Des Hermes reprocha a su
amigo Durtal que ha abandonado la novela moderna para escribir la historia de
Gilles de Rais. Discuten de literatura y del naturalismo. Des Hermes se
marcha y Durtal sigue pensando en el tema, en el ideal de naturalismo, lo que
le llevó a la pintura y concluyó que la revelación del naturalismo la tuvo en
Alemania al ver el cuadro de la crucifixión de Mathaeus Grünewald. Luego
pensó que aquello era único y que no tenía equivalente en la lengua. Más
tarde vio que todo eso le conducía al catolicismo de la Edad Media, al
naturalismo místico, pero rechazó la idea pues no era creyente.
Soltero y sin fortuna a
veces buscaba paliativos en la religión, pero ello suponía renegar del
sentido común. Se alejaba de la religión, aunque pensaba mucho en ella. No
creía pero admitía lo sobrenatural.
Se acercó a su mesa de
trabajo. Sus notas sobre el mariscal de Rais le calmaron y decidió que eso
era lo que más le interesaba.
Detestaba su época, por eso
era feliz dedicándose de lleno a Gilles de Rais en la Edad Media. A
continuación se describe cómo conoció a su amigo Des Hermes.
Durtal estaba esperando la
llegada del portero, que se encargaba de la limpieza de su casa y que como
siempre, llegaba tarde. Posteriormente llegó Des Hermes y salieron juntos. Su
amigo le llevó a la iglesia de Saint Sulpice y le hizo subir a la torre.
Durtal se fija en que el campanero tiene la lividez del prisionero medieval
encerrado hasta su muerte.
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Allá lejos (Là-bas) |
Este se llamaba Carhaix y
después de enseñarles las campanas, les habló de ellas. Luego bajaron a la
vivienda del campanero, que estaba en la misma torre. Allí les contó que los
campaneros están desapareciendo. Durtal pensó que Carhaix vive satisfecho con
sus campanas y que le hubiera gustado vivir en la Edad Media como a él.
Otro día, Des Hermes le
pregunta a Durtal por su trabajo sobre Gilles de Rais y este empieza a
contarle su biografía, como poco a poco fue perdiendo todas sus posesiones y
arruinándose, al tiempo que pasaba de hombre creyente y religioso a
practicante del satanismo.
Los dos amigos van a cenar
con los Carhaix. Durante la comida hablan del satanismo en la E. Media, en
los tiempos modernos y en la época actual y que la forma de satanismo más
utilizada en la actualidad es la misa negra, presidida por un sacerdote y en
donde se hace un uso sacrílego de la hostia consagrada. Quedan para otra
cita, a la que piensan invitar a Gévingey un especialista en satanismo.
Después de describir la
vivienda de Durtal, se comenta la búsqueda de la piedra filosofal por los
alquimistas y de cómo Gilles de Rais trajo a su castillo a los mejores alquimistas
para que trabajaran para él pero no consiguieron descubrir nada. Hubo
invocaciones al diablo por parte de algunos, aunque no tuvo éxito en su
búsqueda de la piedra filosofal.
Durtal recibe una carta de
una desconocida que le pide un encuentro. Aunque al principio piensa en
rechazar termina por contestar a la carta.
En los siguientes días
especula sobre quién puede ser la mujer. Sigue intercambiando correspondencia
con ella. Visita a su amigo Des Hermes y por una conversación que mantienen
piensa que la mujer puede ser la
esposa de Chantelouve, aunque no está seguro.
A la mañana siguiente se
tranquilizó un poco e intentó reanudar su trabajo sobre Gilles pero no era
capaz. Entonces se puso a pensar en Tiffauges, el castillo donde vivió
Gilles: sus dependencias, las comidas, los trajes y luego volvió a pensar en
la mujer. De pronto llamaron a su puerta. Era la Sra. Chantelouve. Estuvieron
hablando de cómo llegó él a sospechar que era ella la de la carta. Quedaron
en verse dentro de dos días.
Al día siguiente se
despertó pensando en ella y se preguntaba por qué no le dijo nada cuando
visitaba su casa.
Se fue a casa de Carhaix
para cenar con Des Hermes y el astrólogo Gévingey. Carhaix empezó a
explicarle las características de las campanas. Después llegó el astrólogo,
que durante la cena estuvo hablando de astrología en el pasado y de los
charlatanes de hoy en día y a continuación de la realidad del espiritismo.
