Buñuel y la Religión (1)
Inicio hoy este nuevo tema. Esta cuestión ha hecho correr mucha tinta y debido a su amplitud lo voy a dividir en varios apartados. En este primer apartado vamos a ver lo que Buñuel ha dicho sobre el tema en diferentes ocasiones.
En su juventud, Buñuel vivió
en un ambiente muy católico: Nosotros,
profundamente anclados en el catolicismo romano, no podíamos poner en duda ni
un instante ninguno de sus dogmas. Yo tenía un tío sacerdote que era una
bellísimas persona... En verano me enseñaba latín y francés, y yo le ayudaba a
decir misa...
La edad de oro |
La religión era omnipresente, se manifestaba en todos
los detalles de la vida. Por ejemplo yo jugaba a decir misa en el granero, con
mis hermanas de feligresas. Tenía varios ornamentos litúrgicos de plomo, un
alba y una casulla[1].
Hasta los catorce años yo era católico practicante:
misas, rosarios, confesiones; comulgaba frecuentemente. Como todos los de mi
familia, menos mi padre[2].
A partir de esa edad... empecé a tener mis dudas sobre la religión que
tan cálidamente nos arropaba. Aquellas dudas se referían a la existencia del
infierno y, sobre todo, al Juicio Final, una escena que me resultaba inconcebible[3].
A los diecisiete años, yo ya no creía en nada. Primero
fue una duda, una subyacente desconfianza hacia la existencia del infierno. Los
jesuitas insistían mucho sobre el infierno. Acerca de los castigos eternos
debidos a los pecados que sobre todo tuvieran que ver con el sexo... Hoy día,
cuando hablo de eso con dominicos o jesuitas, están de acuerdo conmigo en que
efectivamente la pérdida de la fe en la juventud cristiana se debe ante todo
a esa hinchazón del infierno de la que
rezumaban los colegios de sus órdenes[4].
La lectura de "El origen de las especies",
de Darwin me deslumbró y me hizo acabar de perder la fe... yo tenía diecisiete
años[5].
Nazarín |
...Dejé de ser cristiano desde la adolescencia. Pero
¿creen ustedes que no tengo todavía en mi forma de pensar muchos elementos de
mi formación cristiana? Entre otras muchas cosas, una ceremonia en honor de la
Virgen, con las novicias en sus hábitos blancos y su aspecto de pureza, puede
conmoverme profundamente... Puede ser por muchas razones. Incluso eróticas,
¿verdad? Pero ¿por qué esa ceremonia y no otra?... Ha quedado un trasfondo
cristiano, católico. Yo no soy de la "grey", pero ¿cómo puedo negar
que estoy marcado culturalmente, espiritualmente, por la religión católica?
...Culturalmente, soy cristiano. Habré rezado dos mil
rosarios y no sé cuántas veces habré comulgado. Eso ha marcado mi vida.
Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me
gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen
de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas.[6]
Trato temas religiosos tanto en "Nazarín" como en "Viridiana" y en "Simón del desierto". Sin embargo no es mi intención poner la
religión como tema central de mis filmes. Pero muchas veces imaginé un filme
sobre la vida de Cristo, que partía del principio de fidelidad para con el
Evangelio, sin cambiar una coma y sin otorgar concesiones de ninguna especie.
Esta película nos daría una representación explosiva y violenta de la persona
de Cristo. Quisiera hacer una película sobre la vida de Santa Teresa de
Lisieux, tal como está descrita por Pierre Mabille. No hay que inventar nada,
está todo; lo que se modifica es nuestra interpretación de los acontecimientos
y de las personas[7].
En mis películas cada vez voy poniendo más elementos
religiosos. Es un poco de obsesión[8]...
El Buñuel de "La edad de oro" es un hombre que está
seguro de sí mismo y de sus ideas. Que ha encontrado la meta, que encontrado la
verdad... Por tanto, luchemos contra lo que odio. Son anti. Vamos a luchar
contra todo lo que odio. Y es un film claro, decidido, sin misterio. Nada. Muy
surrealista desde luego, pero no hay misterio. Mis ideas se ven clarísimas...
Todo lo que tiene de anti–tal, anti–familia, anti–patria, anti–religión,
anti–todo, están expresadas clarísimamente, es muy violenta. Han pasado
cuarenta años, y da la casualidad de que sigo siendo el mismo. Yo no creo ni
más ni menos que hace cuarenta años. Soy el mismo, tengo mis ideas, evolucionadas
desde luego, pero hoy encuentro el mundo subvertido, los valores que eran antes
positivos, ahora son negativos, las partes de la derecha ahora resultan de
izquierda. Hay un momento de confusión tremenda en el mundo. No sabemos a dónde
vamos. La verdad es inasequible y no creo en ella. No creo que la verdad esté
en ningún sitio. Me molesta personalmente, intelectualmente, la gente que ha
encontrado la verdad. O sea, en cualquier doctrina, o en cualquier grupo
social,... y "La vía láctea", siendo yo el mismo, tiene un aspecto, una forma
ambigua. En el fondo, creo que se ve muy bien que no he variado, pero hay
aspectos que pueden atraer la ira o el desprecio de gentes que me ven en plan
anti... Yo creo que soy el mismo, y la ambigüedad del film es la ambigüedad de
nuestra época, sin proponérmelo[9].
Ya no soy anticlerical[10].
Viridiana |
[1] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Pág.:20
[2] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Pág.:39
[3] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Pág.:34
[4] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Pág.:39
[5] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Pág.:34
[6] Tomás Pérez Turrent y José
de la Colina: Buñuel por Buñuel.
Pág.:141
[7] Manuel Michel: Entrevista con Luis Buñuel. Pág.:47
[8] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Pág.:122
[9] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Pág.:134
[10] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Pág.:157
Hay que tener en cuenta que no importa la religión sino que en nuestro corazón tengamos fe y amor, que tengamos tiempo para poder agradecerle a Dios todo lo que nos ha brindado, así como se menciona en éste blog a veces existen dudas sobre la existencia de lo que tanto nos han hablado ya sea el infierno, los ángeles o los milagros, pero siempre estar seguro que hay alguien que nos cuida y nos ama.
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