Ilegible, hijo de flauta, guion de Juan Larrea y Luis Buñuel
La obra contiene el guion cinematográfico de Buñel |
Larrea y
Buñuel ya habían colaborado juntos antes en Los
olvidados, Mi huerfanito jefe,
incluso en El ángel exterminador, lo
cual indica que tenían puntos de convergencia para hacer un trabajo en común. Ilegible, hijo de Flauta, es el título
de un frustrado guion cinematográfico escrito entre Juan Larrea y Luis Buñuel y
del que las líneas maestras del mismo fueron trazadas por Larrea.
Versiones:
Existen
dos versiones del texto, más su adaptación cinematográfica:
·
La
versión de 1947 que apareció publicada en Luis
Buñuel, obra literaria.[3] Es más cinematográfica y
la participación de Buñuel es mayor. En opinión de Agustín Sánchez es
preferible a la de 1957, que rompe el escueto y preciso ritmo tan
característico de la manera buñuelesca de desarrollar los temas con una
economía ausente de las escenas introducidas por Larrea. Por otro lado, este
tiende más a la alegorización y el simbolismo, mientras que Buñuel es mucho más
irracionalista y se fía más de las pulsiones subconscientes, a cuya peculiar lógica
encadenante y desencadenante no tiene empacho en abandonarse.[4]
Al
texto se le añadió una Introducción y
también un texto complementario titulado Algunos
símbolos del film Ilegible. La Introducción
no se dirige al público en general sino a posibles productores que pudieran
interesarse en la producción de la película. Está redactado en lenguaje
sencillo, como para convencer a gente de mentalidad no muy poética de la
conveniencia de hacer una película fuera de lo común. Los autores se dedican a
explicar lo que es un film poético, a sostener que existe en su juicio un
público adecuado para tal clase de producciones, y a exponer el significado y
alcance de los principales símbolos usados en el guion.[5]
Juan Larrea |
·
La
adaptación cinematográfica que de la versión de 1947 hizo Buñuel y que fue
publicada por Gabriel Morelli en Ilegible,
hijo de flauta, editorial Renacimiento en 2007.[6]
El texto de la adaptación fílmica preparado por Buñuel fue enviado a Juan Larrea en dos
momentos: primero le envía las primeras 43 páginas que abarcan 135 secuencias y
poco después Larrea recibirá otras 71 secuencias (por un total de 196) y 65
páginas de las 100 previstas.[7]
Si se
comparan las dos versiones, se aprecia que las incorporaciones de 1957 "irrumpen
en el texto de 1947 a menudo en bruto, con un ritmo, lenguaje y estilo que
suele producir una abierta disonancia con la controlada cadencia narrativa de
Buñuel, fácil de advertir por la eficacia, el tono aristado y la muy superior
rapidez de reflejos de este último para provocar la sorpresa del lector o
espectador y reconducirlo, ya inerme, a su gusto."[8]
Elaboración:
Juan Larrea
había escrito en 1927-28 en París, tras sufrir una crisis espiritual, un breve
relato titulado Ilegible, hijo de flauta y
que el autor perdió en Vallecas en un registro durante la guerra civil
española. "La versión de 1927-1928 de Ilegible era, según su autor, un relato
en prosa «onírica» que quedó inconcluso porque Larrea no supo continuarlo en
aquel entonces. El estilo del texto perdido debió ser muy distinto del de la
prosa neutral y como de informe anual del proyecto cinematográfico posterior.
Lo más probable es que se haya parecido al de los poemas en prosa y verso del
libro Oscuro dominio, también escrito
en París hacia 1927-28."[9]
·
El
13 de enero de 1947, ya en México, Larrea vio de nuevo Un perro andaluz con un
grupo de amigos, a los que expresa la idea de que los horizontes abiertos por
la película de Buñuel en relación con el uso del tiempo y el espacio seguían
sin aprovecharse. Los amigos le instan a que retome el texto olvidado y en
colaboración con Luis Buñuel transformarlo en un film.
Luis Buñuel |
Unos días
después, concretamente el 28 de ese mes, Larrea le entrega a Buñuel una
sinopsis del argumento, que este encuentra muy apropiado para hacer un guion a
partir de él. Cuenta Larrea: En 1947...“Recordé y
escribí sucintamente el argumento de Ilegible y se lo leí a Buñuel. “¡Pero si
es un film!”, fue su comentario y, luego, ayudado por Luis y con su
colaboración en algunas escenas, compusimos el guion."[10] El film estaba destinado
a un público minoritario. Dancigers, era el productor encargado de financiarla,
pero el fracaso de la película que Buñuel acababa de realizar para él, Gran
Casino (1946), acabó con el proyecto. Se tradujo una sinopsis al inglés
para intentar introducirlo en Estados Unidos, e incluso se le añadió una Introducción para los posibles productores
interesados, pero tampoco hubo éxito. En esta versión la huella de Buñuel es
más clara por su evidente índole surrealista.