Se interesó por el libro de
Durtal sobre Gilles y después se puso a hablar sobre el incubato y el
sucubato, de las personas que caen bajo su influjo, lo que le condujo a
hablar del canónigo Docre, maestro del satanismo actual.
Gévingey le dijo a Durtal
que si quería saber más sobre Docre que le pregunte a Chantelouve, porque el
matrimonio le había tratado mucho.
Al irse a casa los dos
amigos hablan sobre el astrólogo y Durtal piensa que sigue habiendo mucho
misterio en todos esos temas.
Al día siguiente Durtal no
sabe cómo matar el tiempo hasta la hora de la cita. Ve que le faltan dulces y
licores y sale a comprarlos. Cuando vuelve a su casa lo prepara todo, limpia
un poco y espera la llegada de la Sra. Chantelouve.
Cuando llega dice que está
con jaqueca. Durtal la besa, pero no puede pasar de ahí, porque la mujer le
dijo que quería continuar así su relación. Le pide que vaya a su casa al día
siguiente. Al marcharse Durtal se puso a meditar sobre lo ocurrido.
A la mañana siguiente se
despertó calmado en relación con el deseo hacia la mujer y se puso a pensar
en su trabajo sobre Gilles. El mariscal había fracasado en sus intentos de
invocar al diablo. Los hechiceros y alquimistas que le rodeaban le
aconsejaron que cediera su alma o que cometiese crímenes y él se inclinó por esto
último.
Después de haberse hartado
de placeres con el sexo femenino, se dedicó a violar a los niños. Empezó con
los del coro de la capilla, a los que violó pero no asesinó. Después fueron
desapareciendo los niños de los poblados de los alrededores, a los que
violaba y descuartizaba. Hubo cientos de asesinatos infantiles. Después dio
un paso más y satisfacía sus sentidos con los cadáveres de los niños. Luego
llegó la etapa de arrepentimiento.
Durtal vuelve a la realidad
y piensa que su pecado con la Sra. Chantelouve no es más que un simple pecado
burgués. Visita la casa de los Chantelouve , donde saluda a ambos esposos. El
marido está escribiendo una biografía de santos que amaban poco el aseo.
Durtal les expone que ha
inventado un nuevo pecado que estaría relacionado con el sucubato. Queda con
la Sra. en verse al día siguiente en su casa.
Cuando la Sra. Chantelouve
llega a casa de Durtal, no quiere acceder a las pretensiones de entregarse a
sus pretensiones, pero este sigue insistiendo y al final la posee. La mujer tenía
el cuerpo frío. Después se sintió arrepentido y piensa que es mejor amar sin
esperanza.
Cuando Des Hermes llega a su casa y le
encuentra en una actitud contraria al amor. Van a comer a casa de Carhaix.
Comentan el caso de un abate que ha asesinado a su párroco. Des Hermes
expresa ideas contrarias al clero y Durtal le pregunta si una mujer a la que
visitan los íncubos tiene el cuerpo frío.
Se entera de que Gévingey
se encuentra mal. Cree que el canónigo Docre le ha maleficiado y ha ido a que
le cure el doctor Johannès. Des Hermes le explica que Docre practica su magia
con ratones blancos y otros procedimientos. Durtal expone que le gustaría
conocer al canónigo. Cuando se marchan hablan de que el satanismo tiene que
ver con la religión.
Durtal se pregunta lo que
hay de cierto en el presunto poder de esos químicos deicidas y se dijo que le
gustaría tratar con Docre de esas cuestiones. Pensó en los Chantelouve como
un medio para llegar a él.
Empezó a pensar que ella
llegaría pronto y no le apetecía hacer el amor. Cuando llegó le reprochó a
Durtal la lacónica carta que le había enviado. Él se defendió poniendo como
excusa motivos familiares: que tenía una amante y un hijo.
Hicieron el amor y luego
Durtal se interesó por su marido y ella le contestó que eran libres para hacer
cada uno lo que quisiera. Le preguntó por Docre y le contestó que le había
tratado, pero que no venía a casa por su marido, porque le asusta. Le
aconsejó que no le viera y quedaron en encontrarse dentro de un par de días.
Al día siguiente creyó que
tenía que hacer que la Sra. Chantelouve le dijera todo lo que sabía sobre
Docre. Pensó si habría sido su amante.
Dedujo que había tres
personas diferentes en la Sra. Chantelouve, las mismas que había en Docre y
se puso a trabajar sobre Gilles de Rais.
