón al niño.
·
Al
niño se le exige que reconozca su falta y como no lo hace el padre le abofetea.
·
Al
considerarse injustamente tratado el niño reacciona tirándose al agua/escapando
de casa.
·
El
marido interviene ante un cliente impertinente para decirle que no se vende
nada/no está en venta y “echarlo”.
·
Al
curar al marido/llevar al niño al padre, éste invita a comer/cenar al que será “salvador”
y futuro amante de su esposa.
·
Después
de la comida en común quedan para pasar el día siguiente juntos. El marido
tiene que arreglar la bicicleta/resolver unos asuntos en una ciudad cercana,
quedan los dos solos y terminan por besarse/abrazarse.
·
En
ambas se le pregunta a la esposa cómo ha podido casarse con un hombre como
Roland y las respuestas son semejantes: era muy pobre y muy joven. En ambas
hace acto de presencia la música: de baile en un caso/los compañeros de Julio
cantan una canción en el otro.
·
Después
del día que pasan juntos viene un fundido en negro, que se abre en la casa del
amante. Ha pasado el tiempo y la Sra. Roland/Sra. Montero mantiene relaciones
con su amante. La Sra. Roland/Julio dicen que no pueden continuar con esa
situación y ambos exponen motivos semejantes: tienes que mentir, fingir al
otro, etc. Queden en huir con el niño.
Una mujer sin amor: El niño con su barquito |
·
A
continuación el amante compra los billetes del tren para huir.
·
La
huida se frustra porque se pone enfermo el hijo/el padre por difteria/infarto.
·
En
el plano siguiente el enfermo ya está recuperado. El niño, vestido de marinero,
juega con un barquito de madera. Se quedan los dos solos y el hombre le
pregunta ¿Cuándo nos vamos? La mujer pone la misma excusa: la unión que se ha
establecido entre padre e hijo. El amante decide marcharse solo y la mujer
queda llorando. Fundido en negro.
·
Abre
desde negro. Han pasado los años y el matrimonio tiene dos hijos adultos. Aquí
es donde empieza la historia narrada en la novela.
Resumiendo,
las coincidencias se da en los hechos narrados, en ciertos diálogos e incluso
en la sucesión de planos/escenas.
Agustín
Sánchez Vidal escribió, “que en varias de sus películas la infidelidad se
asocia a una mujer que cose, zurce, borda o hace encajes o similares…En Una
mujer sin amor, un hijo reprocha a su madre su infidelidad mientras hace calceta.” [3] Pero
esa escena también aparece en la versión de Cayatte.
Por
las declaraciones del principio, Buñuel da a entender que ha visto la película
de Cayatte y como este primer tercio de la película no está en la novela, las
semejanzas solamente pueden venir de la versión anterior.
Pierre et Jean: La madre hace calceta mientras sospecha que su hijo lo sabe. |
Luis
Buñuel no participó en la elaboración del guión literario, ni tampoco Luis
Alcoriza con el que sintonizaba en algunas cosas, como se notó en El
gran calavera. La adaptación de la obra de Guy de Maupassant la hizo
Jaime Salvador, que ya había colaborado con Buñuel en Susana. “Me comentó que no le gustaba sujetarse al guión de un film concebido
por otra persona, pues no le dejaban en libertad para meter sus personales
ideas. Es por eso que siempre dijo que Una mujer sin amor era la cinta que
menos le gustaba.”[4]
Cualquier persona que viera la película y no
supiera que está dirigida por Luis Buñuel, nunca se le pasaría por la cabeza
atribuírsela. Le falta ese ingrediente primordial y que salva en parte
películas como El gran calavera al hacerlas entretenidas: el humor. Es un melodrama
en toda regla.
