La política en las películas de Luis Buñuel
Aunque
Buñuel dijera ¿Has
visto alguna vez política en mis películas? Nunca. No hay en ellas nada
político[1],
la verdad es que no estoy de acuerdo con su afirmación. Hay política
en la mayoría de sus películas e incluso algunas son claramente políticas.
Buñuel
es un cineasta de izquierdas que ha expresado en sus películas sus opiniones
políticas. Su cine tiene un carácter crítico frente a la autoridad y las
estructuras y valores de nuestra sociedad.
En
todas sus obras elude las definiciones fáciles y las categorizaciones obvias.
Siempre en la izquierda, él no es un marxista, sino más bien un anarquista
aristocrático en una tradición entroncada con Sade que pretende, no tanto el
cambio, sino la autenticidad...No piensa que la liberación es posible en este mundo.
Su intención es más limitada y al mismo tiempo más subversiva, lo que pretende
es ayudar a que su público viva dentro de la autenticidad, siendo sinceros
consigo mismos y emancipándose de los sistemas de valores falsos que sofocaban
a Viridiana, a Nazarín y a Tristana. Estos personajes finalmente consiguen su
liberación aceptando la naturaleza real de sus personalidades ambiguas y
contradictorias y actuando según la realidad compleja del mundo cruel en el que
vive el ser humano.[2]
En
toda su obra (incluso en algunas de sus películas “alimenticias”) es evidente
que más allá del problema puramente individual y psicológico se plantea el de
la situación del hombre con respecto a la estructura social, su situación de
lucha por el amor y la libertad con respecto a las trabas impuestas en nombre
de una moral cuidadosa antes que nada de las apariencias y las convenciones.
Sus personajes son todos víctimas de ese orden rígido del que algunos pocos
logran escapar gracias a su rebeldía, mientras que los otros se debaten
inútilmente, encadenados, pero sin escoger el grito rebelde, consciente y
liberador.La edad de oro. Nunca volverá a atacar a la burguesía de forma tan virulenta |
Buñuel
no ha dejado de tomar partido por el hombre desenmascarando las relaciones de
fuerza que existen en la sociedad. Los hombres dominados, encadenados por los
prejuicios, esos mismos prejuicios o principios cuidadosamente cultivados por
quien corresponde son su preocupación. El ejército, la policía, la Iglesia, por
el orden y contra el hombre. Buñuel no deja de mostrárnoslo cuando tiene
oportunidad.[3]
Buñuel
no finge, no inventa nunca un mundo en el que pareciera deseable vivir; simple
y honestamente se limita a retratar y luchar por sus singulares vías contra
éste que se nos impone, El combate entre la moral y los deseos se da
inseparablemente en cada individuo y en las relaciones entre individuos...[4]
El ángel exterminador. El anfitrión le dice a su esposa: "Pongámonos a su nivel" |
Buñuel
cuenta historias que van al eje del entramado social. Historias de luchas de
clases, de enriquecidos y empobrecidos, de encadenados a la moral, la religión
o a cualesquiera relaciones de Poder; de engañados y sometidos por el ideal, de
condenados a la constante frustración y a la muerte. Es contando éstas como, de
cuando en cuando, con cuanta más libertad con más regularidad, deja que
aquellos sentimientos broten por entre los goznes e hilados de la historia.[5]
Dentro
del contenido político de sus películas, algunos temas son tratados con más
frecuencia que otros. Destaca sobre todos su permanente ataque a la burguesía.
La
moral burguesa es lo inmoral para mí, contra lo que se debe luchar. La moral
fundada en nuestras injustísimas instituciones sociales, como la religión, la
patria, la familia, la cultura; en fin, los llamados "pilares" de la
sociedad... No tengo las pretensiones de querer cambiar el mundo; sé que lo mío
es estéril, pero me ayuda a iluminar un poco más mis películas... no puedo
traicionarme a mí mismo...[6].