Nadie se atrevió a poner
freno a sus crímenes. Al final fue la Iglesia la que lo hizo a través del
obispo Jean de Malestroit, que aprovechó que entró armado en la iglesia de
Saint Etienne, interrumpiendo la misa, para atrapar a un noble al que había
vendido una de sus propiedades.
El obispo manda que se le
detenga, hace la investigación de sus crímenes y le juzga el tribunal de la
Iglesia al que injuria, pero este le excomulga.
Llega Des Hermes a casa de
su amigo y salen a cenar. Van a visitar a Carhaix que estaba enfermo. Durante
la visita, llega un sacerdote a interesarse por el enfermo y la pareja de
amigos se marcha.
Ya en su casa Durtal recibe
la visita de la Sra. Chantelouve y se finge enfermo. Ella como forma de
aliviarlo le habla de Docre y le comunica que puede llevarlo a presenciar una
misa negra, aunque ella se condenara. Después hablan del canónigo y de cómo
actuaba. Posteriormente la Sra. se marchó.
Al día siguiente Gilles de
Rais pidió perdón por sus injurias al tribunal y solicitó un día para después
confesar sus crímenes ante el tribunal. Confesó sus pecados a los jueces. Al
día siguiente ante una sala del tribunal repleta confesó de nuevo todos sus
crímenes. La Iglesia y la Inquisición le condenan y le excomulgan, pero tras
su arrepentimiento le levantan la excomunión.
El tribunal que juzgó sus
delitos humanos le condenó a muerte. Pidió morir junto con sus colaboradores
que también habían sido condenados a muerte y le fue concedido.
La Sra. de Chantelouve
llega a su casa y le comunica que esa noche le recogería para asistir a la
misa negra, pero tenía que firmar un documento sin fecha, en el que reconocía
que todo lo relatado era ficción. Lo firmó para poder asistir a la misa.
Después llegó Des Hermes, que le comunicó que Gévingey estaba de vuelta y curado.
Durtal le contó a su vez que iba a
asistir a una misa negra oficiada por Docre.
La Sra. Chantelouve y
Durtal llegan al lugar donde se va a celebrar la misa negra. El lugar es una
capilla (antigua iglesia de un convento). Durtal se sienta apartado de los
demás. El altar estaba presidido por un Cristo desnudo.El olor le molesta
mucho pues le oprime la garganta. Docre empieza la ceremonia, primero
alabando al Diablo y luego blasfemando sobre Cristo. En un determinado
momento, los asistentes parece como si se hubieran vuelto locos, se
profanaban las hostias consagradas y las parejas se revolcaban por el suelo.
Durtal no pudo aguantar más
y salió de allí con la Sra. Chantelouve. Esta le dijo que necesitaba un vaso
de agua y le llevó a una taberna cercana. Allí el tabernero les llevó a una
habitación provista de una cama. La Sra. indujo a Durtal a hacer el amor
aunque este no quería en un principio. Al terminar, Durtal vio en la cama
fragmentos de hostia. Aunque no fuera creyente, aquello era demasiado para él
y decidió romper con ella para siempre.
Al día siguiente le cuenta
a Des Hermes lo ocurrido con la misa negra. Luego en casa de los Carhaix,
Gévingey explica su curación. Habla del doctor Johannès y el proceso seguido
para recuperar la salud, sobre diferentes cuestiones teológicas y ocultistas.
Al final de la comida Carhaix se compadece de Durtal porque no cree en nada.
La Sra. Chantelouve le
envía una serie de cartas a Durtal que este no contesta y al final ella
acepta la ruptura. Llega Des Hermes y se va con él. Hablan del doctor
Johannès y Des Hermes le cuenta lo que sabe de él. Cree que es el único capaz
de curar determinadas enfermedades. Le cuenta cómo utilizó una piedra
preciosa para una curación. Des Hermes cree en lo sobrenatural, pero Durtal
vacila.
Están cenando en casa de
Carhaix. Llega Gévingey y después Carhaix, que ha ido a ver al carpintero porque
las vigas que sostienen algunas campanas se están combando. Se lamentan de la
época actual en la que viven y añoran la E. Media. Durtal cuenta lo que
ocurrió con Gilles de Rais cuando iban a quemarlo en la hoguera. El noble
pidió que los padres de sus víctimas acudieran a su suplicio y estos rezaran
para que el mariscal lograse el reposo de su alma. El pueblo sollozó de
piedad. El día del suplicio una larga procesión recorrió la ciudad para el
reposo del alma del mariscal.
En la calle se oyen los
gritos de que Berlanger ha ganado las elecciones.
