Luis Buñuel: La escritura del guion (I)
Aunque creo que
nada es más importante en la fabricación de una película que un buen guion,
nunca he sido hombre de letras. En casi todas mis películas (menos cuatro) he
necesitado un escritor, un guionista, para ayudarme a poner en negro sobre
blanco el argumento y los diálogos. Esto no significa que este colaborador sea
un simple secretario encargado de registrar lo que yo digo. Al contrario. Tiene
el derecho y el deber de discutir mis ideas y proponer las suyas, aunque sea
yo, en fin de cuentas, quien debe decidir.
A lo largo de mi vida he trabajado con 18 escritores
diferentes. Entre ellos, recuerdo sobre todo a Julio Alejandro, hombre de
teatro, buen dialoguista, y Luis Alcoriza, enérgico y susceptible, que desde
hace ya tiempo escribe y realiza sus propias películas. Con quien más
identificado me he sentido es, sin duda, con Jean–Claude Carrière. Desde 1963
hemos escrito juntos seis películas.
Carrière de sacerdote en Diario de una camarera |
En un guion me
parece lo esencial el interés mantenido por una buena progresión, que no deja
ni un instante en reposo la atención de los espectadores. Se puede discutir el
contenido de una película, su estética (si la tiene), su estilo, su tendencia
moral. Pero nunca debe aburrir[1].
Necesito tener siempre un colaborador. Si me pongo a
escribir una escena tardo tres días en lo que, tras una conversación extensa,
un escritor hace en tres horas. Estoy presente en todo porque es mi película.
Si escribiese para otros me ajustaría a su manera de hacer. En las películas
peores, aunque no haya firmado el guion, siempre he colaborado. Como las
historias casi siempre son mías, no hay dificultad. Para mí es un excitante
trabajar con otra persona. El ángel
exterminador la escribí solo y tardé cuatro meses en tener una continuidad.
Formaba parte de las tres historias cortas escritas para Barbachano años antes,
y que hice en colaboración con Alcoriza.
Pongo los
números en el guion sólo para facilitar el plan de trabajo.
Cuando hace
falta hago todo lo posible por documentarme. Él me atrae precisamente porque estaba muy bien preparada, por eso
es auténtica. En París el film se pasaba cada año en el Hospital de Sainte
Anne, como un caso perfecto de paranoia... Cuando fui a Las Hurdes también iba
muy documentado… Ahora, para "El monje", he consultado muchos textos
de vida conventual[2].
Me interesa mucho
(el guion), aunque no soy un
"estructuralista". Sobre todo, procuro sintetizar, resumir en dos
minutos una escena que duraría tres. Pero no tengo normas rígidas: en el rodaje
puedo incluir un detalle que haga durar la escena cuatro minutos... A veces la
historia ya está escrita. Este es el caso en que me han propuesto filmar un
libro. Otras veces no hay historia al principio, sino una imagen que me
impresiona, o un recuerdo muy vivo. Un ejemplo es Viridiana... En general, ya al hacer el primer tratamiento de una
historia estoy pensándola en términos de eficiencia visual[3].
Buñuel ha intervenido en casi todos los argumentos o
adaptaciones de sus películas, buscando introducir algunos momentos que le
permitieran expresarse. "No le gustaba sujetarse al guion de un film
concebido por otra persona, pues no le dejaban en libertad para meter sus
personales ideas. Es por eso que siempre dijo que Una mujer sin amor era la
cinta que menos le gustaba.[4]
Yo no acepto una adaptación, si en
un momento u otro, no puedo expresarme, decir algo de mí, resbalarme entre las
imágenes.[5]
... Siempre he participado en los
guiones de las películas, ¡aún en las malas![6]...
