Así es la aurora (Cela s'appelle l'aurore, 1955)
A
Buñuel le gustaba la película: Por
fin he podido hacer algo contra la policía. Que es, en el fondo, lo que
verdaderamente quiero hacer en la vida.[1]Es una película de
"Amor sí– policía no" y tengo un buen recuerdo de ella...[2]
Me gusta la escena final, cuando Marchal se niega a dar la mano al comisario y se marcha con su amante y con tres amigos obreros, abrazándolos por los hombros, y se oye un acordeón al fondo. Esta es la única música en la película. Reconozco que la escena es un poco simbólica.[3]
En
un principio su colaborador en el guion debía ser Jean Gênet, pero dejó su
labor sin concluir y fue el surrealista y patafísico Jean Ferry quien ocupó su
lugar. Emmanuel Roblès, autor de la novela, comenta: “Trabajamos juntos.
Existía una primera preparación del texto, y muy lealmente me preguntó cuáles
eran mis reparos. Los indiqué, y modificó, creo, algunas cosas, pero el
conjunto ya estaba completamente determinado. Algo modificó, Por otra parte,
sabes que Buñuel cambia durante la filmación."[4]
Buñuel
vuelve a Francia en 1956 para realizar Así es la aurora. Esta vuelta marca
al mismo tiempo un progreso y una regresión. Progresa en claridad, sus ideas
sociales son más netas, llama al pan pan y al vino vino. Simplemente, pero sin
simplificar, realiza un film realmente revolucionario, un film sobre la
condición humana, un film sobre la solidaridad y la libertad, sobre la lucha
social, ligado indisoluble al amor. La regresión es más compleja. A pesar de
mantener su virulencia, pierde su violencia. La calma que se apreciaba en sus
últimos films mexicanos se convierten aquí en calma “lógica”. Ciertamente las
secuencias buñuelianas no faltan (la imagen de Cristo con los cables
eléctricos, tortuga insólita, policía que lee a Claudel y que tiene colgado en
su despacho un cuadro con el Cristo de Dalí, etc.), pero la novedad de La
edad de oro, de Él, de Ensayo de un crimen era
la manera de presentar una historia violenta, el punto de vista surrealista.
Aquí el tema es surrealista (revolución y amour
fou), pero el film no lo es. Otros muchos realizadores podrían haber hecho
el film tan bien como Buñuel.[5]
Gorzone (izq), su secretario y Pietro |
La
película expuso con tono panfletario el caciquismo de un propietario egoísta en
Cerdeña.
El
film está articulado en torno a los dos polos morales opuestos representados
por el cacique y por el doctor. Si el primero es un ser sin extrañas,
psicológicamente esquemático y moralmente de una pieza, el segundo encarna la
generosidad solidaria con los humildes, náufrago solitario en su clase
burguesa, y es, de hecho, el verdadero protagonista del film...Y coloca también
entre los aliados del poder a los curas, fiel a su tradición anticlerical, como
ese sacerdote que, en la fiesta social
en la que Sandro va a matar a su opresor, le ruega con imploración
paternal que obedezca a su amo y abandone la casa.
El
doctor Valerio se enfrenta a su esposa burguesa y a su suegro, comprometido con
el destino de los humildes y proscrito por ocultar a un asesino. Personaje cuyo
compromiso ético se saldará con un fracaso final. [6]
Se
muestran las constantes que inspiran toda su obra: un asno maltratado, o que corta el camino a un cortejo fúnebre;
una tortuga sobre la espalda en el momento de una escena de amor; un gatito en
los brazos de un asesino; un comisario de policía, instruido y enemigo de las
brutalidades policiales que aplasta con el talón la mano de un abuelo encerrado
en un gallinero; las gallinas en libertad camino de la casa de Pietro; las
acrobacias de un ciclista violinista; un
cura servil; un Cristo en un poste de telégrafos.... [7]
Magda, Valerio y Sandro |
En
esta película Buñuel toma una vez más partido por la subversión y que...que
bajo ningún concepto se debe pactar con las instituciones que constituyen la
base de esta sociedad.
