La mujer en el cine de Luis Buñuel ( I )
Este es uno de los
temas más controvertidos en relación con Luis Buñuel y donde se muestra, una
vez más, las contradicciones que rodeaban la vida del realizador. Para tener
una visión más completa del tema, considero necesario haber leído mi post Luis Buñuel visto por… su esposa,
Buñuel nació en 1900
y se educó en una familia muy tradicional, como lo indica el siguiente
comentario de su amigo Pepín Bello, buen conocedor del realizador: “Me contaba,
en plan de costumbres familiares y de admiración hacia su padre, que en la
mesa, su padre se sentaba en la cabecera, en la otra María, su madre, a la
derecha él y sus dos hermanos, Leonardo y Alfonso, y a la izquierda, sus
cuatros hijas. Durante la comida, no hablaba más que don Leonardo, el padre,
que dirigía la palabra nada más que a los varones. A la mujer y a las hijas ni
les preguntaba, no hablaban nunca en la mesa [...]
De obligada lectura para entender los celos de Buñuel |
Él estaba orgulloso.
Se reía, pero lo admiraba. Y lo practicaba, por supuesto. Era un machista
horroroso como yo no he conocido otro...Para él, eso de que ella [su mujer]
tuviera sus escarceos intelectuales y tocase el piano era demasiado, no lo
podía digerir...[1]
En la época de
Filmófono vivía con su mujer y su hijo en Madrid...A su mujer nunca la llevaba
de excursión [...] Es más las veces en que yo he estado en su casa, ella jamás
ha comido en la mesa.[2]
Cuando para el homenaje que se le iba a dar en España en 1980 se
invitó también a las esposas de los cineastas, Buñuel dijo: Nada, nada, las mujeres se quedan en casa, como debe ser.[3]
La mujer debía
permanecer en casa, dedicada exclusivamente a él y a sus hijos. La casa era su
guarida: a sus amigos (los de Luis) les estaban abiertas las puertas; a los de
su mujer e hijos, cerradas.[4]
Al mismo tiempo: “Buñuel con
las mujeres tenía un respeto tremendo, procuraba no decir tacos ni nada. Y como
los dijeran los demás se enfadaba muchísimo. Era de una educación
espartana...Era la educación que había tenido...”[5]
Que quede claro: A
nivel personal Buñuel era un machista y un celoso tremendo, vamos, para no
deseárselo a ninguna mujer.
¿Pero, y sus películas?
Aquí no está nada
claro. La mujer es la protagonista más o menos directamente, del título de
varias películas de Buñuel: Susana, Viridiana, Tristana, pero
también: La hija del engaño, Una mujer sin amor, La joven, Diario de una
camarera, Belle de jour y Ese oscuro objeto del deseo.
Lo primero que nos
llama la atención es, que teniendo como tiene Buñuel una de las más amplias
bibliografías en la historia del cine, haya recibido tan poca atención por la
crítica feminista, siendo como es que tiene en su filmografía, suficiente
material para ello.
Las mujeres en Buñuel, con independencia de que muestren o no una
gran iniciativa, son fundamentalmente el objeto de deseo de los hombres. En
esto Buñuel no sólo refleja honestamente la situación social a la que se
enfrenta, sino que aplicando la misma cualidad de la honestidad cuenta como
hombre las historias desde el punto de vista masculino... [6]
Con frecuencia, el
amor, el deseo o la necesidad convierten a los hombres en títeres de esas
mujeres inadecuadas con las que se relacionan. Hombres jóvenes, de mediana edad
o maduros, todos sus personajes terminan sufriendo por causa de esos “oscuros”
objetos de deseo. Estas mujeres irresistibles que destruyen la vida y humillan
a los hombres buñuelescos merecen una atención y un estudio propio.[7]
Conchita: Ese oscuro objeto del deseo |
Fernando Cesarman, el psicóanalista, ha
dicho que soy un misógino, que en mis películas la mujer queda siempre por los
suelos. No sé. Yo no creo ser misógino. Quizá entiendo poco a las mujeres.
