El río y la muerte, 1954
Es sobre la muerte a la mejicana, esa "muerte fácil"... Cuando un hombre
muere, la gente fuma y bebe pequeños vasos de alcohol... La vida es muy poca
cosa, la muerte no cuenta. En la película hay siete muertos, cuatro entierros y
no sé yo cuántos velatorios fúnebres[1].
Inspirado en la facilidad con que puede uno asesinar a
su prójimo, la película contenía gran número de asesinatos aparentemente
fáciles e, incluso gratuitos... Sin embargo la mayoría de los sucesos que
cuenta esta película son auténticos y
pueden, de paso, permitir, echar un interesante vistazo a este aspecto de las
costumbres mexicanas.[2]
La
mayoría de los sucesos que cuenta esta película son auténticos y pueden, de
paso, permitir echar un interesante vistazo a este aspecto de las costumbres
mexicanas...Hay países en este continente en los que la vida humana –la propia
y la ajena- tienen menos importancia que en otras partes. Se puede matar por un
sí, por un no, por una mala mirada o, simplemente "porque tenía ganas."[3]
Comienza
el rodaje el 25 de enero de 1954 en los estudios Clasa y fue el más corto de su
filmografía, dos semanas. Estreno el 28 de febrero de 1955 en el cine Orfeón.
En Santa Bibiana la vida vale poco |
La
película está basada en la novela Muro
blanco sobre roca negra[5]
del novelista Manuel Álvarez Acosta. Parece ser que el autor de la novela movió
los hilos para que fuera Buñuel quien dirigiera la película,[6]
lo que no impide que posteriormente exigiera que las tesis de su libro fuese
respetada y enmendó el guion de Buñuel y Alcoriza.[7]
Como
no he podido conseguir la novela, a continuación resumo el argumento de la
película:
Rómulo Menchaca visita a Gerardo Anguiano |
La
película, al igual que algunas otras suyas rodadas en México, tiene una
introducción de tipo documentalista y un colofón, al modo en que ya lo hizo en
su anterior película La ilusión viaja en tranvía. Algunos
estudiosos de la obra del realizador, incluyen estas dos películas, junto con Subida
al cielo en una trilogía que trataría las costumbres del pueblo
mexicano.
El ataúd del muerto es pasado a la otra orilla del río |
El
río y la muerte
nos ofrece, cosa rara, una verdadera lección de moral, humorística pero
precisa, humanamente localizable y geográficamente delimitada: la película se
dirige a los mexicanos cuyo “machismo”, ese sentido del honor,...condiciona la
existencia...Buñuel, por una vez, se acomodó a las necesidades didácticas de un
discurso directo, inteligible de inmediato para el público popular mexicano,
apenas concernido por esa apología de la conclusión francamente
predicante...Mostrar es la gran fuerza del cineasta, y demostrar, él lo sabe,
no añade nada...
Tal
como es, El río y la muerte tiene el mérito de poner el acento sobre una
de las constantes del estilo buñueliano, mientras falla en esa regla de las
demostraciones que guía a sus otras películas. Se puede decir que se trata de
su película de encargo, en la medida en que las cosas mostradas dependen de una
voluntad de edificación extraña a los escrúpulos ordinarios del
autor...Abrumada por el peso de lo explícito,
El río y la muerte es, por eso
mismo, la única película ligera de Buñuel.[8]
Hasta el cura va armado en Santa Bibiana |
Es
su película menos ambigua, la menos peligrosa. Al cineasta debía repatearle un
héroe tan monolíticamente positivo, que desde su pulmón de acero lanza
interminables sermones sobre su fe en la vida. La película por sus
circunstancia más externas puede recordar un western.
