Las "perversiones" sexuales en el cine de Luis Buñuel (2)

Repasamos en este segundo post sobre el tema, otras “perversiones” que aparecen en los filmes de Buñuel: voyerismo, sado-masoquismo y necrofilia.
Voyerismo:
Él: Francisco introduce un alfiler largo por el ojo de la
cerradura, al suponer que es observado
En San Sebastián, cuando yo tenía trece o catorce años las casetas de baño... estaban divididas por un tabique. Era muy fácil meterse en uno de los compartimentos y mirar por un agujero a las señoras que se desnudaban al otro lado.
En aquella época, se pusieron de moda unos largos alfileres de sombrero que las señoras, al saberse observadas, introducían en el agujero, sin reparo de pinchar el ojo fisgón (después, en Él, recordé este detalle). A fin de protegernos de los alfileres, nosotros poníamos un pedacito de vidrio en las mirillas[1]
Las películas de Buñuel están repletas de gente que observa a otras personas sin ser a su vez observada...
El voyerismo aparece en:
·         Él, la escena de la aguja a través de la cerradura.
·         Belle de jour, donde Séverine observa al médico masoquista por un agujero en la pared.
·         Viridiana, donde Ramona mira por la cerradura, para después informar a don Jaime de lo que hace la protagonista.[2]
También podemos considerar un “voyerismo del oído”:
·         El río y la muerte: el doctor cuenta su historia  a la enfermera,
·         Ensayo de un crimen: Archibaldo cuenta sus “crímenes” al juez,
·         El discreto encanto de la burguesía: escuchamos los relatos de los soldados,
Belle de jour: Séverine observa al médico masoquista
·         Ese oscuro objeto del deseo: Mateo cuenta su historia a sus compañeros de viaje.
·         En Él, Gloria le cuenta su historia a su antiguo novio Raúl.[3]

Necrofilia:
Naturalmente de la no satisfacción del deseo sexual nace toda clase de perversiones en este mismo campo. La obra de Buñuel está repleta de ellas pero probablemente –con implacable lógica por otra parte- la que predomina es la necrofilia.
Yo me aventuraría a decir que por toda una serie de razones. En primer lugar por la ya relatada relación que Buñuel establece entre sexo y muerte. En segundo porque para alguien que tiene horror al sexo y a las mujeres, y especialmente al sexo de las mujeres, la necrofilia es, de alguna manera, una solución aunque pueda ser considerada una solución de urgencia...Para mí –instintivamente- el coito es algo infernal.[4]
Abismos de pasión: la escena final necrofílica
Hay algunos aspectos necrofílicos en determinados filmes de Buñuel:
·         En Viridiana en la escena en que ha drogado a la protagonista y la besa (recuerdo de su esposa muerta en la noche de boda). Don Jaime prepara cuidadosamente su vicio secreto y un tanto necrofílico de tener a Viridiana en el lecho como tuvo a su mujer muerta en la noche de bodas.[5]
·         En Belle de jour en la escena del féretro con el vestido negro.
·         En Abismos de pasión en la escena final, sin duda, la mejor escena de la película.
·         Tristana: la inclinación de la protagonista sobre la tumba del cardenal Tavera.
·         En El fantasma de la libertad: En la escena inicial, repuesto del golpe de la estatua, el capitán manda exhumar el cadáver de doña Elvira y se dispone a hacerla suya; el cadáver aparece lozano y fresco. Y la escena del panteón familiar: casi al final de la película, el prefecto de policía, acude al panteón  familiar y en el sombrío panteón percibe una larga cabellera que sobresale de un ataúd herméticamente cerrado junto al cual advierte una aparato telefónico modelo sobremesa. Quitando el teléfono, la escena remite a Abismos de pasión.[6]
Belle de jour: necrofilia en la escena del féretro

