Don Quijote en el cine de Buñuel
En este post, cuyo origen está en otro no publicado que en su día redactó Manuel Fructuoso, se trata de una de las huellas más patentes en la filmografía de Buñuel, la de Cervantes. Si bien un rastreo a conciencia la impronta cervantina nos conduciría también a sus obras de teatro y, todavía más, a las Novelas ejemplares, el Quijote fue una excelente fuente de inspiración de nuestro protagonista.
La novela de Cervantes ha
influido en Buñuel y hay referencias a ella en varias de sus películas. Quizá
este influjo se deba a que para Buñuel el divorcio que hay entre realidad y
deseo es
el abismo que puede haber entre una idea del mundo y lo que el mundo realmente
es. En efecto: casi todos mis personajes sufren un desengaño y luego cambian,
sea para bien o para mal. Es el tema del "Quijote", a fin de cuentas.[1]
Referencias a esta obra se
encuentran, principalmente, en:
· Susana: La
escena del pozo con el joven propietario, procede de la cueva de Montesinos.
· Nazarín: "Buñuel
ha reconocido...el carácter quijotesco de Nazarín, aunque se trata de algo muy
obvio que ya está en la novela original de Galdós. "Ni don Quijote ni
Nazarín pertenecen al medio que les rodea; el uno por anacrónico y fantasioso,
por la demasía de la pura literalidad; el otro por místico, por la pureza de su
religiosidad. Ambas inclinaciones son vistas, desde fuera, como locura, como
desajustes respecto a la realidad racional."[2]
· Viridiana: La
protagonista
es en cierto modo un Quijote con faldas. Don Quijote defiende a los presos que
llevan a galeras y éstos lo atacan. Viridiana vuelve a la realidad, acepta el
mundo como es...también don Quijote volvía a la realidad...
· Simón del desierto: Simón
nos recuerda a don Quijote en su locura.
· La vía láctea: el
peregrinar de los dos protagonistas y la estructura en episodios del film tiene
claro sustrato quijotesco.
· El fantasma de la libertad:
Buñuel ha confesado la inspiración cervantina de la azarosa estructura de encuentros
en la posada: El
hecho de que se crucen varias historias en la posada tal vez es un recuerdo de
la venta del "Quijote".
· Ilegible, hijo de
flauta: El final conserva la filiación quijotesca de los dos
personajes centrales, Ilegible y Avendaño. Sobre el caballo y el asno se
dirigen hacia el cielo.[3]
· Sin
contar "El retablo de Maese Pedro" obra de Manuel de Falla inspirada
en un episodio del "Quijote" y que Buñuel montó en 1926 en Ámsterdam.
También encontramos temas
transversales: los héroes de todos sus films toman sin excepción uno o varios
de los rasgos originales de don Quijote. Dice Octavio Paz, refiriéndose a
Cervantes: "El humor vuelve ambiguo lo que toca: es un implícito juicio
sobre la realidad y sus valores...En la obra de Cervantes hay una continua
comunicación entre realidad y fantasía, locura y sentido común.[4]
Don Quijote es uno de los
personajes de Freud de personaje humorístico, un personaje que al principio es
puramente cómico, un "niño grande", pero que a través de la
adquisición gradual de sabiduría y nobles propósitos se convierte en un símbolo
del idealismo, tomando en serio sus objetivos y deberes, y de esta serenidad
es, precisamente, de donde deriva la comicidad de la situación. Del mismo modo,
en el cine de Buñuel, Nazarín es en el fono un personaje humorístico, cuyos
errores y humillaciones nos permiten disfrutar de su compromiso serio, pero a
la larga vano con los ideales cristianos.[5]
Buñuel, como español, toca
siempre de pies en el suelo, pero gracias a su misticismo toca también el
cielo. La dualidad Sancho Panza-Don Quijote tiene en él una representación
viva.[6]
Otra influencia del Quijote
es la existencia de un lugar de encuentro privilegiado, que puede ser el punto
de convergencia parcial, o único: el albergue según la fantasía del autor, es
el “albergue español” de El fantasma de
la libertad, los comedores de El
discreto encanto de la burguesía, el compartimento de Ese oscuro objeto del deseo, o mucho antes la sala del banquete de El ángel exterminador; lugar cerrado
que, en lugar de totalizar, sirve de revelador. Todas las locuras son
permitidas o contadas: verdadero banco de pruebas de una sociedad experimental,
y crítica de la sociedad. Lo que Cervantes hacía con la novela de caballería,
Buñuel lo hace con nuestro capitalismo.[7]
La estructura quijotesca de
Nazarín viene del propio Galdós y no
es ningún añadido suyo (como ocurre con Don Lope en Tristana, cuyos rasgos quijotescos están presentes en la novela del
canario). Buñuel nos cuenta la historia de
un cura quijotesco, al que su concepción del cristianismo no tarda en oponerlo
a la Iglesia, la sociedad y la policía...Su locura consiste en tomar en serio
las grandes ideas y las grandes palabras y tratar de vivir conforme a ellas. Es
un loco que se niega a admitir que la realidad es la realidad y no una atroz
caricatura de la verdadera realidad...Todos aquellos a quienes se acerca lo
rechazan: unos, los poderosos y los satisfechos, porque lo consideran un
individuo peligroso y antisocial; otros, las víctimas y los perseguidos, porque
necesitan otro y más efectivo género de consuelo...[8]
En
Viridiana, los ribetes quijotescos
de la protagonista prolongan la tradicional dialéctica entre razón y locura,
con el trasunto tópico del protector de los marginados que, ingratos, se
revuelven contra él. Viridiana es en cierto modo un Quijote con faldas. Don
Quijote defiende a los presos que llevan a galeras y éstos lo atacan. Viridiana
protege a los mendigos y ellos también la atacan.[9]
Por
último, recordar que Buñuel interpretó el papel del ventero con el que tropiezan el hidalgo y su
escudero camino de Barcelona en la
adaptación radiofónica producida por RNE y dirigida por Adolfo Marsillach en 1965 y protagonizada por Fernando Rey
y Paco Rabal. Estos fueron quienes le
convencieron para tal cometido aprovechando que Buñuel
estaba por entonces de paso por Madrid. Precisamente con ambos había planeado años atrás Buñuel
realizar una película basada en la novela.
[1] Agustín Sánchez Vidal: El mundo de Luis Buñuel, pág. 264.
[2] Antonio Monegal: Luis Buñuel de la literatura al cine, pág.
188.
[3] Agustín Sánchez Vidal: L´âge d´or. Correspondance…,
pág. 19.
[4] Freddy Buache: Luis Buñuel, pág. 201.
[5] Peter William Evans: Las películas de Luis Buñuel, pág. 28.
[6] Nestor Almendros, en: Raúl
Carlos Maicas: Miradas sobre Buñuel
En: Turia, nº 50, pág. 180.
[7] Michèle et Bernard Gazier: Buñuel ou l´Alberge Espagnole, pág. 171.
[8] Octavio Paz, en: Emilio
García Riera: Historia documental del
cine mexicano, VII, pág. 85.
[9] AA.VV.: Buñuel 100 años. Prohibido..., pág. 105.
Hola! Acabo de leer el volumen de correspondencia que publicó Catedra y me sorprendió ver cómo en algún se planteó rodar una adaptación del Quijote con Paco Rabal como Sancho y Fernando Rey (o en su defecto, Fernan Gómez) como Quijote.
ResponderEliminarCreo que lo habla en una carta dirigida a Rabal, precisamente