Buñuel disfrutaba más escribiendo una película que
filmándola...Lo que le interesaba era el trabajo personal de concepción de un
film, y no su materialización en un plató, entre el tráfago de focos, cables y
generadores...Escribía sus guiones con la ayuda de un colaborador, debido,
según él, a su escasa destreza en la
redacción.[7]
Guion de Diario de una camarera |
En esos
momentos en los que estaban escribiendo el guion, la convivencia era muy
estrecha. A excepción de la intimidad que cada cual pudiera tener en su
habitación, todo lo demás lo llevaban a cabo juntos: comer, beber, pasear. Un
detalle muy importante al respecto era el bar, un bar tranquilo, donde uno
pudiera dejarse llevar por las ideas que caminan en libertad y van abriéndose
camino...El realizador se comportaba de manera completamente intuitiva, a pesar
de lo cual todo aquel material que brotaba a borbotones terminaba por
organizarse en sólidas arquitecturas narrativas, sin que pudiera decirse a
ciencia cierta cuál era el método. En realidad, más que de “método” se trataba
de un ritual, la suma de una serie de comportamientos muy regulares y
precisos...Era, pues, una comunicación muy intensa, visceral, casi conventual,
entre las imaginaciones.
No se
hablaba de teorías ni de intenciones expresivas (lo que se “quería decir”),
pero sí se afinaba en multitud de detalles en apariencia insignificantes...la
búsqueda atenta de una relación visible o secreta entre la última imagen de una
secuencia y la primera imagen de la secuencia siguiente (...que a veces nos
ocupaba durante horas) procuraba siempre, como él ha dicho varias veces, facilitar
la entrada a todo espectador de buena voluntad.”[8]
Veamos ahora
este diálogo entre Carlos Saura y Jean-Claude Carrière:
Carlos Saura: Yo
creo que entre leer el periódico, empezar a pensar en lo que se va a hacer, esa
especie de meditación, conversar, (y actuar)...yo creo que al final, me da la
impresión de que trabajaba poquísimo. Esas seis horas de trabajo diario...
Jean-Claude Carrière:
Él sí.
CS: Luego encima,
este pobre hombre, tenía que ponerse en su habitación a escribir todo.
Significa que estaría ocho horas para quedar bien, sobre todo al principio. De
aquí he sacado la consecuencia de que Buñuel era realmente un tirano...Era un
hombre, realmente, cuando se ponía a trabajar...era un tanque, trabajando, ¿no?
JCC: Tenía
reglas. No era un tirano, pero las reglas eran muy sencillas: no amigos, no
mujeres...[9]
Guion de Él |
A continuación Buñuel nos cuenta su proceso creativo en una
entrevista:
¿Podría decirme de
dónde saca la inspiración para sus filmes?
Hay problemas que me interesan y me preocupan desde hace
años. Además entre películas releo mis lecturas de cuando era joven y recuerdo
muchas cosas. De pronto retengo una idea. A veces también es una imagen que he
visto– por ejemplo, la imagen de Santa Viridiana– y de las cuales se desprenden
otras imágenes de las que surge una idea. A veces las ideas y sugerencias me
vienen de mi observación de la realidad, tal como se refleja en la crónica
cotidiana de los diarios. Así fue con Los
olvidados. No es fácil reconstruir a posteriori el origen de una idea.
¿Cómo escribe sus
guiones?
Por empezar, desarrollo mi idea a partir de
las fuentes que acabo de mencionar. Cuando termino un filme no sé, por lo
general, qué filmaré a continuación; pero una vez que encontré una idea nueva,
toma forma con rapidez. No bien sé lo que quiero, comienza el trabajo en común
con los guionistas... Ellos me motivan y me apuran a terminar mis borradores:
finalmente escriben ellos también, porque soy muy haragán para escribir. Pero
siempre seguimos la idea que establecí al principio. Un guion terminado sufre
modificaciones en distintos lugares cuando se hace la filmación; por ejemplo,
con Viridiana, yo había terminado el
guion cuando partía de México para España. Pero el contacto con el país de
origen me despertó nuevas ideas que tenía que introducir en el guion, e incluso
se me ocurrieron cosas nuevas durante la filmación.[11]
Guion de Gran casino |
“Como han manifestado sus más estrechos colaboradores, a
Buñuel no le importaba empezar los guiones con personajes que rozaban el
cliché: el cura, el burgués, el militar...Luego ya se encargaba de
familiarizarse e incluso encariñarse con ellos, colmándolos de contradicciones
hasta hacerlos cobrar vida.”[12]
...Ahora tengo autonomía, entonces, no. Ahora siempre
consta que si no estamos de acuerdo, nos separamos. Si el que paga no está de
acuerdo, tiene voz y voto de no hacerla. Pero no de transformarme escenas para
que convenga a la moral consuetudinaria, al gusto del público, etc., o al
comercialismo. Hoy eso está vedado al intervenir conmigo...