A
Buñuel no le quedó más remedio que fragmentar al edulcorado y moralizante
personaje central mediante los flash-back, que terminan por engullir y triturar
a ese médico tan lejano en sus planteamientos al de Así es la aurora. Pero ni
ése ni otros recursos pueden ocultar su carácter de película fallida, ya que el
autor de la novela, Manuel Álvarez Acosta, exigió que las tesis de su libro
fuese respetada y enmendó el guión de Buñuel y Alcoriza.[10]
Es
por eso que a Buñuel le hubiera gustado terminar la película de otra manera. Ese final tal
vez era un poco forzado, poco verosímil; un final de "tesis". Mejor
hubiera sido hacer que se mataran todos a tiros y en lugar de poner "Fin",
poner "Continuará", o "Más muertos la próxima semana".[11]
El muerto "visita" la casa del que lo ha matado |
La
muerte, los funerales, las llamadas a duelo y, sobre todo, la visita con ataúd
a la casa donde se refugia el asesino quedan como imágenes de una antología
ideal, una antología negra que se cierra con ironía, con un cura armado de
revólver para predicar la paz.[13]
Es
una de las películas peor entendidas de Buñuel. Debido a que su lenguaje,
situaciones y registro son los de la clase trabajadora del México rural y a que
Buñuel ha dosificado el cáustico humor que suele asociarse con su arte.[14]
Buñuel
tiene la facultad de apegarse a la historia cuando corresponde a las ideas del
realizador, y de tomar, por el juego del humor, una distancia crítica cuando la
buena vieja moral y el melodrama a la mexicana hacen su aparición...De
cualquier modo los conocedores de la obra de Buñuel reencontrarán sin
dificultad el universo de sus grandes films, el anticlericalismo, el humor, la
manera de aproximarse a las cosas, una pintura sin concesión del alma humana,
de ninguna manera incompatible con una gran ternura.[15]
Si
bien hay rasgos de humor, no es una comedia. Aunque me sentía molesto con el
corsé de la tesis, no traté de burlarme del argumento. Cuando me lanzo a hacer
una película, lo hago a fondo y no pretendo hacer guiños de complicidad con el
espectador.[16]
El final reconciliatorio no le gustaba a Buñuel |
[1] André Bazin y Jaques
Doniol–Valcroze: Conversación con Luis
Buñuel. En: El cine de la crueldad, Mensajero, 1977, Pág.110
[2] Luis Buñuel: Mi último suspiro, Plaza & Janés, 1982, Pág. 201
[3] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, Pág.191
[4] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel, Plot,
1993, pág. 91
[5] No he podido localizar la novela.
En unos lugares aparece con el título señalado y en otros como Muro blanco en roca negra.
[6] John Baxter: Luis Buñuel. Paidós, 1994, Pág. 282
[7] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, Pág.192
[8] Jean-André Fieschi, en: Emilio
García Riera : Historia documental del
cine mexicano, V. Pág. 248
[9] J. Francisco Aranda: Luis Buñuel. Lumen, 1975, Pág.244
[10] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984, Pág. 192
[11] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel, Plot,
1993, pág. 92
[12] Carlos Barbachano: Buñuel. Salvat, 1986, Pág. 156
[13] Edoardo Bruno. En: Agustín Sánchez
Vidal: Luis Buñuel. Ed. J.C., 1984,
Pág. 192
[14] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel, Cátedra, 1991, Pág.
197
[15] Guy Gauthier, en: Emilio García
Riera : Historia documental del cine
mexicano, V. Pág. 249
[16] Tomás Pérez Turrent y José de la
Colina: Buñuel por Buñuel, Plot,
1993, pág. 92
Bendiciones.
ResponderEliminarSon Leyes Sin Entender Del Torah Sobre La Ley Del Que Mata Por Defensa Propia, El Cual Huía A Una Ciudad De Refugio Y Permanecer Allí Hasta El Juicio Donde Si Se Prueba Que Fue En Defensa Propia Entonces Volvía A La Ciudad De Refugio Hasta Que Muriera El Sacerdote Y Dalia Libre. Si Salía De La Ciudad De Refugio Antes De Ese Tiempo Y El Vengador Osea El Familiar Cercano Del Muerto Le Mataba, Ahí Quedaba Todo. Esos Mexicanos Eran Judíos Conversos A Católicos Y No Conocían Sus Leyes Como Eran.
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ResponderEliminarYo tengo el libro, la historia que cuentas es tendenciosa, floja, superficial, si no has tenido oportunidad de leer la novela, cómo puedes criticarla tan duramente? Buñuel fue quien cambió el final, el autor se inconformó y aún así se siguió con los cambios, otro dato que muestra la laxitud de tu investigación, no se llama Manuel, no conoces la historia… de dónde salió todo esto? Es una pena que no te hayas tomado el tiempo de investigar antes de escribir un artículo que pensabas publicar.
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