Sado-masoquismo:
Es verdad que en mi cine reflejo con frecuencia sádicos, masoquistas, etc. Yo no soy así. En realidad, estos tipos me molestan profundamente. Sin embargo, me gusta expresarlos en mis películas porque así es como si me liberase. Sobre todo, me divierto al objetivarlos.[7]
 No soy en absoluto sádico ni masoquista. Sólo lo soy teóricamente y únicamente acepto estos elementos como elementos de lucha y violencia[8].Esta afirmación supone, por un lado,  el reconocimiento de la presencia del sadismo en su cine, y por otro, la constatación de que su sadismo, no es un sadismo realizado para solaz del público.[9]
·         Se manifiesta en personajes como Francisco de Él. Su paranoia se manifiesta en forma de crueldad que aplica de forma sistemática sobre el objeto de su deseo: su mujer, personaje estrechamente relacionado con la virtuosa Justine sadiana. Francisco pasa intermitentemente del sadismo al masoquismo. Es totalmente destructivo. Su crueldad, proyectada sobre los demás, no hace otra cosa que aumentar su propio dolor sumiéndolo en la desesperación y dejándolo totalmente solo, circunstancia característica de los héroes sadiano. Por otro lado Raúl le dice a Gloria: "Perdóname Gloria, pero al oírte cualquiera diría que te gusta sufrir, si no, no es posible que continúes a su lado”.
El fantasma de la libertad: masoquismo y
además le gusta con público
·         En Belle de jour tenemos a Séverine, una joven burguesa que necesita ser maltratada, humillada para excitarse sexualmente. Es la dueña del burdel la primera que se da cuenta de esta característica: “Hay que tratarte con mano dura por lo que veo”. Más adelante Husson le dirá cuando la descubra en el burdel: “A ti te gusta que te humillen, a mí no”.
·         En Nazarín el personaje del Pinto emplea toda su crueldad sobre Beatriz, a la vez que ésta se siente atraída por él.
·         En el amor de Alejandro y Catalina en Abismos de pasión, hay un fuerte componente de sadomasoquismo, un amor que está más allá del placer y del dolor. Alejandro se casa con Isabel para hacer sufrir a Catalina.
·         En Ese oscuro objeto del deseo, Conchita disfruta encendiendo el deseo de Mateo y luego excusándose una y otra vez para no acostarse con él. La pasión continuamente frustrada le lleva a la violencia. Buñuel le da una paliza. Tras la paliza Conchita le dice que ahora ya sabe que la quiere.
·         Como se ve la relación entre crueldad, dolor y placer que Sade puso de manifiesto aparece abundantemente en el cine de Buñuel. Sadismo y masoquismo son inseparables en el cine de Buñuel.  [10]
Belle de jour: el médico masoquista

El incesto:
Aparece en:
·         Tierra sin pan: las relaciones incestuosas son habituales entre la población,
·         Así es la aurora: violación del viejo sobre su nieta,
·         Tristana: relaciones entre el tío y la sobrina,
·         El fantasma de la libertad: entre la anciana y su joven sobrino.


[1] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Plaza & Janés, 1982, Pág.:23
[2] Iván H. Ávila Dueñas: El cine mexicano de Luis Buñuel. Instituto Mexicano de Cinematografía, 1993, Pág.: 158
[3] Manuel López Villegas: Sade y Buñuel. Instituto de estudios turolenses, 1998, Pág.: 87
[4] Antonio Castro : Evolución y permanencia de las obsesiones en Buñuel.En : Obsesión es Buñuel. Ed. Del autor, 2001, Pág.: 342
[5] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel, Ed. J.C.,1984 Pág.: 257
[6] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel, Ed. J.C.,1984, Pág.: 370
[7] Manuel Alcalá: Buñuel (Cine e ideología). Edicusa, 1973, Pág.: 126
[8] André Bazin y Jaques Doniol–Valcroze: Conversación con Luis Buñuel. Pág.:114
[9] Manuel López Villegas: Sade y Buñuel. Instituto de estudios turolenses, 1998, Pág.: 75
[10] Manuel López Villegas: Sade y Buñuel. Instituto de estudios turolenses, 1998, Pág.: 71

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