PRIMERA ETAPA. Zaragoza:
Interior de un taller de pintura. Los jóvenes le piden al
maestro salir antes para prepararse porque están convencidos de que serán
ellos los que van a llevar a la virgen del Pilar en la procesión. El profesor
termina por aceptar.
Cuando salían llega Goya, otro alumno del taller, que les
informa que serán ellos los que la lleven y lo celebran. La carroza de la
Duquesa de Alba se detiene porque no puede pasar. Se asoma y su mirada se
cruza con la de Goya. Este queda impresionado y la joven Duquesa se ruboriza.
La carroza sigue su camino.
Aparece Fray Gerónimo y Goya le pregunta por la dama y se
lleva un disgusto al saber que pertenece a la nobleza.
Goya y su amigo José entran en una taberna donde están los
mozos que pretendían también llevar a la Virgen en la procesión. Se palpa la
tensión. Beben y se marchan.
Anochece. Sale la procesión. Goya y sus amigos llevan la
Virgen del Pilar. En un balcón ve a la Duquesa de Alba entre otras personas.
Esta también le ve y pregunta a fray Gerónimo por su identidad.
Pedrucho y los jóvenes que han fracasado en su intento de
llevar a la Virgen están preparándose para entrar en acción. Mientras la
Duquesa le pide al fraile que le hable de Goya y este le cuenta cómo un día
que pasaba por Fuendetodos camino de Zaragoza se lo encontró pintando y al
ver su habilidad le pidió que le acompañara a Zaragoza para aprender.
Pedrucho y su grupo atacan a los que llevan la Virgen y
empieza la lucha. Goya se enfrenta a Pedrucho, cuando alguien apuñala a este
por la espalda. Llega la patrulla y Goya no puede escapar. De pronto se abre
una puerta y una mano le hace entrar. Es la Duquesa que le pide que huya por
el patio. El pintor está sorprendido, pero finalmente huye.
Buñuel propone 2 finales para esta etapa:
1º) El marido de la Duquesa ha seguido a su esposa y hace
entrar al corregidor con la intención de que prenda al joven, pero no
encuentra a nadie. Goya huye de la ciudad.
2º) Goya besa la mano de la Duquesa que se queda turbada.
El pintor huye de la ciudad y de la justicia. Se queda sin dinero y pasa
penalidades. Se une a unos torerillos y consigue ganar algo de dinero.
Desaparece durante unos años, los de su formación como pintor, y volverá a aparecer
en Madrid.
SEGUNDA ÉPOCA. Madrid:
La pradera de San Isidro, llena de gente divirtiéndose,
también la Reina y el Rey que está de caza.
Una sala del palacio, donde Godoy da órdenes a sus
secretarios mientras tontea con una joven. Llega un correo de la Reina que le
comunica que quiere verle.
Día siguiente en el Real Sitio de Aranjuez. La Reina
acompañada de sus damas, entre las que está la Duquesa de Alba, espera
impaciente la llegada de Godoy. El rey se prepara para ir de caza. Llega
Godoy y el Rey se lo lleva con él, ante el disgusto de la Reina, pero Godoy
le dice que volverá pronto.
Al poco de partir Godoy le comunica al Rey que tiene que
volver porque la Reina le reclama. Esta ha despedido a la Duquesa de Alba y
espera al primer ministro, pero la curiosidad de aquella la hace volver sobre
sus pasos y al abrir la puerta ve a Godoy junto a la Reina, reposando la
cabeza en su regazo e inmediatamente cierra la puerta asustada por su
indiscreción. La Reina la ha visto y está preocupada, pero Godoy la
tranquiliza y le dice que lo solucionará.
La pradera de San Isidro, el 1 de mayo. Está poblada de
gente. Entre los presentes está la reina maya del año, Primorosa, rodeada de
sus amigos y admiradores. Se le acerca Apodaca, un hombre temido que la
pretende, pero Primorosa le rechaza. Apodaca invita a todos a un trago en el
quiosco de la alameda.