La película, que en algunos momentos
podríamos calificar de sadismo sentimental, hace referencia a dos temas:
·
La madre: a lo largo de la película Rosario
parece un ejemplo de la madre mexicana, humilde, obediente, santa y abnegada,
pero al final, Buñuel da un paso por delante de la novela y se rebela contra
esa situación, poniendo a sus hijos en la disyuntiva de aceptarla como es o que
se vayan. No renuncia a su pasado ni a su amor y prefiere quedarse sola con su recuerdo.
La madre pasiva o autoritaria, y la mujer maternal están vistas con
poca simpatía en el cine mexicano de Buñuel.[5]
Una mujer sin amor: La madre hace calceta mientras siente que su hijo lo sabe todo |
·
La familia: es un tema recurrente en el cine
de Buñuel y aunque al final parezca que las relaciones entre sus miembros se
han arreglado, como ocurriera en Susana, los insultos, la violencia,
etc. no se pueden olvidar. Es de lamentar que Buñuel no haya tenido en este
tema la misma valentía que en el anterior y haber dejado que el personaje de
Carlos fuera congruente hasta el final.
A Buñuel no suelen interesarle los
personajes de gente “culta” (médicos, ingenieros u otras profesiones liberales),
sin embargo en esta película solo el personaje
del hijo al que le toca el papel de Caín, el doctor Carlos, alcanza un cierto
aliento buñuelesco con su intransigencia moral y su enfrentamiento a las normas
sociales.[6]
Todo lo anterior no tiene la intención de
intentar salvar una obra que, aunque bien rodada, no está a la altura de lo que
se esperaba. Creo, sin embargo, que si no estuviera dirigido por Buñuel
hablaríamos de un melodrama correctamente construido y bien rodado.
Una
mujer sin amor
(1951), contó con decorados bastante elaborados. Posteriormente afirmó que
aquella fue su peor película y señaló que había esperado mucho de ella,
probablemente lo mismo que expresa Maupassant en el prólogo de su libro:
mostrar «cómo se ama, se odia y se lucha en cada medio social, así como los
conflictos de intereses burgueses: intereses económicos, familiares y políticos».
Una mujer sin amor: Rosario coloca el retrato de su amado encima de la chimenea |
Aunque
Una
mujer sin amor no esté a la altura de las intenciones de Buñuel, es un
melodrama excelente. Adaptó la historia al México de su época, con sus persistentes
costumbres patriarcales, un país en el que convertir a una esposa infiel en heroína
era considerablemente más subversivo de lo que lo hubiera sido en Francia.
El
decorado de la casa donde se desarrolla la acción conectaba el vestíbulo, el
comedor y el salón con una perspectiva descendiente, lo que permitió al
director filmar algunos ángulos interesantes… Con todo, el plano final de
Rosario haciendo punto junto a la chimenea con la fotografía de su amado en el
regazo es digno de un director de melodramas hollywoodienses admirado por
Buñuel: Frank Borzage.[7]
Para leer La adaptación cinematográfica de Una mujer sin amor
Para leer La adaptación cinematográfica de Una mujer sin amor
[1] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel, Plot,
1993, Pág.61
[2] Luis Buñuel: Mi último suspiro,
Plaza & Janés, 1982, pág. 197
[3] Agustín Sánchez Vidal: El mundo de Luis Buñuel. Caja de Ahorros
de la Inmaculada, 1993, Pág.160
[4] Xavier Loyá, en: Francisco Sánchez
: Siglo Buñuel. Pág. 269
[5] Víctor Fuentes: Buñuel en México. Instituto de Estudios
Turolenses, 1993, Pág. 60
[6] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, 2000, Pág.
145
[7] Bill Krohn y Paul Duncan (Ed.): Luis Buñuel. Filmografía completa,
Taschen, 2005, págs. 74-75.
Muy bueno el blog, suelo leer las diferentes entradas con satisfacción.
ResponderEliminarAnoche volví a ver este film y, además de recurrir a mi libro sobre Buñuel de Sanchez Vidal, leí esta nota. Gracias.