Sobre
su elaboración Buñuel escribió: Hace nueve años trabajamos en tu casa durante veinte días
en un argumento basado en los recuerdos que guardabas de un libro tuyo extraviado.
De ese argumento la médula y el mensaje profético eran tuyos, pero las
situaciones, los gags, la continuidad y en una palabra la forma, fueron hechas
en una colaboración muy cordial. Unos elementos brotaron de ti solo, otros de
mí solo y los más fueron fabricados entre los dos. Así, cuando Dancigers llevó
el argumento a Nueva York lo hicimos registrar en el Screen Writers Guild de Hollywood
a nombre tuyo y mío.[11]
·
En abril de 1957 Buñuel ve la posibilidad de
realizarlo a través del productor Manuel Barbachano Ponce y se lo comunicó a
Larrea. La mayor
extensión de este nuevo proyecto de siete rollos respecto a la versión de 1947
obliga a una ampliación que Larrea lleva a cabo en colaboración con su hija
Luciane durante unas cortas vacaciones universitarias en abril de 1947. Se
introducen ocho nuevas escenas y entre ellas destaca una multitudinaria Gran
Concentración Universal de los Testigos de Jehová, de gran importancia para el
escritor.
Una vez
recibida la labor complementaria que solicitaba la productora, Buñuel pasa a
la realización cinematográfica del borrador. Prepara ocho escenas y rechaza
otras, escoge determinados episodios e ignora algunos, aunque éstos sean
recomendados con energía por el amigo. Borra por completo —ya lo hemos dicho— todo
lo relativo al escenario ultramoderno del oceánico meeting de los Testigos de
Jehová. En su carta del 8 de agosto de 1957, el cineasta comunica al amigo
haberle enviado las primeras 43 páginas que abarcan 135 secuencias y tratan la
historia de Ilegible hasta el viaje en tren; poco después Larrea recibirá otras
71 secuencias (por un total de 196) y 65 páginas de las 100 previstas. En
ellas, el protagonista, tras alcanzar la tierra, después del naufragio del
Favorables, encuentra, entre otros personajes, a un pastor tocando la flauta.[12] Buñuel pensaba iniciar el
rodaje en septiembre, pero el proyecto se vino abajo.
Larrea y Gerardo Diego |
Cuando Larrea supo que Buñuel no pensaba
filmar esa escena, que consideraba buena pero de excesivo costo, se vino abajo
el proyecto: Lo
que tiene para mí mucha importancia es que prescindas de la escena de los
“testigos de Jehová”, por no contar, según dices, con cinco millones de
dólares...En mi carta de 22 de mayo te exponía lo perturbado que me hallaba
ante la duda de que esa escena...fuera a descartarse, ya que no concebía sin
ella el film, y te suplicaba que me tranquilizases al respecto...Para mí el
asunto era de los de sine qua non. Como nada me respondiste sobre el particular
y es fama que quien calla otorga...me avine a enviarte a ti firmado el
contrato...Suprimida esa escena prefiero renunciar al film...Creo que
comprenderás que no se trata de capricho ni de testarudez. Ilegible ha ido
resultando ser para mí como el extracto de mi vida en función profética de
nuestro tiempo y de lo que tras él viene.[13]
·
En 1963 Buñuel pensaba filmar Cuatro misterios, basado en tres o
cuatro cuentos, uno de los cuales sería Ilegible,
reducido de nuevo a tres o cuatro rollos y con el título de Leandro Villalobos, film inspirado en Ilegible, hijo de flauta, de Juan
Larrea. Adaptación de Luis Buñuel. Yo quisiera hacer de Ilegible un film puramente poético,
sin mensaje de ninguna clase, aportando cuanto elemento se me ocurra y
empleando igualmente los que me parezcan bien de los existentes. Para ello y a
fin de no comprometer tus ideales los créditos podrían ser así y los pagos los
ya establecidos:
ILEGIBLE HIJO DE FLAUTA
Film de Luis Buñuel
Inspirado en un libro inédito de
Juan Larrea.