En las últimas películas, con Alatriste, perfecto. Si no
están mejor es porque no he podido, pero he tenido libertad de hacer mucho más
que eso, para hacer lo que me daba la gana. Pero me limitaba yo mismo, me
censuraba yo mismo. Tres con Alatriste: las tres primeras que hice en Francia.
Y luego la última, La vía láctea,
libertad total; Belle de jour, plena
libertad; he tenido plena libertad, los productores no han intervenido. Al
contrario me exigían que fuera a más. Con Nazarín,
libertad relativa, porque Barbachano es un censor tremendo. Me cortó una escena
que para mí era muy importante, con unos inditos. La cortó porque no quiso
hacerla[13].
Dejando
aparte sus tres primeros films, aunque el ritual para la escritura de sus
guiones ha permanecido en lo esencial, la forma de escribirlos si ha
evolucionado. Ya en Gran casino implantó el "método que establecería como habitual durante sus años de trabajo en México, al menos a lo largo de la década de
los cincuenta. Elaboraba un
guion técnico muy detallado que después se pasaba a máquina. En él, aparte
de los diálogos,
las tomas y las localizaciones, se indicaban todo tipo de detalles: la entonación con la que debían pronunciarse algunas frases; el gesto a adoptar por parte de los actores; cuestiones relacionadas con la puesta en escena; encuadres; angulaciones; enlaces; así como las posiciones y movimientos de la cámara. Se trataba de guiones técnicos
tan precisos que, generalmente, la planificación señalada para cada secuencia
se correspondía con el montaje previsto
para la misma.[14]
Guion de Los olvidados |
En la mayor parte de sus producciones mexicanas Buñuel
trabajó con guiones técnicos
cuidadosamente estructurados, que seguían el orden de la narración de forma rigurosa
y en los que se detallaban todo tipo de aspectos.
Entre sus características más destacadas se contaban
la especificación de las localizaciones exteriores o la descripción de algunos de los decorados. En ambos casos el cuidado por definir claramente estas cuestiones
tenía que ver con el interés
de Buñuel por lograr que la puesta en escena explicara a sus personajes y permitiera comprender mejor sus acciones."[15]
Carlos Saura insiste en lo mismo:
Carlos Saura: En
la época de Viridiana, Luis escribía como se hacía en tiempos...se hacía,
una especie de trabajo que se llamaba guion técnico...découpage, como le llamáis vosotros, ...donde el director retomaba,
cogía ese guion y lo planificaba. Esa planificación se solía respetar un tanto
por ciento muy elevado, es decir, estaba especificado: plano medio de tal...
Estaba un poco vinculado al trabajo de los estudios. Lo que
quería decir es que el guion de Viridiana estaba escrito con una
minuciosidad impresionante. Todo, movimiento de cámara incluso, que es lo que
más me sorprendió, estaba dibujado, escrito a máquina, pero con rayas –no sé
cómo lo había hecho-, la mesa de los mendigos, la situación de cada uno de los
mendigos. Luego he tenido la curiosidad de comprobarlo, al ver la película, y se
ha respetado el guion y el découpage, prácticamente en un 90%, a pesar de que
luego Luis...cambiaba mucho las cosas y que le gustaba mucho cambiar sobre el
trabajo. ¿Qué quiere decir esto? Que Luis trabajaba muchísimo los escenarios,
como tú has dicho, y trabajaba muchísimo la preparación de la película, la
realizaba con una minuciosidad sorprendente.
Guion de Simón del desierto |
CarlosSaura: De
todos los aspectos diferentes que hay para hacer una película, la parte que más
le gustaba, y que de verdad le apasionaba, era escribir el guion y que, a él,
lo que es el puro ejercicio de la realización cinematográfica, de hacer la
película, no le gustaba al final demasiado, que lo pasaba mal y le costaba
mucho trabajo...