En una de las mesas están D. Antonio Malaspina,
perteneciente a la nobleza, con dos amigos planeando una conjura contra
Godoy. Primorosa canta una canción y Malaspina queda prendado de ella y se le
acerca a decirle una galantería, cosa que sienta mal a Apodaca que saca un
cuchillo, pero Primorosa impide que la lucha comience.
Llega Goya e invitado por los majos, toma un vaso de vino
con ellos. Apodaca se da cuenta de que Primorosa solo tiene ojos para Goya.
El grupo de Malaspina llama al pintor, que se acerca e ellos y les muestra
los dibujos que traía sobre Godoy, los cuales alegran a los tres amigos.
Primorosa se acerca a la mesa y le pregunta a Goya que
cuando le va a hacer un retrato como le prometió y como parte del pago le da
la rosa de reina maya, lo que provoca los celos de Apodaca, que saca de nuevo
el cuchillo para herir al pintor, pero Malaspina y sus amigos se lo llevan,
olvidándose los dibujos en la mesa. Apodaca se apodera de ellos.
Vemos la zona de la pradera con Goya, que se alegra al ver
llegar la carroza de la Duquesa de Alba. Se acerca y la acompaña a dar un
paseo alejados de la multitud. Se nota que está enamorado de ella. La Duquesa
le cambia la margarita que lleva por la rosa que Primorosa le había entregado
al pintor y le pide que vaya a su casa a terminar el retrato.
Cuando la Duquesa iba a subir a su carroza para marcharse,
se le acerca Primorosa y le arrebata la rosa y la pisotea. Mientras la
Duquesa se marcha, Primorosa se queda insultando a Goya por haberle entregado
su rosa.
D. Antonio Malaspina aparece, se lleva al pintor y le
comunica que los dibujos han desaparecido y teme lo que puedan hacer con
ellos, pero Goya intenta tranquilizarlo y le dice que hará otros.
Casa de Primorosa, donde Apodaca está intentando
convencerla de que escriba una carta a Goya pidiéndole que acuda a recoger
sus dibujos. Ella, que no quiere que le ocurra nada a Goya, recela algo, pero
al final escribe la nota.
Al día siguiente, cuando el pintor se dirige a casa de la
Duquesa para terminar el retrato, un chiquillo le entrega una nota. Al
pedirle que describa a la persona que le ha entregado la nota, Goya deduce
que es Apodaca.
Palacio de la Duquesa de Alba. Goya llega y empieza a pintar
el retrato, pero ella se cansa y le dice que lo deje. Se sientan juntos y
después salen al jardín.
Noche. La calle donde vive Primorosa. Apodaca y sus
sicarios preparan una emboscada a Goya. Primorosa se da cuenta e intenta
avisar al pintor, pero Apodaca no la deja y la maltrata. Ella le muestra su
odio y le deja claro que nunca la tendrá. Llega Goya y es herido en la lucha.
Después aparece la justicia que se los lleva junto con los dibujos.
Primorosa se queda llorando en su casa. Sueña que se
encuentra en un abrupto paisaje y que cae en el abismo y que la Inquisición
condena a Goya. Cuando despierta decide ir a ver a la Duquesa pare pedirle
que salve al pintor.
Primorosa llega al palacio de la Duquesa y la informa de
los hechos: que está herido y detenido. Aquella parece mostrar indiferencia y
se marcha, pero vuelve e insiste y la Duquesa al final se conmueve y la
sienta a su lado.
Recibe una carta de Godoy y pide su carroza para ir a
verle, aunque sabe lo que le va a pedir. La Duquesa está dispuesta a irse a
Sevilla por uno o dos años si a cambio liberan a Goya, cosa que Godoy acepta.
La carroza de la Duquesa se detienen delante del estudio
de Goya y sube a despedirse del pintor que está en cama y le dice que va a
estar fuera un tiempo pues tiene varias cosas que hacer. Se marcha.
Dos posibles finales de etapa:
1º) Goya le saca la verdad a Rosario, la criada de la
Duquesa. Se levanta de la cama y a caballo la alcanza y se introduce en la
carraza con ella.
2º) Se queda triste en su casa pensando que todo ha
terminado entre ellos.