Así algún día puedes publicar
ese libro omitiendo mi nombre por completo. En cambio yo hago un film tomado o
inspirado en un libro.[14]
Larrea termina aceptando la propuesta de
Buñuel con alguna condición: Unos años más tarde en enero de 1963, volvió Luis a
escribirme sobre el asunto. Habiendo desaparecido mi hija, me avine a dejarle hacer
como quisiera.[15] Como no estarás
dispuesto a filmar la parte última de los testigos de Jehová, así como otras
escenas que considero imprescindibles, los créditos podrían redactarse así:
ILEGIBLE, HIJO DE FLAUTA, Parte
de un relato fílmico de Juan y Luciane Larrea, adaptada por Luis Buñuel.” [16]
El proyecto se vino abajo, tanto por razones
económicas como de censura.
Julio Cortázar (Las Ménades), Carlos Fuentes (Aura), son los autores de dos de los cuentos que iba a adaptar Buñuel, junto a Ilegible en 1963 (der. Buñuel) |
¿POR QUÉ FRACASÓ?
¿Cuáles pudieron ser las
causas para que un proyecto que les llevó tiempo y esfuerzo fracasara?
*Helena
López González de Orduña dice que "Es imposible no ver en Ilegible una formulación de algunos de
los motivos recurrentes del pensamiento larreano y, muy especialemente, del
mito del Nuevo Mundo. Pero esta presencia de ciertos tópicos del ensayo de
Larrea, expresada a menudo de un modo profundamente buñuelesco, no explica por
sí sola la discordia entre los dos amigos.
El
detalle anecdótico sobre la ruptura tiene que ver con la escena de los testigos
de Jehová que Larrea había ideado y que Buñuel no acepta El problema de fondo
en realidad reside en lo irreconciliable de dos muy diferentes puntos de vista
sobre el fenómeno surrealista. Para Buñuel el discurso surrealista estaba
fundado sobre las posibilidades emancipatorias de la imaginación y el humor
frente a los sistemas de represión burgueses. Su actitud antimetafísica, en el
sentido de no aceptar ningún sistema de valores por encima del hombre, está en
la base de la aversión de Buñuel hacia el simbolismo. Por otro lado, ya he
señalado cómo el surrealismo larreano se define por la solemnidad de su
cometido. Como corresponde con su personalidad idealista, Larrea ve en el
Surrealismo, antes que un instrumento político y de subversión, la posibilidad
de materializar una utopía antipragmática y apocalíptica a través de la palabra
profética del poeta. El Surrealismo trascendente de Larrea, inspirado en la
grave profecía del Apocalipsis antes que en el juego y la broma irreverentes,
tenía poco que ver con esa transgresión buñuelesca muy poco interesada en
alegorías mesiánicas. Una diferencia casi insalvable que Buñuel recoge con
mucho sentido del humor en la despedida de la última carta que envía a Larrea
en febrero de 1963: "Un abrazo muy estrecho, querido Juan. Tú no eres
de este mundo".[17]
(el subrayado es mío)
Luis Buñuel |
Y Agustín
Sánchez Vidal resalta que a Buñuel nunca le han gustado los símbolos,
sobre todo si van encaminados a sustentar una tesis determinada de
antemano...Por eso no debe extrañar que Buñuel no asumiera las adiciones de
Larrea a Ilegible, como él mismo ha
señalado.
En cuanto a Larrea, nunca podría haber aceptado unos supuestos ateos que negaran sus planteamientos espiritualistas, tal como sucede en un surrealista "ortodoxo" (al menos en este punto) como Buñuel.[19] Y a ese desacuerdo con Buñuel achacaría el fracaso de su colaboración: “En el fondo me satisfizo el fracaso. Y aún me holgué más cuando vi luego el film La vía láctea...Me evidenció que nuestros conceptos acerca del sentido poético de la Vida se bifurcan a partir de cierto punto...”.[20]
En cuanto a Larrea, nunca podría haber aceptado unos supuestos ateos que negaran sus planteamientos espiritualistas, tal como sucede en un surrealista "ortodoxo" (al menos en este punto) como Buñuel.[19] Y a ese desacuerdo con Buñuel achacaría el fracaso de su colaboración: “En el fondo me satisfizo el fracaso. Y aún me holgué más cuando vi luego el film La vía láctea...Me evidenció que nuestros conceptos acerca del sentido poético de la Vida se bifurcan a partir de cierto punto...”.[20]
Extraordinariamente
compleja es la simbología sobre la que se cimenta Ilegible, habida cuenta de que superpone el rico y entrenado
subconsciente de Buñuel y la alambicada lectura mitopoiética de Larrea, que, en
términos generales, considera que la Historia se comporta como un sueño, lo que
permite definirla como la realización de los deseos subconscientes de la
Humanidad…El sistema poético de Larrea, basado en la incorporación del elemento
religioso al surrealismo -movimiento que, en su opinión, se había autolimitado
y cegado irremisiblemente al dejarlo de lado- y en una sistemática aplicación
del azar objetivo hegeliano a la lectura de la historia, fecunda admirablemente
Ilegible y adquiere una muy plástica concreción al topar con un Buñuel mucho
más dado a las empresas de tejas para abajo. Por ello, la doble lectura se
impone continuamente, aún superponiéndose en los momentos de plenitud.[21]