También es verdad que me encuentro mejor entre hombres que entre mujeres. […]
Pero rara vez tomo el punto de vista de
la mujer. Reconozco que el mundo de mis películas tiene el tema del deseo, y
como no soy homosexual, el deseo toma naturalmente la forma de la mujer.[8]
A pesar de que las
mujeres constituyen el principal centro de interés narrativo en varias de sus
películas, Buñuel suele dar prioridad a la masculinidad y a las orientaciones
del deseo masculino. Desde las primeras hasta la última, las películas de
Buñuel ponen en escena los altibajos de la sumisión masculina al deseo…
A la mayoría de los
hombres de Buñuel les resulta difícil resistirse al encanto de mujeres que
están fuera de su alcance; su sinceridad y firmeza masculina no suponen barrera
alguna para la mujer devoradora de películas como El bruto, Los
ambiciosos o Susana.[9]
Una cuestión, que es
bastante aceptada, es que “Las mujeres de Buñuel suelen caer en dos categorías:
por un lado, hay una construcción diabólica e irracional cuyo objetivo es
llevar al hombre a un destino fatalista, lo cual queda en la línea de un
surrealismo que intenta alejarse de la supremacía de la razón pudiendo parecer
una prerrogativa. Por otro lado, encontramos mujeres sumisas, dóciles, bajo el
dominio masculino, siempre dispuestas a acatar la voluntad del hombre que
tienen a su lado.”[10]
A veces incluso se
pasa de un extremo a otro en la misma película, como es el caso de Tristana.
Si detallamos un poco
más el catálogo de personajes femeninos en la obra del aragonés, encontramos: mujeres
virginales y las mujeres fatales (a veces prostitutas), pero también la niña
que representa la pureza, las madres y criadas.
Evvie: La joven |
La mujer virginal expresa cualidades positivas, representa la
pureza, el ansia del ser humano por regresar al origen, a un pasado inmaculado
e idílico, antes de que la religión institucional mutilara el deseo,
contaminando la sexualidad con la noción de pecado. Virginales son: Viridiana […]
Tristana […] Leticia de El ángel exterminador […] El tema de
la virginidad es recurrente en Buñuel […]
Otra figura femenina
que abunda en la cinematografía buñueliana es la mujer devoradora de hombres
[…] Los hombres caen presa de los encantos femeninos y están dispuestos a
dejarlo todo por conseguir el objeto de su deseo. El ejemplo más turbador se da
en Susana…El
bruto […]
A menudo desfilan por
sus películas personajes femeninos de tierna edad que se convierten en víctimas
de los deseos brutales masculinos. Encarnan a la figura de la niña-mujer,
muy potenciada en el surrealismo, y son un reflejo de la inocencia no
contaminada por las convenciones sociales. Estos seres desvalidos e indefensos
se someten a los impulsos depredadores de unos hombres en ocasiones maduros […]
Así sucede con las relaciones entre don Lope y Tristana en la primera parte de
la película, […] La joven, cuyo personaje principal es una adolescente, Evvie,
deseada por el adulto Miller, quien, tras abusar de ella, acabará enamorándose,
y a través de ese amor por la adolescente se ve obligado a reconsiderar sus
prejuicios raciales y su visión de la realidad.
[11]
En el próximo post veremos la diferente tipología de mujeres que aparecen en el cine de Luis Buñuel.
En el próximo post veremos la diferente tipología de mujeres que aparecen en el cine de Luis Buñuel.
[1] Pepín Bello : En torno a Buñuel,
Cuadernos de la Academia, nº 7-8, agosto 2000, pág. 98
[2] Pepín Bello : En torno a Buñuel,
Cuadernos de la Academia, nº 7-8, agosto 2000, pág. 102
[3] Manuel Aldecoa : En torno a
Buñuel, Cuadernos de la Academia, nº 7-8, agosto 2000, pág. 40
[4] Marisol Martín del Campo en el prólogo del libro: Jeanne Rucar de
Buñuel: Memorias de una mujer sin piano, Alianza,
1990, pág. 11
[5] Nieves Arrazola : En torno a
Buñuel, Cuadernos de la Academia, nº 7-8, agosto 2000, pág. 63
[6] Xavier Bermúdez : Buñuel: espejo
y sueño, Ediciones de la Mirada, 2000, pág. 83
[7] Sara Muñoz: La construcción
femenina en el discurso cinematográfico de Buñuel: la femme fatale,
Hispanet Journal 2, December 2009, pág.
2
[8] Tomás Pérez Turrent y José de la Colina. Buñuel por Buñuel, Plot, 1993, págs. 146-7
[9] Peter William Evans: Las
películas de Luis Buñuel. Paidós, 1998, pág. 91
[10] Sara Muñoz: La construcción
femenina en el discurso cinematográfico de Buñuel: la femme fatale,
Hispanet Journal 2, December 2009, pág.
1
[11] Gonzalo Montón Muñoz: Las mujeres de Buñuel. En: Los olvidados: un homenaje a
Buñuel, Ayuntamiento de Teruel, 2000, pág. 38
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