TERCERA ETAPA. Burdeos:
Moratín y otros desterrados españoles charlan. Aparece
Goya, ya anciano. Moratín le dice que le va a llevar una joven para que le
enseña. Aunque en principio no le gusta la idea, termina aceptando.
Estudio del pintor. Goya recuerda diversos momentos de su
vida pasada y de la Duquesa de Alba, ya fallecida hace tiempo. Llega Moratín
con la joven, que deja al pintor sorprendido por su parecido con la Duquesa.
Hay simpatía mutua. Goya la sienta a su lado, la atrae hacia su pecho y le
acaricia el cabello.
Tres finales para esta etapa:
1º) Vive feliz con la joven que no le abandona. El pintor
presiente su próxima muerte.
2º) La joven se queda el pintor. Beso filial y fundido.
3º) Prescindir el 3er episodio entero y alargar el 2º. La
Duquesa sale desterrada, Goya la acompaña. En el camino se rompe la carreta.
En Sevilla también los obstáculos se oponen a su amor.
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1788. El futuro rey, Carlos IV, es llamado por su padre
que sabe próxima su muerte. Advierte a su hijo sobre la responsabilidad de
ser rey y le dice que su esposa María Luisa le deshonra.
Su hijo lo pone en duda, con lo que demuestra su escasa
inteligencia.
El futuro rey va a ver a su esposa e intenta interrogarla,
pero como le tiene miedo, termina por prometerle lo que le pida. Ella le
señala por la ventana a un joven teniente de la guardia, Godoy, para que sea
su secretario. Él le contesta que cuando sea rey lo hará.
Entra la Duquesa de Alba, mujer de gran belleza, y juntas
planean salir de noche disfrazadas de vendedoras para divertirse.
Horas más tarde están las dos entre la multitud
divirtiéndose. Una patrulla de vigilantes de la ronda intenta identificarlas.
Uno de los vigilantes detiene a María Luisa y al reconocerla le pide perdón,
pero la princesa le dice que lo pagará.
Mientras, la Duquesa de Alba huye, pero es arrastrada
hacia puerta. Es la casa de Goya, que intenta protegerla primero y luego
conquistarla. La lleva a ver sus cuadros y la Duquesa reconoce a Goya y
después huye.
Al día siguiente María Luisa hace que detengan al
vigilante que la detuvo basándose en una acusación falsa.
Goya recorre Madrid intentando encontrar a la mujer. Entre
tanto oye las campanas que le indican que el Rey ha muerto. Carlos IV sube al
trono y su esposa nombra a Godoy su secretario, a pesar de las protestas de
este por su inexperiencia.
Cuando Godoy ve que la Reina acaricia su pelo, comprende
lo que ocurre y astutamente la abraza.
En la corte hay una ceremonia a la que asiste Goya. Se
aprecia que tiene el favor de la corte. Le presentan a la Duquesa de Alba,
que le pide que la pinte.
Estudio de Goya. Se aprecia que está muy solicitado y su
éxito entre las mujeres.
Días después se dirige al castillo de la Duquesa para
pintarla. Cuando empieza a preparar el caballete le dice que no quiere que la
pinte, que solo quiere que le maquille el rostro.
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Godoy (Goya) |
Goya se irrita, pero se contiene y obedece. Cuando la
Duquesa le pregunta por el precio, él la besa y le estropea el maquillaje, lo
que irrita y humilla a la mujer.
Hay ambiente de guerra a causa de la Revolución en
Francia. Godoy, que ya es primer ministro, va a ver a la Reina para hablar de
asuntos de estado, pero ella enseña su nuevo vestido con el que piensa
impresionar a la Duquesa de Alba.
Estamos en el palacio de la Duquesa, donde se celebra un
baile. Entra la Reina y la anfitriona la felicita por su vestido. Un momento
después entran las sirvientas con las bandejas de refrescos y llevan el mismo
vestido que la Reina, por lo que esta se siente humillada y se marcha. Todos
los invitados hacen lo mismo. Goya se dirige hacia la Duquesa y esta le
conduce al jardín. Intenta consolarla y se ofrece para protegerla. Se ve que
se quieren.