En
una isla mediterránea, un rico industrial terrateniente explota con saña a sus
trabajadores. Para él, carece de importancia que sus obreros trabajen en
pésimas condiciones, hasta el punto de que uno de ellos, precisamente al
comienzo de la historia, acaba de perder algunos dedos en una máquina. Poco
después expulsa a uno de sus empleados agrícolas cuya mujer está gravemente
enferma. Lo que no quita para que sea un hombre respetado, que mantiene
excelentes relaciones con el cura..En esta aldea, donde el orden camufla
hábilmente la injusticia, reina la plácida pero falsa paz del capitalismo.
Así
es la aurora
llama la atención por su probidad y su madurez al ofrecer un fondo de crítica
social y, animados sobre el mismo, los temas de la muerte, la revuelta y el
amor, tan caros a su autor. Como en todos los demás films de Buñuel, en ese el
amor no reniega de ninguno de los clamores de La edad de oro, sino que
sigue siendo amour fou, pero
abriéndose al mundo más serenamente.[9]
Valerio, Clara y la niña violada |
Si
políticamente la obra puede ser del agrado de sus admiradores, desde el punto
de vista cinematográfico no supuso ningún paso adelante, como reconoce Román
Gubern:
La
película resultó un tanto académica y novelesca, en el peor sentido de la
palabra, pese a la presencia de los grandes temas surrealistas –la sublevación
ante la opresión; el amour fou que
nace, desesperado, entre Georges Marchal y Lucía Bosé-, e incluso de tics
característicos del autor: la efigie de Cristo con aislantes eléctricos que
decora una pared del piso del médico, la presencia del mundo animal desde las
primeras imágenes y que culmina con el primer plano de la tortuga invertida
tratando de recuperar su horizontal.
Vista
hoy, Así
es la aurora aparece como un melodrama social bastante impersonal, casi
como un deber de escuela aplicadamente hecho, muy alejado de la condición
fresca e imaginativa de sus precedentes películas mejicanas, realizadas más
desinhibidamente en un contexto industrial muy inferior.[10]
Eso
sí, la banda sonora es una composición extraordinaria; el croar de las ranas,
los gritos de las gaviotas, maullidos de gatos, los quejidos de las sirenas de
los barcos, el zumbido de un avión en vuelo bajo, cada interrupción en esta
pequeña caja de resonancia nos recuerda constantemente la pululación de la vida
animal.[11] La única música es un
acordeón que se oye de fondo al final de la película.
Las cosas de Buñuel: las esposas sobre el libro de Pual Claudel |
Hay
una escena en la comisaría entre el comisario Fasaro y el doctor que es una
crítica a Dalí y al poeta Paul Claudel. Encima de la mesa del comisario está el
libro Teatro completo de Paul Claudel
con unas esposas y poco después se veía el cuadro de Dalí Cristo de san Juan de la Cruz. La
intención es clara, ya que llegó a cambiar el cuadro de Dalí de sitio para que
quedara justo en medio de los dos hombres enfrentados. Ambos intelectuales apoyaron
a Franco. También podemos entender que Buñuel está llamando a Dalí “soplón”, echándole en cara su denuncia en la
Vida secreta que, según él, le costó
el puesto en el Museo de Arte Moderno.
El grupo surrealista atacaba a Claudel por su nacionalismo, sus elogios a la policía y luego a Franco. Pero insisto en que a mí me parece un buen poeta...Dalí también es nacionalista y católico, a su modo, y partidario de regímenes fascistas.[12]
Una
de las características de los personajes de Buñuel es su ambigüedad, su
capacidad de evolucionar. Por ello suele destruir de forma consciente y
bastante sistemática la separación maniquea entre ”buenos” y “malos”, y el
habitual tratamiento psicologista de los personajes. Con Valerio, el médico de Así
es la aurora, Buñuel inaugura la presencia del héroe fuerte y positivo.
