Renovarse o morir

El 15 de septiembre de 2013 inicié este blog con la intención de dar a conocer la vida y obra del realizador Luis Buñuel. A lo largo de estos cuatro años y medio, he escrito casi 250 artículos de los más variados temas, además de las diferentes páginas dedicadas a su biografía, proyectos, bibliografía, etc.

Este trabajo, que empecé con tanta ilusión, se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una obligación, y por tanto, en una carga y eso no me causa ninguna satisfacción. Es por eso, que hace unos meses tomé la decisión de abandonar o dejar la responsabilidad de su continuación en otra persona.

Por suerte para mí y para los seguidores del blog, encontré esa persona en Jordi Xifra. Cuando el pasado verano le propuse que se hiciera cargo del blog, no se esperaba esta proposición y me dijo que se lo pensaría. Al día siguiente me dijo que sí, y yo me alegré de que lo hiciera.

Me alegré, porque para seguir con un proyecto como este, hay que estar un poco ido de la olla con Buñuel y él lo está más que yo. Además es una persona con ideas y con ganas de trabajar. Aunque el tema de Buñuel es inacabable, hace falta abrir nuevos caminos, darle un giro a este blog y sé que Jordi lo hará. Es profesor universitario y director del Centro Buñuel de Calanda, suficientes referencias para confiar en el futuro de este blog por unos cuantos años más. Ahora, le cedo la palabra a Jordi Xifra:

Manuel y Jordi bajo la atenta mirada de Buñuel

Efectivamente, aunque tomé la decisión al día siguiente de la propuesta, no fue nada fácil. La responsabilidad era demasiado grande. Pero el orgullo era inmenso y finalmente pensé que esos trenes sólo pasan una vez en la vida. También tuve claro que no puedo pretender igualar la ingente labor de divulgación que ha hecho Manuel sobre Buñuel, sino de lo que se trata es, a partir de los fundamentos por él establecidos, mantener viva la llama de esa divulgación a través de derroteros distintos y no tan distintos, pero buñuelianos al fin y al cabo.

Con todo he de confesar una cosa. Siempre he admirado la figura y, sobre todo, la obra de don Luis. Pero nunca me atreví a analizar su cine, ni a escribir sobre él. Solo quería disfrutarlo. ¿Postureo intelectual? Lo dudo, aunque durante la noche que transcurrió entre la propuesta de Manuel y mi asentimiento (dormí muy poco) me pregunté por qué no aprovechar esta oportunidad para seguir aproximándonos a Buñuel sin caer en los tópicos de siempre, con perspectivas nuevas y frescas. 
Y este será mi objetivo. Solo o acompañado, pues quiero que expertos (de los pocos que quedan) en el cineasta calandino y su cine también colaboren en este extraordinario vehículo de transmisión del saber sobre Buñuel que en su día creó Manuel Fructuoso y del cual ahora, con tanta ilusión como respeto, recojo el testigo.