Al preguntarle Goya por qué ha actuado así, le respondió
que elle y la Reina se entienden a base de odio. Sabe que pronto reaccionará
contra ella.
Poco después se inicia un fuego en el palacio y constata
que ya ha dado comienzo su venganza.
A la mañana siguiente la Reina manda a la Duquesa al
exilio, a su castillo de Andalucía. Por el camino se le rompe el eje de la
carroza. Goya llega a caballo con la decisión de irse al exilio con ella. Se
declaran su amor. La Duquesa se retira a la carroza para pasar la noche y
Goya intenta arreglar la carroza, pero no puede y decide pasar la noche
debajo de la carroza. Se inicia una tormenta y el pintor se moja, lo que hace
que a la mañana siguiente esté enfermo y sordo.
Unos llegan jinetes con la orden de llevarse a Goya a
Madrid como pintor de la corte. Goya parte ante el dolor de la Duquesa.
Posteriormente, en la corte Goya acaba de terminar un
retrato de Godoy del que queda muy contento. Goya le pide el perdón para la
Duquesa de Alba, pero Godoy le dice que solo la Duquesa puede perdonarla.
Más adelante Goya empieza a pintar el retrato de la
familia real. Cuando está casi terminado y solo falta pintar las cabezas,
Goya le dice al Rey que para trabajar más tranquilamente debería perdonar a
la Duquesa. Su esposa se opone, pero se impone el criterio del Rey y la
Duquesa es perdonada.
Goya viaja a Andalucía para verla y anunciarle el perdón,
pero la encuentra diferente, distante. Le ve cierta familiaridad con un
torero famoso, Costillares. Durante una corrida Goya ve que su amada solo
tiene ojos para el torero, por lo que decide regresar a Madrid. La Duquesa
sigue con atención la faena del torero, hasta que se da cuenta de que Goya se
ha marchado.
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La gallina ciega (Goya) |
Después de la corrida la Duquesa da una fiesta en su
palacio para celebrar el triunfo del torero, pero luego echa de menos a Goya
y le pide a todos que se vayan.
En Madrid, Goya está desilusionado y no sale de su
estudio. No recibe a los amigos. Se dedica a pintar los “caprichos”, que
pueden llevarle a la cárcel. La Duquesa llega al estudio del pintor, pero
este no la deja entrar.
Durante su habitual paseo en solitario es atacado y
llevado a presencia de la Duquesa que le confiesa que sigue queriéndole. Hacen
las paces y aunque ella le pide que abandone Madrid, Goya le contesta que no
puede abandonar su carrera.
En la habitación de Godoy entra la Duquesa para pedir
perdón por uno de sus sirvientes. Va acompañada de una negrita de 4 años, que
jugando, se lleva un papel que había en la mesa de trabajo de Godoy. Ya en el
coche se lo da a la Duquesa, que ve que se trata de una carta de la Reina a
Godoy y en la que habla del hijo de ambos.
Cuando Godoy se da cuenta de la falta de la carta se lo
cuenta a la Reina que está dispuesta a acabar definitivamente con la Duquesa
de Alba.
Esta visita a Goya y le comunica que abandona
inmediatamente Madrid, pues está en peligro de muerte. Acuerdan partir a la
mañana siguiente, pero esa noche Goya no puede dormir. Un criado de la
Duquesa llega hasta su casa para informarle que se está muriendo.
El pintor acude y se entera de que ha sido envenenada.
Quiere quitarse la vida para unirse a ella, pero esta se lo impide diciéndole
que tiene que vivir para su arte.
El pintor se quita su anillo y lo coloca junto al que ella
lleva. La mano se convierte en la del retrato de la Duquesa de Alba. Nos
encontramos ante su retrato después de muchos años. Goya tiene 80 años. El
médico que le atiende le riñe porque no se cuida. Tras reconocerle y ver su
estado real de salud le anima diciéndole que vivirá muchos años. Goya no le
cree y mirando el cuadro de la Duquesa dice que ella sí.
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La Duquesa de Alba (Goya) |
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