Mientras Carhaix confía en
el más allá, Des Hermes afirma que a este siglo no le importa Cristo.
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Edad Media. Siglo XV. Misa en la
capilla del castillo de Tiffauges, en donde Gilles de Rais recibe la comunión.
Voz en off de Durtal, que
nos informa de que Gilles de Rais es uno de los hombres más ricos de Francia
y de los más grandes criminales.
Actualidad. Casa de
Durtal. Durtal habla con su amigo
Des Hermes de la dificultad de compendiar cómo pensaba el hombre en la Edad
Media, ya que su visión del mundo era totalmente distinta.
E. Media. Interior cabaña campesinos. Una familia humilde de campesinos ante el fuego inmóviles.
Actualidad. Interior
apartamento. Una familia ante el
televisor, inmóviles.
Casa Durtal. Durtal le dice a su amigo que hoy, cada cual se
esfuerza por olvidarse. Des Hermes le va a lleva a cenar a casa de unos
amigos. Entra el portero para limpiar la casa y le entrega una carta
perfumada.
Una violenta explosión hace
que los dos amigos se acerquen a la ventana.
Exterior. Salen heridos de un café destrozado por la
explosión.
Casa Durtal. Des Hermes comenta que en la E. Media no ocurría
esto.
Exterior calle. Se acercan al café, pero la policía mantiene
alejada a la gente. Ante una carga policial los dos amigos huyen.
Campanario iglesia
Saint-Sulpice. Un hombre voltea las
campanas.
Casa de los Carhaix. Durtal y Des Hermes están en el interior. Entra el
campanero y les saluda. Cenan y el campanero se interesa por la explosión y
si ha habido muertos. Se queja de que se acaban las campanas, de que ahora la
gente vive de cara al exterior y que antiguamente sabían quedarse solos con
Dios.
E. Media. Campo. Se ve arder una
granja y los campesinos abandonan sus tareas para apagar el fuego.
Campo. Suenan las
campanas. Dos mujeres escuchan y por el toque saben que alguien se está
muriendo.
Plaza del pueblo. Toque de
campanas de difuntos. Entierro.
Repique de campanas glorioso con la imagen del Cristo resucitado.
Exterior del castillo de Tiffauges. A lo largo del foso del castillo, varios campesinos están
matando las ranas para que no molesten al señor.
Interior del castillo. Gilles de Rais
está sentado junto a su tesorero. Le expone que necesita oro y le pide que venda
una de sus propiedades.
Bosque, noche. Entran los dos
en el bosque y le entregan al evocador del diablo el copón de oro que llevan
como donación. Gilles quiere que el diablo le traiga oro. Se oyen alaridos y
el evocador vuelve ensangrentado, diciendo que el diablo tenía forma de
leopardo.
Actualidad. Casa de
Durtal. Está escribiendo el texto
descrito anteriormente sobre Gilles de Rais. Entra el portero, que le trae un
paquete. Contiene un pequeño cuadro con mariposas y una carta. En ella la
mujer le comunica que irá a visitarle. El portero le dice que no se puede
quedar a limpiar porque hay partido.
Estadio de fútbol. Está a rebosar en el momento que empieza el
partido.
Interior vivienda del
portero. Este está viendo el
encuentro en la televisión.
Casa de Durtal. Prepara la habitación para la visita de la mujer.
Cuando esta llega descubre que es la Sra. Chantelouve, a la que solo había
visto una vez. Hablan de diferentes cuestiones y no le deja que la toque. Se
despiden hasta la próxima visita.
E. Media. Campo. Dos hombres a
caballo se acercan al castillo. Uno es un sacerdote al servicio de Gilles y
el otro es el italiano Prelati.
Castillo. Llegan al castillo. Gilles saluda a Prelati y le dice
que necesita oro. Le pregunta si hace venir al diablo y Prelati le contesta
que es un señor exigente que quiere sangre a lo que el noble le confirma que
la tendrá.
Exterior castillo. Unos 15 mendigos
se acercan a la puerta del castillo para pedir limosna. Gilles sale de caza
acompañado de dos sirvientes. Ven un niño rubio y lo introducen en el
castillo. A su madre le dan dos monedas de plata y le dicen que van a hacerlo
paje.
Interior castillo. Gilles está con
Prelati, que se marcha para prepararse.
Sótano del castillo. El niño está
atado. Entra Gilles y finge asombro por ver al niño así. Lo suelta y lo
acaricia. El niño se abraza a él y Gilles le corta la garganta.