Y que le hubiera gustado muchas veces simplemente escribir
un guion, y no hacerlo nunca más.[16]
Buñuel "se inició como literato, y en sus guiones
originales hay mucho de la maestría del escritor de rango en cuanto a la
caracterización del los personajes, el uso del diálogo, el planteamiento de las
situaciones, el desarrollo de la historia y el uso de las imágenes y los
símbolos. Su dimensión de cineasta-escritor aparece enfatizada, en primer lugar,
por la importancia que da al trabajo de pluma (la escritura y composición del
guion), del cual se puede decir él mismo lo afirmó- que la película sale ya
casi acabada. Es admirable ver, en la lectura de sus guiones, cómo profundiza
con la pluma en la descripción de los sentimientos y emociones de sus
personajes, o cómo describe con claridad y precisión situaciones y ambientes."[17]
Hélène Plemiannikov, que trabajó en el montaje de algunas de
sus últimas películas señaló: Sus
guiones estaban muy planificados, découpés.
Ahora se hacen unos guiones que son una especie de historias contadas...Antes
había un guion, es decir, una sinopsis, se contaba una pequeña historia, se
escribía el guion y luego se hacía la planificación. O sea, que ese guion se
dividía en planos y se decía: “Esta réplica será el primer plano de tal...”,
“La respuesta la dirán tres personas en un plano” y todo estaba anotado. Esto
es lo que se llama en francés découpage.
Y en Buñuel era impecable. Ahora hacen eso que se llama story-board para rodar
los anuncios publicitarios...[18]
A partir de la colaboración de Jean-Claude Carrière los
guiones empezaron a elaborarse como solían hacer la mayoría de los
realizadores, ya no hay ese detalle de planos, movimientos de cámara, etc., ya
no está todo delimitado, sino que se hace una división por secuencias, dejando
para el momento del rodaje la toma de las últimas decisiones.
Guion de Ese oscuro objeto del deseo |
Continúa: La escritura del guion (II)
[1]
Luis Buñuel: Mi último suspiro, Plaza
& Janés, 1982, Pág. 236
[2]
Juan Cobos: Entrevista con Luis Buñuel, En:
Nikel Odeon, nº 13, invierno, 1998,
págs. 114-5
[3]
Tomás Pérez Turrent y José de la Colina: Buñuel
por Buñuel. Plot, 1993, Pág. 176
[4]
Xavier Loyá, en: Francisco Sánchez : Siglo
Buñuel. Pág. 269
[5]
Gastón Lillo: Género y transgresión: El
cine mexicano de Luis Buñuel. Pág. 8
[6]
Tomás Pérez Turrent y José de la Colina: Buñuel
por Buñuel. Plot, 1993, Pág. 45
[7]
Agustín Sánchez Vidal: Buñuel escritor
En: Turia, nº 50, octubre, 1999, Pág.
158
[8]
Agustín Sánchez Vidal: El mundo de Luis
Buñuel. Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1993, Pág. 28
[9]
AA. VV.: Testimonios sobre Luis Buñuel
En: Turia, nº 28-29, mayo 1994, Pág. 210
[10]
Juan Cobos: Entrevista con Luis Buñuel, En:
Nikel Odeon, nº 13, invierno, 1998,
págs. 114-5
[11]
Manuel Michel: Entrevista con Luis
Buñuel, en: Buñuel, Kyrios, 1978. Págs.43-4
[12]
Agustín Sánchez Vidal: El mundo de Luis Buñuel.
Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1993, Pág. 43
[13]
Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar,
1995, Pág. 120
[16]
AA. VV.: Testimonios sobre Luis Buñuel
En: Turia, nº 28-29. mayo 1994, Pág. 106
[17]
Víctor Fuentes : Los mundos de Buñuel. Akal,
2000, Pág. 10
[18]
Hélène Plemiannikov : En torno a Buñuel.
Cuadernos de la Academia, Academia de
las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 2000, Pág. 393
[19]
Maurice Drouzy: Luis Bunuel architecte du
rêve, Lherminier, 1978, Pág. 26
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ResponderEliminarAcabo de descubrir este blog y estoy alucinando de la cantidad de datos que hay sobre Buñuel. Muchas gracias. Una pregunta; ¿hay alguna sección dónde pudiera encontrar sus guiones para descargar por favor? Gracias. ¡Un saludo!
ResponderEliminarLo siento. No lo hay
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