En
la mayor parte de su filmografía subyace un ataque a la clase social a la que
pertenecía el realizador. Proviene tanto del sustrato anarquista español, como
de su formación surrealista en París. Buñuel siempre odió a la burguesía y la
convirtió sistemáticamente en diana de sus invectivas. La desprecia por ser
raquítica en lo emocional, apática e injusta. Denuncia y expone en sus
películas las trampas de los valores burgueses que para él son absolutamente
inmorales, ya que tratan de crear la ilusión conformista de que vivimos en el
mejor de los mundos posibles.
Lo
esencial de la reivindicación de Buñuel se podía resumir en dos palabras:
libertad y amor. Esto no es propiamente marxismo. Buñuel, como español
prototípico, no es un teórico sino un vitalista; no un disciplinado sino un
guerrillero. Su lucha contra el orden burgués absolutamente independiente y
autónoma. Por eso, los tipos escogidos para representar su destrucción, no se
identifican con ningún partido concreto. Sí, en cambio, los que representan el
orden que hay que dinamitar. La fustigación contra la burguesía es
inmisericorde, pero se realiza sin recurrir a ningún ideario.[7]
El discreto encanto de la burguesía. El chófer nunca será capaz de apreciar los placeres del burgués |
Veamos
algunos ejemplos en sus películas:
· Ensayo de un crimen: El dependiente de
la tienda donde se vende la caja de música le dice al
protagonista:"Decente y pobre es peor que granuja y rico.” En otro momento
de la película Archivaldo le cuenta a la monja, el placer que sintió al creer
que su institutriz había muerto por obra suya: "Sí, era placer, el placer
de sentirse poderoso. Usted ignora que esto es una debilidad muy humana.”
· El discreto encanto
de la burguesía,
Para probar la diferencia de clases Thévenot le da al chofer de Rafael un
martini para que se lo beba, éste lo hace de un trago, lo que provoca
comentarios de reprobación de los burgueses: "Ningún sistema podrá dar
jamás al pueblo el refinamiento deseado, no obstante, ya me conocéis, y no soy
un reaccionario.”
Ensayo de un crimen: el placer de sentirse poderoso |
· El más preciso
ejemplo del poder del fuerte, se encuentra en Los ambiciosos, cuando el
gobernador dice: "¿Cree que soy celoso? La naturaleza me ha ahorrado este
ridículo, sólo me ha dado un medio de obtener lo que deseo: ¡Tomarlo!”[9]
Esa
insensibilidad hacia el prójimo, más aún si se trata del pueblo, es una de las
mayores impugnaciones que le hace Buñuel a la burguesía y ya lo denunció en La
edad de oro en diferentes momentos de la película: el guarda que mata a
su hijo, la camarera que sale de la cocina ardiendo, el carro que pasa por en
medio de la fiesta, etc. En los años posteriores Buñuel no atacará a la
burguesía de una forma tan virulenta y abierta, sino de forma más insidiosa. No
podemos olvidar que Buñuel realiza sus filmes antiburgueses y
anticapitalistas, y que son proyectados
en el mundo entero, financiados con el capital burgués. Rebelde intransigente y
lúcido, ha descubierto que la más grande libertad para comunicar sus ideas y
fantasmas, puede ser encontrada en el corazón mismo del sistema. Aprovechándose
de los resquicios y las contradicciones de la economía de mercado, ha
conseguido adquirir un mayor control sobre sus películas, que otros muchos que
presumen de ser autónomos.[10]
Ataca las normas solamente desde los márgenes, ya que disfruta, cuando puede,
de los privilegios de su clase.[11]
Otro
tema tratado frecuentemente por Buñuel en sus películas es el de la revolución.