En el sótano Prelati traza un círculo en el suelo y unos signos
enigmáticos. Entra Gilles llevando en una bandeja una mano, los ojos y el
corazón del niño.
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Huysmans |
Actualidad. Casa Carhaix. Siguen comiendo y se deduce que el texto anterior
es una narración de Durtal. Cuenta que el diablo nunca se dejó ver y que Rais
llegó a matar 150 niños pero esperaba el perdón final de Dios.
Discuten después sobre si
la actuación de Juana de Arco fue positiva para Francia. Des Hermes piensa
que no, pues la unión de Francia e Inglaterra hubiera creado una nación muy
poderosa.
Llaman a la puerta. Son los
bomberos, que les comunican que han recibido una amenaza de bomba en la iglesia
y les pide que desalojen. Al bajar se oye el ruido del vuelo de un avión.
Aeropuerto. Tras aterrizar bajan del avión una camilla con un
pasajero. Una azafata corre hacia los edificios. Entra en una sala donde hay
cuatro hombres: un sacerdote católico, un musulmán, un judío y un
protestante. La azafata llama al sacerdote y le lleva junto al herido. Empieza
a confesarlo y cuando descubre que está en pecado mortal lo ahoga para
enviarle con el diablo. El sacerdote se llama Docre.
Casa Durtal. Llega la Sra. Chantelove que le dice que tiene un
poco de fiebre. En un primer momento no quiere que se le acerque, pero cuando
la abraza, ella lo besa con furia y se pega a su cuerpo, moviendo las caderas
y hablando entrecortadamente. Al final consigue separarla y ella se tranquiliza.
Le pide que vaya al día siguiente a su casa. Le explica su situación con su
marido y que no permite que la controle.
Se oyen campanas.
E. Media. Exterior cañada. Se oyen campanas. Una niña de 10 años recoge
estiércol de caballo. Una vieja, proveedora de niños para Gilles, la convence
para que la acompañe.
Calle del pueblo. Dos niños están
jugando en la calle. Dos jinetes los ven y se acercan. Una mujer sale de una
casa y se los lleva, cerrando la puerta con cerrojo.
Habitación de Gilles de Rais. Gilles está
sentado en una silla junto a su primo y Prelati y otros. Todo está lleno de
comida y botellas vacías de la siniestra fiesta desarrollada allí. En el
suelo yacen los cadáveres de dos niños degollados y sobre la chimenea están
sus cabezas. Gilles se levanta coge una cabeza y la besa en los labios.
Actualidad. Casa de los Chantelouve. Una mujer está leyendo un
texto maniqueo. Durtal y Des Hermes están entre otros invitados. Cuando la
mujer termina de leer hablan del maniqueísmo y de que el culto de Satán llega
hasta hoy. Se oye el alboroto de una manifestación que pasa por la calle.
Llega el sacerdote Docre, hijo de la mujer que leía antes. Siguen hablando
del satanismo y de que su centro está en Roma. También hablan de la
superpoblación.
La Sra. Docre, al ver a
Durtal interesado en el satanismo, le invita a que les visite para hablar del
tema, y Durtal acepta. La Sra. Chantelouve se lleva a Durtal para que le
firme uno de sus libros. Después de firmarlo, ella lo abraza y estrecha
contra él moviendo sus caderas y echando la cabeza hacia atrás.
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Ilustración de Carrière |
E. Media. Interior castillo. El capitán
Touscheronde acompañado de otros soldados, el escribano y guiados por un
criado de Gilles, llegan al sótano, a la sala donde Prelati invocaba al
diablo. Buscan debajo de la leña y encuentran los restos de los niños
asesinados.
Interior prisión. Gilles está
prisionero. Entran varias personas, entre ellos un inquisidor y el obispo
Jean de Malestroit. Le acusan de sodomía, invocar al maligno, adivinación y
asesinato de niños. Gilles se niega a contestar, pues no les considera dignos
de su nivel y les insulta. El obispo le excomulga y se marchan. La excomunión
deja a Gilles sombrío y conmocionado.
En el exterior del castillo, unas 40 mujeres mal vestidas están
pendientes de la ventana de la celda de Gilles.
Interior celda. Gilles oye un
canto religioso que sube desde abajo. También le llegan algunas piedras.
Actualidad. Jardín casa
de Docre. Dos hombres armados están
disparando sobre un blanco.