George Marchal volverá a como héroe positivo buñueliano en su personaje del
aventurero de La muerte en este jardín.
Arriba a la derecha del inspector hay un cuadro con un retrato |
En otro momento de la película, Buñuel ha cambiado el cuadro y puesto uno de Dalí |
Dice
que lo que más le interesaba del film era mi personaje central, su actitud de cara a la sociedad, a la
vida, al amor...El rechazo a estrechar la mano del policía. Parecía desfasado. Tanto peor. Eso me conviene.[14]
A
partir de Así es la aurora el héroe se politiza...Hasta aquí, Buñuel no
se había jamás limitado a los problemas
políticos: los tomaba como un medio y no como un fin...[15] La película muestra la
transformación de Valerio desde una incipiente preocupación por la
"revolución" hasta un serio compromiso al final de la película.
Valerio
es pues un nuevo tipo de "héroe revolté,
fruto de un compromiso entre comunista y existencialista, por citar referencias
de época. En realidad, constituyen una distorsión transitoria del compromiso
moral que siempre pesó en él como consecuencia de su percepción y concepción
del surrealismo..."[16]
La
película es un canto a l´amour fou, dentro
de los más fieles postulados surrealistas, aunque sin la virulencia de La
edad de oro. El Dr. Valerio abandona su cómoda posición burguesa y a su
esposa, para permanecer en Córcega al lado de los oprimidos y de la mujer de la
que está enamorado. Su amor ignora las convenciones sociales.
Otro detalle Buñueliao |
Buñuel
concede al amor una confianza que tiene todo el aspecto de una fe, como si el
amor fuese la solución mágica de todos los conflictos. ¿No será esta una
concepción demasiado lírica de las cuestiones sociales?[17]
Es
bien sabido que Buñuel detesta las escenas de amor en sus películas y esta no
iba a ser la excepción. Roblès, el autor de la novela, quedó muy satisfecho con
la escena de amor en la que Valerio le regala una tortuga a Clara y el
realizador lo justifica diciendo que todas las escenas
de amor se parecen. Se
abrazan, se vuelven a abrazar, se besan, se vuelven a besar. Todas esas escenas
se parecen...Para mí, la ternura no se expresa únicamente con el beso o en las
actitudes. Sería necesario que diera con la imagen capaz de mostrar que el amor
es profundo, que ese sentimiento es profundo...No es con palabras con lo que
hay que demostrar una escena de amor, es con una imagen.[18]
Para ver La adaptación cinematográfica de Así es la aurora
Para ver La adaptación cinematográfica de Así es la aurora
[1] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar, 1985, Pág. 386
[2] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 97
[3] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 98
[4] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar, 1985, Pág. 386
[5] Ado Kyrou: Bunuel. Seghers, 1966, Pág. 52
[6] Roman Gubern: Cine Español en el exilio. Lumen, 1976, Pág. 131
[7] Raymond
Lefèvre: Luis Buñuel. Ediling, 1984, Pág. 95
[8] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C.,
1984, Pág. 204
[9] Freddy Buache: Luis Buñuel. Guadarrama, 1976, Pág. 124
[10] Roman Gubern: Cine Español en el exilio. Lumen, 1976, Pág. 131
[11] Raymond
Durgnat: Luis Buñuel. Fundamentos,
1973, Pág. 104
[12] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 97-98
[13] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel. Plot,
1993, Pág. 99
[14] Raymond
Lefèvre: Luis Buñuel. Ediling, 1984, Pág. 95
[15] Frédéric Grange, en: Emilio García
Riera : Historia documental del cine
mexicano, VI. Pág. 162
[16] Agustín Sánchez Vidal: Del Surruralismo al Oscar, pasando por el
tercer cine. En: Nickelodeon, nº 13, invierno
1998, Pág. 14
[17] Freddy Buache: Luis Buñuel. Guadarrama, 1976, Pág.
129
[18] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar, 1985, Pág. 383-4
Comentarios
Publicar un comentario