Entendida esta como fórmula única de acabar con una sociedad podrida, siempre
está frecuentemente presente en los films de Buñuel. Revolución, como solución
social a la existencia de una sociedad injusta y perniciosa para el individuo,
ya que una sociedad que reprime los deseos de los hombres es una sociedad que
hay que destruir. [12]
Así es la aurora: el médico se identifica con el pueblo |
Lo
anterior no quita para que Buñuel no crea en el éxito de la revolución. Los
casos en que el débil se rebela contra el fuerte, terminan en fracaso: en Así
es la aurora, Sandro se rebela contra su patrono y termina suicidándose
y en La
muerte en este jardín, la insubordinación de los buscadores de
diamantes fracasa.
La
revolución aparece en bastantes de sus películas: la secuencia de la llamada
telefónica de La edad de oro estaba
montada a partir de imágenes de archivo mostrando una escena de multitud
rompiendo una barricada policial. Los fusilamientos se oyen bajo las ventanas
del Archibaldo niño (Ensayo de un crimen), La revolución
estalla en La muerte en este jardín y retumba en Los ambiciosos. La catedral de El ángel exterminador
está rodeada de amotinados. La policía carga contra los obreros en Tristana.
Una joven terrorista quiere asesinar al embajador de Miranda en El
discreto encanto de la burguesía y el zoo es invadido por las fuerzas
de la represión en El fantasma de la libertad. Una explosión devastadora borra la
imagen en la última secuencia de Ese oscuro objeto del deseo.[13]
La muerte en este jardín: la rebelión fracasa |
Al
volver a Francia parece rebrotar ese deseo de prescindir de lo superficialmente
surrealista para reforzar el otro elemento más puramente político, y de ahí
surge el héroe positivo del estilo del Valerio en Así es la aurora. A éste
se confía la misión de incorporar al interior de la película, encarnándolo en
un personaje, ese espíritu de revuelta que antes se suponía proyectado hacia el
exterior en beneficio del espectador.[15]
Los ambiciosos: la dictadura sudamericana |
Todo
lo anterior podemos resumirlo diciendo que el cine de Buñuel tiene, un carácter
cuestionador, crítico, rebelde frente a las estructuras y valores de la
sociedad en la que vivimos.
Para ver La ideología política de Luis Buñuel
Para ver La ideología política de Luis Buñuel
[1] Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar, 1985, Pág.:122
[2] Elena Gascón-Vera: La imaginación sin límites: Sade en Buñuel.
En: Turia, nº 26. Pág.: 163
[3] Manuel Michel, en: Emilio García
Riera : Historia documental del cine
mexicano, VII. Pág.: 113
[4] Xavier Bermúdez : Buñuel: espejo y sueño. Ediciones de la
Mirada, 2000, Pág.: 29
[5] Xavier Bermúdez : Buñuel: espejo y sueño. Ediciones de la
Mirada, 2000, Pág.: 65
[6] Elena Poniatowska: Entrevista con Luis Buñuel. Pág.:86
[7] Manuel Alcalá: Buñuel (Cine e ideología). Edicusa, 1973, Pág.: 115
[8] Manuel López Villegas: Sade y Buñuel. Instituto de Estudios
Turolenses, 1998, Pág.: 151
[9] Manuel López Villegas: Sade y Buñuel. Instituto de Estudios
Turolenses, 1998, Pág.: 153
[10] Maurice Drouzy: Luis Bunuel architecte du rêve. Lherminier,
1978, Pág.:
[11] Elena Gascón-Vera: La imaginación sin límites: Sade en Buñuel.
En: Turia, nº 26. Pág.: 158
[12] Antonio Castro : Evolución y permanencia de las obsesiones en
Buñuel.En : Obsesión es Buñuel.
Pág.: 340
[13]
Raymond Lefèvre: Luis Buñuel. Edilig,
1984, Pág.: 42
[14] Agustín Sánchez Vidal: Del Surruralismo al Oscar, pasando por el
tercer cine. En: Nickelodeon, nº
13, Invierno 1998, Pág.: 14
[15] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, Pág.: 238
[16]
Raymond Durgnat: Luis Buñuel. Fundamentos,
1973, Pág.: 103
Comentarios
Publicar un comentario