Interior casa Docre. Entra uno de los hombres que estaban disparando y
le enseña la diana a la Sra. Docre. Esta se lamenta de que hoy día sea preciso tener múltiples
guardaespaldas. También se lamenta de que quieren derribarle la capilla y
todo el barrio para construir una ciudad nueva.
E. Media. Celda de la prisión. Gilles está ante
las mismas personas que la víspera, pero su actitud es diferente. Pide perdón
por su comportamiento del día anterior y suplica que anulen su excomunión.
Después confiesa sus pecados de sodomía, homicidio, invocación del diablo, de
inmolar niños, de gozar con ellos después de muertos y mientras morían.
Afirma que nadie le indujo a ello. Traen a Prelati encadenado. Gilles se
despide de él y le pide que rece.
Sala del proceso. Gilles ha
confesado ante el tribunal todos sus delitos. Entre los presentes se
encuentran las madres de los niños asesinados. Pide perdón por sus pecados,
implora la misericordia y el perdón de Dios y de los padres de los niños que
degolló. Algunas madres lloran. Se arrodilla y pide que se le levante la
excomunión, a lo que el obispo accede. Solicita que el día de su suplicio se
haga una procesión para pedir a Dios su salvación. Pide a todos el auxilio de
sus oraciones. Las mujeres y el resto de la concurrencia se arrodilla y
empiezan a rezar. El obispo se acerca a Gilles y se arrodilla junto a él y
rezan juntos.
Actualidad. Calle de
París. Interior taxi. Durtal le
explica a la Sra. Chantelouve que a Gilles le colgaron, que hicieron la
procesión y que está junto a Cristo. La Sra. le advierte que va a ver cosas
que le sorprenderán y que ella ya ha asistido varias veces.
Bajan del taxi, entran en
una casa, pasan por el jardín y penetran en la capilla.
Interior capilla. Es una vieja capilla en mal estado. Junto al altar
hay un macho cabrío atado. Hay unas 40 personas que no se distinguen bien.
Tras el altar está el Cristo de Grünewald. Aparece un monaguillo y enciende
los cirios. La Sra. Chantelouve le explica que uno es el superior de un
convento, el otro médico, etc.
Entra una mujer con antifaz
que sube y se acuesta encima del altar. Abre su capa y está desnuda. Sale
Docre para oficiar la misa siguiendo el ritual clásico, lo que hace pensar a
Durtal que va a ser una misa normal. Alguna mujer empieza excitarse, a
desabrochar sus ropas. En un determinado momento Docre empieza a blasfemar.
Durante la comunión los comulgantes sacan la hostia de su boca y la conservan
en la mano para profanarla posteriormente. La Sra. Chantelouve se acerca a
comulgar y Docre le da un puñado de hostias en la mano. Después aumentan los
gritos de algunas mujeres, ciertas parejas empiezan a acoplarse. Durtal
agarra a la Sra. Chantelouve y la saca de la capilla.
Exterior calle. La Sra. se apoya en la pared. Durtal respira
profundamente. La mujer le dice que necesita un vaso de agua y le lleva a un
café cercano.
Interior taberna. El dueño, tras una señal de la mujer, los conduce
a una sucia habitación que tiene una cama. Ella arrastra a Durtal hacia la
cama y hacen el amor.
Interior capilla. Continúa la orgía. De pronto Docre se da cuenta de
que algo extraño ocurre. Al fondo unos policías han entrado. Huye, pero le
persiguen. Se encierra y se suicida. La mujer del altar se marcha cojeando,
por lo que se da a entender que es la Sra. Docre.
Interior habitación
taberna. Después de hacer el amor,
Durtal de que la Sra. Chantelouve lleva algo en la mano. La obliga a abrirla
y ve las hostias. Se viste y se marcha, dejándola sola a pesar de sus ruegos.
Exterior calle. Durtal ve que delante de la capilla hay un autocar
de la policía, al que hacen entrar algunas personas.
Interior capilla. Está desierta, excepto la cabra. La cámara se
acerca al Cristo de Grünewald, que a pesar de ser inmundo brilla con una
espiritualidad misteriosa.
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Fascinante y muy bien estructurado el análisis. Acabo de terminar de leer A CONTRAPELO Y ALLÁ ABAJO así que me vien de perlas. Muy completo el blog. Te felicito.
ResponderEliminarDe paso, te brindo una referencia: QUINN, Paul, EL VIAJE INMÓVIL. TÉCNICAS NARRATIVAS EN BUÑUEL (2016) de un servidor.
Enhorabuena y un saludo,
Paul.