Añade Agustín Sánchez al establecer las diferencias entre el surrealismo "ortodoxo" de Buñuel y el trascendente y espiritualista y por ello "heterodoxo" de Larrea señala que "Donde el poeta vasco procedía a entender ulterioridades, él [Buñuel] se interrogaba más bien por las interioridades; frente al yo colectivo pero consciente, Buñuel, como buen surrealista, profundizaba en el yo inconsciente e individual; frente a los vínculos cabalísticos del Verbo y sus secuelas de alegorías y símbolos, el cineasta mantenía un nutricio cordón umbilical con las imágenes, los gags, el collage o, si acaso, la greguería como técnica que resumía todo eso en el ámbito de la palabra; frente al cordero y la paloma preñados de Apocalipsis y Espíritu, Buñuel estimaba al borrego como bestia gregaria (Susana, El ángel exterminador) sobre cuya iconografía crística ironiza (Simón del desierto) y que, como la paloma (Viridiana, Ilegible) sirve sobre todo para calmar el hambre con ayuda de un buen fuego; frente a la tradición que sustenta a Larrea (ciertas lecturas del deísmo de Swedenborg, del Romanticismo y del Idealismo alemán y del simbolismo), Buñuel se nutre de la corriente materialista que desde Sade se abre paso por entre la obra de Fabre, Darwin y Engels; frente a la mística, la picaresca."[22]
Todo lo
anterior se puede resumir diciendo que la ruptura se produce porque ninguno de
estos dos grandes creadores da su brazo a torcer y renuncia a sus ideas. Como
el proyecto no se llevó a cabo, Buñuel tuvo que esperar a La vía láctea (La
voie Lactée, 1968), para conseguir plasmar en imágenes el uso libre que
del espacio y el tiempo se preveía en Ilegible,
hijo de flauta.
Pero no
todo se perdió, pues algunas de las ideas de Ilegible pasaron a sus películas,
ya con su sello personal, como el palimpsesto de La vida es sueño que introduce
en El gran calavera, o la estructura
itinerante que vertebra su trilogía: La vía láctea, El discreto encanto de la
burguesía y El fantasma de la libertad.
[1] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis
Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska,
Lincolin, 1982, pág. 17
[2] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis
Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska,
Lincolin, 1982, pág. 20
[3] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel.
Obra literaria, Heraldo de Aragón,
1982
[4] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel.
Obra literaria, Heraldo de Aragón,
1982, pág.287
[5] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis
Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska,
Lincolin, 1982, pág. 20
[6] Esta edición incluye también la
primera versión de la obra (1947) con sus 2 textos introductorios y el texto
introductorio de la versión de 1957.
[7] Morelli, Gabriel, Ilegible, hijo de flauta, editorial
Renacimiento, 2007, pág. 31
[8] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel.
Obra literaria, Heraldo de Aragón,
1982, pág.288
[9] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis
Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska,
Lincolin, 1982, pág. 19
[10] En: J. Francisco Aranda: Luis Buñuel. Lumen, 1975, Pág.197
[11] Carta de Luis Buñuel a Juan Larrea
(20/8/57). En: José Rubia Barcia: Con
Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág.: 177
[12] Morelli, Gabriel, Ilegible, hijo de flauta, editorial
Renacimiento, 2007, pág. 31
[13] Carta de Juan Larrea (6/8/57) a
Luis Buñuel. En: José Rubia Barcia: Con
Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 175
[14] Carta de Luis Buñuel a Juan Larrea
(20/8/57). En: José Rubia Barcia: Con
Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 177
[15] Juan Larrea en Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar,
1985, Pág. 378
[16] Carta del 11/1/1963, en: José Rubia
Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y
después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 180
[17] Helena López González de Orduña: Vanguardia y exilio. Sus representaciones en
el ensayo de Juan Larrea. Tesis doctoral. Universidad A Coruña, 2001, págs.
348-50
[18] Helena López González de Orduña: Vanguardia y exilio. Sus representaciones en
el ensayo de Juan Larrea. Tesis doctoral. Universidad A Coruña, 2001, págs.
344-5
[19] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y
divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea,
Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 136
[20] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y
divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea,
Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 125
[21] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel.
Obra literaria, Heraldo de Aragón,
1982, pág. 288-9
[22] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y
divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea,
Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 137-8
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